Castilla nos une

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SEISCIENTOS CASTELLANISTAS PARTICIPAN EN EL XV HOMENAJE A LOS COMUNEROS EN TOLEDO EL DOMNINGO 2 DE FEBRERO. (Febrero`2003). . (02/05/2003)

En un día frío pero claro y soleado, el pasado domingo 2 de Febrero, TIERRA COMUNERA (TC-PNC), reunió a casi 600 castellanistas en la plaza de Zocodover, en su decimoquinto, Homenaje consecutivo a los Comuneros toledanos, en una edición marcada por la exigencia de mayor autogobierno y dignidad para Castilla. Los actos se desarrollaron durante toda la mañana del domingo, y finalizaron con una Comida de Hermandad, en la cual participaron comuneros y castellanistas venidos de diferentes comunidades castellanas.

Con este acto, TIERRA COMUNERA (TC-PNC) recuerda el último episodio militar de la Revolución de las Comunidades Castellanas, que tuvo lugar con la batalla de “la noche de San Blas”, el tres de febrero de 1522, nueve meses después de la batalla de Villalar de los Comuneros, en que los comuneros toledanos libraron la última batalla de la Guerra de las Comunidades, contra el imperialismo de Carlos V, y en defensa de un proyecto propio, democrático, nacional y popular para la Corona de Castilla. Tras esta última batalla, la toledana María de Pacheco, líder comunera de la ciudad del Tajo y viuda del capitán Juan de Padilla, ejecutado el 24 de Abril de 1521 en Villalar, marchó al exilio portugués, del cual nunca regresaría, abandonando a su único hijo y dejando a su querida ciudad de Toledo para siempre; esta heroína castellana fallecería en la miseria en Oporto en 1533, siendo enterrada en la catedral de esta ciudad portuguesa, sin que se haya cumplido aún su deseo final de reposar “en Villalar de los Comuneros, junto a su esposo”. Con estos actos, también rinde homenaje esta formación castellanista, a los principales líderes de la Comunidad de Toledo, Juan de Padilla y María de Pacheco.
En torno a las 11:30 horas, los primeros grupos de castellanistas, portando pendones morados o banderas cuarteladas de Castilla, comenzaron a deambular por la plaza de Zocodover, que comenzaba a despertar, mientras grupos de turistas observaban curiosamente a los recién aparecidos. En torno a las 12:00 horas, un grupo de comuneros burgaleses instaló un puesto informativo, mientras que varios militantes repartían hojas informativas a los viandantes; la música castellana comenzó a tronar por la megafonía, llenando de identidad castellana la atmósfera toledana.
A las 12:30, unas cuatrocientas personas se agolpaban en la Plaza de Zocodover, esperando expectantes la actuación del Grupo de Folk “Escuela de Folklore de Aranda del Duero”, que con sus bailes, danzas y músicas, ofrecieron un espectáculo de lo mejor de la tradición cultural castellana de su comarca; a esas horas ya eran casi 600 las personas que participaban en esta acto, mientras los gritos de “Castilla entera se siente comunera”, y el tremolar de decenas de banderas, retrotraían a la veterana plaza de Zocodover a sus mejores tiempos comuneros.
El final de la actuación castellana, marco el inicio de la breve intervención política de los comuneros, que descansó en el verbo de su secretario general y concejal del Ayuntamiento de Burgos, D. Luis Marcos, quien tras agradecer el tesón en la defensa de nuestra cultura tradicional, al grupo que acababa de actuar, centró sus quince minutos de intervención en recordar el significado de esta fecha, y en plantear las reivindicaciones castellanistas de TIERRA COMUNERA (TC-PNC).
Así Luis Marcos exigió aumentar el nivel de autogobierno de las comunidades castellanas, mejorando su financiación y su nivel de competencias, y avanzando hacia la unidad de toda Castilla. Del mismo modo planteó la reclamación de políticas de desarrollo socio-económico, basadas en la creación de empleo y en la transformación de las producciones primarias de Castilla, frenando el expolio del agua, de la energía y del ahorro de Castilla.

Las propuestas desgranadas por el secretario general comunero plantearon la mejora de la calidad de vida y prestaciones de los servicios sociales, educativos y sanitarios en Castilla, el rechazo a una nueva agresión europea a nuestros agricultores y ganaderos, apostando por un medio rural vivo y dinámico, que frene la despoblación y el envejecimiento. Marcos igualmente no olvidó la necesidad de potenciar las señas de identidad castellana, fundamentalmente en los ámbitos culturales y educativos, apoyando a los colectivos sociales que trabajan en este ámbito, reivindicando la puesta en valor del patrimonio natural, cultural, histórico, artístico y etnográfico castellano.

Eran las 13:30 horas, cuando unos doscientos asistentes, encabezados por dulzaineros y danzantes, y tras una enorme pancarta que recordaba “orgullosos de ser castellanos”, marcharon en Manifestación, por las callejuelas toledanas hacia la Plaza de Padilla. Gritos de “Castilla entera, se siente comunera”, “Bravo, Bravo Bravo, Padilla y Maldonado”, “Vuelve Padilla, y libera Castilla”, o “Pueblo castellano, pueblo soberano”, atronaban por unas callejuelas medievales que amplificaban el eco de los comuneros del siglo XXI.

En la Plaza de Padilla, en torno a las 13:45, y tras unas breves palabras de Luis Marcos, que recordó la efemérides comunera toledana de 1519-22, se realizó una Ofrenda Floral frente a la Casa de Padilla y se procedió al Canto del “Himno de Esperanza”.

A las 14:30, un buen número de los asistentes, participó en una fraternal Comida de Hermandad, mientras que por la tarde grupos comuneros, que deambulaban por las calles del viejo Toledo, aún recordaban que por un día, la vieja capital del tajo no era la “ciudad imperial”, sino la “rebelde comunera”.

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