El alcalde de Santa María del Mercadillo, Pedro Martínez, anterior presidente de la Mancomunidad de Municipios del sur de la provincia de Burgos La Yecla, se ha visto obligado a dimitir de su cargo de vocal en la Mancomunidad, tras reconocer que se apropió indebidamente de una cantidad de 12.633 euros durante los últimos cuatro años, por el procedimiento de repostar gasoil en la estación de servicio de la localidad de Oquillas, pagando la factura con la tarjeta de crédito de la mancomunidad, que estaba depositada en la gasolinera para los repostajes del camión de basuras y la retroexcavadora.
Hace año y medio, tomó posesión como nuevo presidente de la mancomunidad de La Yecla, el alcalde comunero de Caleruega, José Ignacio Delgado, que al comprobar los elevados gastos de los últimos años, comenzó una investigación que concluyó con la certeza del uso fraudulento de la tarjeta de crédito por el anterior presidente. Así, habría constancia en albaranes de que en 2002 habría gastado 1.952 , otros 4.500 en 2003 y finalmente otros 6.100 hasta el término de su mandato en Mayo de 2005.
El alcalde del PADE, y anteriormente independiente y del PP de Santa María del Mercadillo, Pedro Martínez, presentó el pasado 26 de septiembre la dimisión como vocal de la junta directiva de la Mancomunidad La Yecla a petición de la asamblea general del ente supramunicipal después de que éste reconociera que se apropió indebidamente de 12.633 euros de los fondos de la mancomunidad durante los últimos cuatro años.
En base a la información facilitada, Pedro Martínez, que presidió la mancomunidad durante dos legislaturas hasta que su candidatura fue derrotada por Delgado hace dos años, utilizó indebidamente de manera prolongada en su propio beneficio la tarjeta de crédito habilitada por la mancomunidad para el pago del gasoil para el servicio del camión de la basura y la retroexcavadora.
Según explicó el castellanista José Ignacio Delgado, en los meses de mayo y junio de este año detectaron movimientos «excesivos» en las cuentas de la tarjeta depositada en la estación de servicio de Oquillas para que, con carácter exclusivo, el conductor de los vehículos realizase el repostaje. Unas facturas que duplicaban el consumo habitual de combustible.
Iniciadas las investigaciones, los operarios de la gasolinera confirmaron «que era un hecho común y diario -indicó Delgado- que el antiguo presidente utilizaba esa tarjeta, no se sabe muy bien con qué fin, pero parece que incluso se llevaba garrafas para su consumo particular o lo desviaba para asuntos diferentes a la mancomunidad».
Tras realizar un arqueo de las facturas, con ayuda del secretario comprobaron que los albaranes que no correspondían al chófer se remontaban a 2002, año en el que sumaban 1.952 euros, en 2003 ascendían a 4.500 euros, en 2004 a 3.700 y hasta mayo de 2005 a 2.400 euros.
Delgado explicó que, constatado el fraude, hablaron con Pedro Martínez, quien reconoció los hechos y llegaron a un acuerdo con él para que cuanto antes reintegrara el dinero detraído. Un compromiso que cumplió el 29 de agosto.
Una vez reparado el daño, el pasado 23 de septiembre la asamblea general decidió no denunciar el tema a los tribunales, aunque sí pidió por unanimidad la dimisión del regidor como vocal. Asimismo se acordó dar cuenta del caso a la subdelegación del Gobierno, a la Diputación y a la delegación de la Junta, por si quisieran tomar cartas en el asunto y recurrir a la vía judicial ya que los hechos constituyen un presunto delito de apropiación indebida, castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años, y que podría conllevar la inhabilitación para el ejercicio de cargo público.
Asimismo, aunque se optó por silenciar este asunto, una vez interesada esta redacción por el mismo Delgado consideró positivo que, «sin intentar hacer más daño del necesario», los vecinos de los 21 pueblos que componen la mancomunidad sepan qué hacen sus representantes públicos con su dinero.
Por su parte Pedro Martínez reconoció la autoría de los hechos, se mostró arrepentido y pidió públicamente perdón por lo que calificó como «un error que puede cometer cualquiera y en el que nunca debí incurrir» y que atribuyó a que atravesaba una mala racha económica a nivel personal. En cualquier caso dejó claro que no dimitirá como alcalde de su municipio, cargo que ocupa desde 1988. «No tiene que ver una cosa con otra. Esto es un tema de la mancomunidad y en el Ayuntamiento sigo haciendo cosas y obras y ahí están las cuentas claras», afirmó.
TIERRA COMUNERA (TC) está analizando la posibilidad de denunciar penalmente a Pedro Martínez, por la comisión entre otros de los delitos de apropiación indebida, malversación de caudales públicos, cohecho y prevaricación.