La formación castellanista TIERRA COMUNERA (TC), ante el acuerdo alcanzado ayer miércoles entre los portavoces de los grupos popular y socialista en las Cortes de Fuensaldaña para avanzar en la Reforma del Estatuto de Castilla y León, y el anuncio de que pactarán una propuesta antes de julio, quiere manifestar ante la opinión pública su temor a que ambos partidos centralistas certifiquen un acuerdo de mínimos, privando a la Comunidad de Castilla y León de un texto estatutario ambicioso, moderno, progresivo y acorde con la realidad y las expectativas de la ciudadanía, que nos permita superar 25 años de atraso, marginación y discriminación.
Desde TIERRA COMUNERA (TC) se analizan con preocupación las últimas declaraciones públicas de Herrera que consideran peligrosa la definición de la Comunidad como Nacionalidad Histórica, así como los comentarios de Villalba, que parecen aceptar una caracterización de Castilla y León inferior a las utilizadas por las otras autonomías que están reformando sus Estatutos. Para esta formación castellanista, parece que los máximos responsables regionales del PP y el PSOE parecen aceptar una posición secundaria y mediocre para Castilla y León, muy por debajo de las expectativas de la población. Así, esta formación castellana exigirá a Herrera y Villalba que cumplan su promesa del pasado verano de 2005, de admitir la presencia de representantes de TIERRA COMUNERA (TC) en la Comisión no Permanente que, sobre la reforma estatutaria, se creará en las Cortes tras la Semana Santa. En este ámbito parlamentario, los representantes de este partido comunero reclamarán ambición para que Castilla y León se dote de un Estatuto de Autonomía completamente nuevo, que se constituya en un instrumento útil para resolver los numerosos problemas que esta Comunidad tiene planteados, y que sirva para satisfacer las necesidades que reclama la sociedad castellana.
El secretario general de TIERRA COMUNERA (TC), Luis Marcos, ha declarado que considera clave para Castilla y León que no se desaproveche esta oportunidad histórica para que la Comunidad se sitúe en la vanguardia del Estado Autonómico, superando la situación de inferioridad y marginación en que la situó el deficiente Estatuto de 1983. el líder de los castellanistas ha manifestado igualmente que TIERRA COMUNERA (TC) no permitirá que el PP y el PSOE de Castilla y León pacten una propuesta de estatuto insuficiente para esta Comunidad.
TIERRA COMUNERA (TC) está ultimando el borrador de su propuesta propia sobre el Estatuto de Castilla y León, que llevará a la Comisión Parlamentaria sobre la reforma estatutaria, y que además pretende provocar un amplio debate con el tejido social y cívico de la Comunidad.
El borrador de la propuesta de Estatuto para Castilla y León que está elaborando TIERRA COMUNERA (TC) y que en breve será públicamente presentada, apuesta por la definición de la Comunidad como Nacionalidad Histórica, algo que ya se tendría que haber conseguido en el texto de 1983, pero que el 2006 se considera ya como irrenunciable, para no soportar una nueva situación de agravio frente al resto de las comunidades; debe ser un Estatuto que mire al futuro y se constituya en una auténtica Carta de Derechos fundamentales de los ciudadanos de esta tierra.
Castilla y León debe ir al máximo autogobierno sin aceptar menos competencias que cualquier otra comunidad autónoma, destacando especialmente la gestión de la política del agua en la Cuenca del Duero y en la Cuenca del Ebro, así como la necesidad de medios de comunicación de titularidad pública, toda vez que Castilla y León es, junto a La Rioja y Cantabria, la única región que no cuenta con un servicio de radio y televisión de este tipo, esencial para vertebrar el territorio. Así mismo, el estatuto tiene que garantizar un modelo de financiación que sea justo con Castilla y León, permitiendo que los ciudadanos de la comunidad tengan la misma calidad en la prestación de los servicios que cualquier otra autonomía, con fondos suficientes para garantizar esa igualdad en la calidad de prestación de servicios teniendo en cuanta la dispersión de la población, la variable territorial, el envejecimiento y la despoblación.
El nuevo Estatuto de Castilla y León, debe reconocer un marco de colaboración, no sólo por razones históricas, con el resto de las Comunidades Autónomas de tronco castellano, impulsando el Consejo de las Comunidades Castellanas. Así mismo, el texto estatutario debe apostar fuerte por la vertebración de la comunidad, mediante tres vías: la comarcalización, la descentralización administrativa y el sometimiento a referéndum del estatuto después de ser aprobado por las Cortes, para superar el déficit democrático actualmente existente en la Comunidad.