Castilla nos une

Castilla nos une

BURGOS, TRÁFICO Y CAOS. (Junio’2006). .. (11/08/2006)

Los burgaleses se están encontrando estos días con una caótica gestión del tráfico en su ciudad, que está desencadenando innumerables atascos, notables retrasos en el desarrollo de los trayectos, tensión, incremento de la contaminación atmosférica y del ruido, así como un aumento del riesgo de accidentes y atropellos en el casco urbano. Algunas actuaciones municipales poco meditadas, en su diseño o en su ejecución, como la peatonalización del puente de Santa María, o la construcción del túnel en la glorieta de la Avenida de Cantabria, son en parte responsables de esta situación, a la que se unen la incuria y abandono que nuestra ciudad padece por un Gobierno central que debería haber acometido las necesarias circunvalaciones hace al menos seis años.

Sin embargo, en mi opinión, el empeoramiento del tráfico en nuestra ciudad no se debe exclusivamente a actuaciones coyunturales, sino que cada vez en mayor medida, está causado por un modelo de desarrollo urbano, muy extenso en lo que a ocupación del territorio se refiere, y que obliga a la utilización del vehículo particular para el cumplimiento de muchas de las funciones sociales de los ciudadanos.

En la actualidad se están acometiendo los nuevos sectores urbanos previstos en el PGOU de 1999, con el desarrollo de más de 20.000 nuevas viviendas; además el equipo de Aparicio está iniciando modificaciones urbanísticas asociadas al Desvío a Cortes o a Villalonquéjar que posibilitarán casi otras 20.000 residencias. A ello se unen los desarrollos urbanísticos del Alfoz que pugnan por establecer otras 40.000 viviendas en las localidades más próximas de nuestro entorno.

Este modelo de desarrollo urbanístico, caracterizado por una voraz ocupación del territorio, está arrasando y hormigonando nuestro entorno, pero además está obligando a decenas de miles de familias a depender en exclusiva de sus vehículos privados para dirigirse a su trabajo, a los lugares en que desarrollar su ocio y esparcimiento, al colegio de sus hijos, a su ámbito de descanso residencial, a sus lugares de compras, o a reunirse con sus familiares y amigos; ello está obligando a decenas de miles de desplazamientos, y al recorrido de cientos de miles de kilómetros diarios que con otro modelo de desarrollo urbano no serían estrictamente imprescindibles.

Además, es obvio que, aunque esperemos que pronto los anillos circunvalatorios que desvíen de nuestro interior el tráfico en tránsito, las infraestructuras urbanas y periurbanas de nuestra ciudad no están diseñadas para acoger la extremada densidad de tráfico que la extensión urbana de Burgos y su Alfoz están configurando, y en muchos casos no lo podrán estar nunca. Desgraciadamente, nuestros responsables públicos parecen optar por un modelo de expansión urbanística alocada, que genera una vida de peor calidad para la mayoría de los vecinos, que nos deja huérfanos de dotaciones y espacios libres, que carece de racionalidad y de futuro, evidenciando, desde ya su falta de sostenibilidad.

El resultado lo estamos ya viendo y padeciendo: escasamente 170.000 habitantes en un espacio geográfico llano y sin barreras orográficas, comparten un caos circulatorio más propio de una gran urbe: otro modelo de desarrollo urbano para Burgos, no solo es necesario, se hace ya imprescindible.

Luis Marcos,
Secretario General de TIERRA COMUNERA (TC)

Compartir publicación