Durante toda la semana del 2 al 6 de Julio se desarrolló en Burgos con éxito el Curso de Verano «Medio Ambiente Urbano y la Ciudad del Siglo XXI» que organizado por la Universidad de Burgos, ha dirigido el profesor universitario y secretario general de la formación castellanista TIERRA COMUNERA (TC).
Cerca de un centenar de participantes asistieron a las cerca de cuarenta horas de sesiones que se desarrollaron en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Burgos, en las cuales se analizaron los principales aspectos que describen el Medio Ambiente Urbano, así como las políticas municipales orientadas a la sostenibilidad en la ciudad.
Asuntos como la sostenibilidad en la gestión municipal, la contaminación atmosférica urbana, la gestión de los residuos urbanos, el tratamiento de potabilización y depuración de aguas, la hidrogeología urbana, la agenda 21 local y los indicadores de sostenibilidad, el cambio climático en la ciudad, las energías renovables, la movilidad, el urbanismo sostenible, la edificación bioclimática, la gestión de espacios verdes o la participación ciudadana orientada al voluntariado ambiental urbano, fueron algunas de las temáticas que fueron analizadas científicamente en el citado curso, que fue impartido por profesores y consultores procedentes además de la Universidad de Burgos, de las universidades de Salamanca, Politécnica de Madrid, Complutense de Madrid y consultoras ambientales de Madrid, Vitoria, Burgos o Zamora.
Ponentes como José Ángel Cuerda, ex-alcalde de Vitoria, Ángel Vaquero, experto en energía urbana, Carlos Verdaguer, arquitecto o Ramón Viloría, físico de la atmósfera dotaron de enorme calidad al curso. Por su parte, Luis Marcos impartió sendas ponencias sobre la sostenibilidad en la ciudad del siglo XXI y medidas contra el cambio climático en el ámbito urbano, continuando con una trayectoria que se remonta a más de diez años de ser el responsable de lña dirección del Curso de Verano centrado en Medio Ambiente dentro de la oferta anual de la Universidad de Burgos.
Una ciudad con una movilidad alternativa al tráfico de vehículos
privados, con unas dotaciones sociales, deportivas, culturales y cívicas de proximidad en cada barrio, con una extensión compacta, que huye de las urbanizaciones periféricas, con una gestión austera del agua, que minimiza las emisiones de contaminantes a la atmósfera y la generación de residuos, participativa en lo ambiental,con edificios que minimizan el consumo de energía y que están construidos con materiales reciclables, son algunas de las conclusiones que permiitrán avanzar hacia las ciudades sostenibles en el horizonte del presente siglo XXI.