Castilla nos une

Castilla nos une

Presentación del libro ‘Castilla en Tiempos de Fernán González’, el miércoles 4 de junio en el Salón Rojo del Teatro Principal de Burgos. (Junio 2008). . (04/06/2008)

Acto de presentación del libro CASTILLA EN TIEMPOS DE FERNÁN GONZÁLEZ, del catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Burgos, D. Juan José García, y editado en Burgos por la Editorial DOSSOLES. Tendrá lugar en el Salón Rojo del Teatro Principal de Burgos, el miércoles 4 de Julio, a las 20:15 horas. En esencia, el acto consistirá en una conferencia sobre los orígenes de Castilla y sobre el período de gestión de tan cualificado personaje.
 

Este libro se estructura por estrictas razones de método, en tres partes formal y funcionalmente diferenciadas, doadas de personalidad propia y distinat pero estructuralmente interrelacionadas. La primera se ocupa de los procesos de formación, desarrollo, culminación y disolución del Condado de Castilla. La segunda atiende a la fijación del papel que cumplió Fernán González durante los casi cuarenta años en que le gestionó como delegado regio. La tercera confronta los resultados de aquella y de ésta en un nivel científico superior para dar respuesta a dos cuestiones candentes en las ciencias humanas: cómo se producen los cambios sociales y cuál es el grado de libertad de los líderes institucionales en la gestión de los sistemas.

Del estudio se desprende que, antes de su configuración como principiado/reino a comienzos del siglo XI, Castilla arrancó a finales de la quinta centuria, como un topónimo para designar el segmento centro-septentrional de las Merindades burgalesas actuales y cuajó como un corónimo  para denominar sucesivamente un «territorium» hispanogodo (574-712), un «iqlim» musulmán (712-741), una circunscripción protoastur (741-768), una comarca independiente (768-850), un microcondado embrionario (850-932) y un macrocondado plenipotenciario en el seno del reino leonés (932-1038).

Fernán González, por su parte, ni fundó el Condado ni le independizó de León, pero contribuyó significativamente a conferirle personalidad institucional, a dotarle de un andamiaje administrativo normalizado, y a sentar bases operativas efuicientes para su ulterior transformación en Reino. El periodo en que convergieron el Conde y el Condado, funcionó como una genuina fase de Transición, sobredenominada por la «pequeña explotación agropecuaria familiar» cuyas necesidades superestructurales, dejaban un limitado margen de maniobra, tanto a los personalismos como a las improvisaciones. 

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