Medio millar de personas se han congregado en la mañana de hoy en la Plaza toledana de Zocodover para celebrar el XXV Homenaje a los Comuneros, organizado por el PARTIDO CASTELLANO (PCAS) en una ventosa mañana castellana.
En una ventosa mañana toledana, medio millar de personas se han congregado en la Plaza de Zocodover toledana para rendir tributo a los Comuneros, en las figuras de Juan de Padilla y María Pacheco y para recordar que hoy, como hace casi 500 años, Castilla necesita voz propia en España y que la democracia se defiende día a día, frente a la corrupción, al nepotismo y a la tiranía de los grandes y los poderosos.
La mañana ha transcurrido amenizada por las pieza de dulzaina y tamboril del grupo de Dulzaineros de la Travesaña, del grupo de Danzas de Navahermosa y del chocolate caliente servido por los miembros del PCAS y que han «calentado», entre todos, el frío ambiente de la mañana toledana.
El Presidente Nacional del PARTIDO CASTELLANO (PCAS), Mariano Fuente, acompañado del Secretario General de la formación castellanista, Pedro Manuel Soriano, se han dirigido a los medios de comunicación y posteriormente a los congregados en la plaza toledana, para hacer especial hincapié en la urgente necesidad de terminar con las corruptelas que asolan el panorama político español, en la necesidad de una regeneración democrática del estado y para incidir en que no todos los partidos políticos son iguales, sino que la responsabilidad de la crisis económica, política y social que asola el país es de los grandes partidos que se han corrompido en estos 35 años de democracia, especialmente el PP y el PSOE, que son los representantes parlamentarios de esta tierra.
A continuación, tras un pasacalles desde la Plaza de Zocodover hasta la Plaza de Padilla acompañado de la música de las dulzainas castellanas, el insigne poeta Luis López Álvarez se ha dirigido a los congregados en la Plaza de Padilla, durante la ofrenda floral en las que fueron las casas de la familia Padilla y Pacheco, para glosar las figuras de Juan de Padilla y de María Pacheco, para reivindicar no sólo su legado sino la vigencia del mensaje comunero que defendía la democracia verdadera, el gobierno del pueblo frente a la deslealtad de los poderosos y para, en último término, reivindicar una estatua en la Plaza de Padilla que recuerde la insigne figura de los Comuneros Toledanos, una estatua prometida por diversos gobiernos municipales -incluido el de Emiliano García-Page- y que sigue durmiendo «el sueño de los justos» en el taller de algún escultor.
Por desgracia, la situación política y económica que vive España en general y toda Castilla en particular, nos hace recordar que otros castellanos antes que nosotros tuvieron que pelear – de una manera muy distinta a los cauces democráticos que se utilizan hoy en día – para terminar con la corrupción, el nepotismo y la traición de los poderosos a su tierra. Y que estos, los que defendían al pueblo y a la comunidad, son los precursores de los valores democráticos que hoy defendemos.
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