Castilla nos une

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Ante el cierre de Garoña el PARTIDO CASTELLANO (PCAS) exige inversiones que creen alternativas económicas en la comarca. (Diciembre 2012).. (19/12/2012)

El PARTIDO CASTELLANO (PCAS) ante precipitada parada del reactor nuclear y la negativa de Endesa e Iberdrola a solicitar la renovación de la licencia de la Central Nuclear de Garoña (Burgos), considera que estas empresas han engañado a la opinión pública en su solicitud de futuro para la energía nuclear, la lucha contra el cambio climático y la defensa de los puestos de trabajo en la comarca, y que su único interés de lucro económico, se ha venido abajo con las nuevas exigencias de inversiones que la catástrofe de Fukusima ha planteado .

La nueva imposición sobre la producción eléctrica que proyectan tanto el Ministerio de Industria como la Junta de Castilla y León, ha hecho a Nuclenor adelantar el cierre de la peligrosa central, «los dirigentes de las eléctricas sólo han buscado durante años una alta rentabilidad importándoles bien poco el criterio social, o la reversión en la sociedad civil de los grandes beneficios obtenidos a través del pago de impuestos».

Para el PCAS que la central nuclear de Santa Maria de Garoña cierre su explotación, será una buena noticia cuando venga acompañada de inversiones para reactivar la economía de la zona cuya única industria es una central nuclear obsoleta.

PCAS viene reclamando desde hace años un mayor esfuerzo presupuestario así como un compromiso real, activo y directo en la creación de empleo y de actividad económica en las Comarcas del norte de Burgos, siendo imprescindible mantener y aumentar el Plan Reindus y otras alternativas de creación de empleo y dinamización económica que compensen el cierre de la Central «que iba a llegar tarde o temprano». En la hemeroteca quedan las promesas incumplidas del vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, el socialista Manuel Chaves, que anunció en 2009 el «Plan Garoña» que contemplaba 26 medidas divididas en cinco ejes, con una financiación de 950 millones de euros directos, que ha quedado en nada.

A los castellanistas les llama la atención, «el ridículo hecho por la Junta de Castilla y León, el Gobierno Rajoy y del Partido Popular en general, por su empecinamiento en apoyar a Nuclenor sin prever ninguna alternativa para cuando llegase su cierre». La preocupación de los castellanistas es ahora para los 300 puestos directos que genera la instalación, por lo cual insta a las administraciones y a Nuclenor, «a que parte de los beneficios obtenidos a lo largo de los años reviertan en la zona con la creación de algún tipo de instalación tecnológica que permita a los empleados seguir trabajando en la zona». Para los castellanistas todavía hay margen de maniobra para crear un Plan real de cara al cierre de Garoña. El desmantelamiento de la central durará entre 5 y 10 años, tiempo suficiente para articular medidas de desarrollo para la zona.

Sin embargo, el PCAS, al tiempo que se felicita por el cierre de esta obsoleta central Nuclear, los castellanistas emplazan al Gobierno Central a retomar las inversiones previstas en el «Plan Garoña» y el Plan Reindus en el norte de la provincia de Burgos. La instalación nuclear ha frenado durante años el desarrollo de otros sectores económicos en la comarca, como son la modernización y mejora de la rentabilidad de las empresas del sector agropecuario centradas en los productos de calidad, la creación de industrias en los sectores de las nuevas tecnologías y las energías renovables, y la potenciación de un sector turístico de primer nivel, que utilice como vectores el extraordinario Patrimonio Cultural y Natural de las comarcas del norte de Burgos.

 

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