Castilla nos une

Castilla nos une

Castilla es la solución. Obviamente la pregunta entonces es… ¿Cuál era el problema?

O los problemas. Porque en Madrid hay muchos problemas que no pueden ser resueltos fuera de Castilla. Y no digo que haya otras soluciones, pero que la unión de las cinco Comunidades Castellanas sea la óptima. Digo que únicamente pueden solucionarse en el contexto de esta unión.

Por ejemplo, la falta de vinculación de las empresas radicadas aquí con la Comunidad de Madrid. Su falta de conciencia cívica. Su irresponsabilidad social y ambiental. Una gran empresa cuya sede está en Madrid no se siente, en general, comprometida con el desarrollo de la Comunidad, porque la Comunidad de Madrid no es sino un artefacto jurídico ad hoc, sin más historia que la de las componendas políticas de la primera transición, y sin más razón de ser que la administrativa. Un limbo. Y, obviamente, nadie va a sentirse obligado con un limbo. Compárese esta actitud con la de las empresas vascas o catalanas con sus respectivas tierras. Las empresas y las instituciones madrileñas han de saberse castellanas, parte de algo más grande, responsables ante todo un pueblo.

Otro problema, la falta de estabilidad del país. Así, como suena. A menudo los nacionalistas catalanes o vascos ponen como argumento para reclamar un techo competencial diferenciado el que unos pueblos con una personalidad histórica tan clara (unas naciones, en su jerga) no pueden tener las mismas competencias que Cantabria, La Rioja, o Madrid. Y no les falta algo de razón. El estado autonómico es un colectivo de entidades no equiparables entre sí, que tarde o temprano tenía que devenir disfuncional. 

Pues bien, todo esto se simplificaría radicalmente, y el sistema en su conjunto se estabilizaría, si las cinco Comunidades Castellanas se unieran en una sola. ¿Con qué argumento va a reclamar el País Vasco, por ejemplo, más competencias que Castilla?

Hay más cuestiones, pero no quiero extenderme. Para acabar, les propongo un ejercicio mental: cuando se enfrenten a un problema de la Comunidad de Madrid, intenten replantearlo en el contexto de una hipotética Castilla unida. Verán como en esta nueva perspectiva, el problema resulta siempre menos grave.

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