Sin embargo, las paradojas que nos muestra a diario la vida afectan también a este desigual reparto poblacional en la Meseta. Así, el funcionamiento de las ciudades, de sus industrias, de sus sistemas de comunicaciones y del conjunto de sus actividades cotidianas, exige mano de obra, energía, agua, productos agropecuarios, materias primas y recursos de los cuales carece, y que son “importados” de ese vasto territorio rural que las rodea. Y ese trasvase suele llevar efectos indeseados sobre las poblaciones rurales, que llegan, a veces, a ser devastadores.
Así, la necesidad de disponer de agua abundante, barata y de calidad, ha anegado la mayor parte de los valles de las cuencas altas de nuestra tierra, haciendo desaparecer pueblos, las mejores tierras disponibles en la montaña y un patrimonio cultural, artístico y etnográfico insustituible. La lectura de “La lluvia amarilla” del leonés Julio Llamazares, sigue ofreciéndonos un relato estremecedor sobre el ocaso rural, treinta años después de ser concebida. Y junto al agua, la energía hidroeléctrica, la térmica, la eólica, la biomasa, la producción forestal, los materiales de construcción, la producción agropecuaria, etc… todo ello, procede de nuestros campos, bosques y montañas.
Si este proceso se ha producido sin tregua ni pausa en Castilla desde hace aproximadamente 50-60 años, en los últimos tiempos, la preocupación ambiental de la sociedad, y la necesidad de ocultar de nuestra vista los aspectos más dañinos y contaminantes de la actividad urbana, han convertido numerosos terrenos rurales en lugares idóneos para el vertido de residuos o para deshacernos de aguas residuales mal gestionadas. Y dentro de las preocupaciones actuales por los graves efectos ambientales y económicos del Cambio Climático, nuevamente nuestro Medio Rural acude al rescate, proporcionándonos los mejores sumideros para evitar las emisiones de gases de efecto invernadero, y además, como todo lo que ofrece el campo castellano: gratis.
Y ya es hora de que las cosas cambien, y que los recursos energéticos, hídricos, materiales, humanos y ambientales que tan agresivamente depredamos los urbanitas de nuestro medio rural sean, siquiera en parte, compensados.
Pongamos un ejemplo; ya hace años, la formación castellanista Partido Castellano (PCAS), hizo público un informe en que evalúa el papel de la Comarca de La Sierra y Pinares (Burgos-Soria) en cuanto a territorio fijador de dióxido de carbono, principalmente a través de sus montes y bosques, que analiza la contribución de esta comarca a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global, cifrándose en un millón de toneladas anuales la fijación de CO2 que se efectúa en la Comarca y que reclama compensaciones económicas a este territorio por su protagonismo en combatir el Cambio Climático que estima en 20 millones de euros anuales para consolidar su desarrollo sostenible.
Los castellanistas han analizado la zona comprendida por los municipios incluidos en la actuación de los grupos de acción local AGALSA y ASOPIVA, que suponen una superficie cercana a los 3500 km2 tanto en la provincia de Burgos como en la de Soria, zona en la cual la importancia de la masa forestal es clave, pues representa más de 1700 km2.
De los estudios efectuados por los técnicos ambientales del Partido Castellano (PCAS), se desprende que la Comarca de Demanda-Pinares almacena en sus bosques 100 millones de toneladas de dióxido de carbono y que fija anualmente una cantidad de 700.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) adicionales, cantidad que se elevaría hasta la cifra de un millón de toneladas de CO2 fijadas cada año si se incorporarán las contribuciones a este fin de las superficies de pastos, matorral y otros desarrollos vegetales no estrictamente forestales.
Para la población más reivindicativa de este territorio, el papel que juega la Comarca de Demanda-Pinares en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, en la lucha contra el calentamiento global y en la mitigación de los nocivos efectos del Cambio Climático es incuestionable. Así, si cada hogar español emite, de media, cinco toneladas de dióxido de carbono anuales a la atmósfera, los bosques de la Demanda-Pinares, absorberían anualmente la emisión de 200.000 hogares. El enorme protagonismo de la Comarca de Demanda-Pinares en la lucha contra el Cambio Climático, no es sin embargo reconocido ni por las instituciones ni por las diferentes administraciones, tal y como denuncia esta formación castellanista.
Así, el Partido Castellano (PCAS) está elevando una serie de reclamaciones, ante diferentes administraciones públicas, para obtener una compensación económica para la Comarca de Pinares-Demanda como justa aportación por su papel de lucha contra las emisiones de gases de efecto invernadero, y como contribución para garantizar la existencia de un desarrollo sostenible en esta comarca amenazada por la despoblación, el envejecimiento y el olvido institucional.
Así, el estudio realizado por los castellanistas cuantifica en 20 millones de euros anuales la contribución que el Estado debiera transferir a esta comarca burgalesa-soriana, dado que el precio actual de la tonelada de dióxido de carbono (CO2) en los mercados internacionales de derechos de emisión se sitúan en los 20€ -aunque las previsiones son de que pronto alcanzará los 40€- y la fijación anual neta de este gas de efecto invernadero en la comarca se estima en un millón de toneladas anuales.
Es urgente reclamar un desarrollo sostenible para la Comarca de La Demanda-Pinares, que además de utilizar recursos tradicionales (la explotación maderera, la ganadería extensiva o las industrias extractivas minerales), apueste por desarrollar un turismo de calidad basado en los recursos y valores culturales y ambientales de la comarca, por una explotación cinegética racional, por los nuevos aprovechamientos micológicos, por las industrias de transformación de las producciones endógenas, y por un sector servicios moderno y competitivo, al que se deben añadir sectores complementarios, como éste de las compensaciones por la fijación y secuestro de carbono en el territorio.
Vivir en el Medio Rural y optar por un territorio y unos pueblos vivos, es algo duro, que va contra corriente, especialmente en Castilla, por ello es lamentable el olvido y abandono en que las diferentes administraciones (estatal, autonómica y provincial) mantienen sumida a la Comarca de Demanda-Pinares, retrasando sus infraestructuras, degradando la calidad de la prestación de los servicios, recortando sus inversiones e impidiendo un desarrollo endógeno, sostenible y autocentrado que permita un futuro digno a sus gentes serranas y pinariegas.
(Artículo de opinión de Luis Marcos, publicado en burgosconecta. es; http://burgosconecta.es/blogs/latenadadelcomun/2015/04/16/compensar-emisiones-de-carbono-en-pinares/#more-203 )