Artículo de opinión de Javier de Miguel.
Cuando estuve el pasado mes de Agosto en Medina del Campo en la conferencia de Luis López Álvarez, dentro de la conmemoración anual de la Quema de Medina, éste recordó dicho episodio de sacrificio de los medinenses dentro del marco de solidaridad entre las ciudades castellanas que había suscitado la propia revolución comunera.
Esta solidaridad, este entendimiento de lucha común, de formar parte de un mismo pueblo con un mismo destino, cuando en Madrid evocamos la revolución de las Comunidades, lo unimos sentimentalmente a un hecho histórico concreto. Nos acordamos de Juan de Zapata, nuestro líder comunero, el regidor de la Villa que arengó y acaudilló a los 500 madrileños que se unieron a las tropas de Juan de Padilla que subían hacia Segovia para auxiliar a la ciudad en el sitio al que la sometía Rodrigo Ronquillo.
El próximo Domingo 5 de Febrero el Partido Castellano nos convoca para recordar y honrar a los Comuneros de Toledo, la ciudad más emblemática durante aquella lucha, personificados en Juan de Padilla y María Pacheco y con ellos, reivindicar nuestro sentimiento como herederos y continuadores de los que hace 500 años lucharon por Nuestra Tierra, por Nuestra Gente.
Solidaridad entre los castellanos. Este es el sentimiento, el compromiso, el deber. Y en este momento, en 2012, esta solidaridad debe plasmarse en hechos concretos como en el rechazo firme ante el atropello que supone el ubicar un cementerio nuclear (el ATC) en Villar de Cañas (Cuenca).
Con independencia de estar a favor o en contra de la energía nuclear, no es admisible que la cuarta opción del estudio técnico sea la elegida. Es claramente una designación política, una decisión impopular que se impone a las gentes que tradicionalmente no protestan, que siempre se sacrifican por España, a los resignados, a los parias del Estado asimétrico en el que vivimos: a los castellanos.
Y esto lo hacen a cambio de nada, de unos presuntos puestos de trabajo directos que no compensarán la degradación y depreciación a otros niveles que sufrirá la comarca. Porque no, ¡no hay un plan de desarrollo complementario unido a este proyecto!
¡Por eso hay que decir BASTA! ¡Queremos inversiones de vida en Castilla, no inversiones de muerte!
Te esperamos en Toledo el día 5 y el domingo siguiente, el 12 de Febrero, en Villar de Cañas, para luchar por nuestra dignidad y nuestro futuro… y gritar, como gritaban nuestros antepasados hace 500 años, reclamando la primacía de la soberanía del pueblo frente a sus injustos gobernantes:
¡¡Comunidad, comunidad!!
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