El PARTIDO CASTELLANO (PCAS) recuerda en la parte expositiva de su enmienda que el territorio rural de la provincia de Burgos (la práctica totalidad de sus 371 municipios, salvo Aranda de Duero, Miranda de Ebro y Burgos), el Burgos rural está sometido a un feroz proceso de despoblación (ha pasado en 100 años de albergar a casi 300.000 habitantes -exceptuando a Aranda, Miranda y Burgos ciudad-, a menos de 90.000, lo que le da una densidad de población media inferior a 6,5 habitantes/km2, cuando la Unión Europea considera que densidades inferiores a 10 habitantes/km2 deben considerarse desiertos demográficos. Así mismo, los castellanistas resaltan que algunas comarcas burgalesas (como la Alta Cuenca del Arlanzón o Peña Amaya-Valdelucio-Loras-Sedano) cuentan con densidades inferiores a 2 habitantes/km2, inferior a la del Desierto del Sahara.
El PARTIDO CASTELLANO (PCAS) propone con esta partida de 35 millones de euros, poner en marcha un Plan de Desarrollo Rural, centrado en las Comarcas más despobladas de la provincia, articulado sobre la implementación de políticas activas tendentes a la fijación de población, mediante la mejora de la calidad de los servicios públicos esenciales (comunicaciones, transportes, servicios sociales, educación y sanidad) e inversiones en la atracción de jóvenes que apuesten por vivir en el medio rural y crear allí sus proyectos empresariales y laborales. Los castellanistas defienden un proceso participativo con el tejido asociativo del mundo rural, a la hora de priorizar los destinos que deben tener estos fondos. Así mismo desde el PARTIDO CASTELLANO (PCAS) se resalta la importancia de esta partida de 35 millones para el año 2015 en la provincia de Burgos, que duplica las actuaciones en desarrollo rural efectuadas conjuntamente por la Diputación de Burgos y la Junta de Castilla y León en este territorio.
Los castellanistas destacan la responsabilidad de sus enmiendas, al no haber incrementado el gasto público en un solo euro, financiándose en base a recortar partidas de gastos suntuarios, propaganda, actuaciones innecesarias y prescindibles, fondos de contingencia e imprevistos, y partidas para actividades no clasificadas que habitualmente esconden enormes fondos para uso discrecional y arbitrario de los diferentes ministerios, o recursos que finalmente no se ejecutan.