Los responsables del PARTIDO CASTELLANO (PCAS) en Burgos denuncian ante la opinión pública burgalesa, el abandono y pésima gestión que el Área de Movilidad y Transporte del Ayuntamiento de Burgos realiza del Servicio Público de Autobuses Urbanos, anticipando que su progresiva degradación avanza hacia una privatización del mismo en el comienzo de la legislatura del 2015, con un fuerte incremento de los costes a pagar por los usuarios, un abandono de las líneas menos rentables y una gestión orientada al lucro de la empresa concesionaria frente a la utilidad social y cívica.
Los castellanistas burgaleses consideran que la gestión nefasta del concejal Esteban Rebollo, bajo la batuta del alcalde Lacalle, persigue premeditadamente el deterioro del servicio de Autobuses Urbanos, con el objetivo no confesado de que la privatización del mismo sea la única solución en 2015. Así, la plantilla de empleados públicos en Autobuses Urbanos se está reduciendo progresivamente y está claramente envejecida. En cuanto a la flota de autobuses, su edad media es de 12 años, con elevados costes de mantenimiento anual, que se cifran en 20.000 €/año por vehículo, y también está experimentando una drástica reducción, por la retirada de vehículos obsoletos y la no adquisición de otros nuevos, quedando solo entre 25 y 30 vehículos operativos propiedad del Ayuntamiento, que junto con los 27 de «renting» (alquilados) totalizan una exigua cifra de 52-58 vehículos, cuando hasta hace pocos meses se contaba con 63 vehículos operativos, siendo ya imprescindibles 6 nuevos autobuses y dos minibuses, aunque la Hacienda Municipal ya ha avanzado que no se cumplirán esas peticiones para 2014. El equipo del PP en el Ayuntamiento de Burgos además ya avanzó claramente hacia la privatización del Servicio con la externalización del Servicio de Autobuses Urbanos como el alquiler o «renting» cuyo contrato para los 27 autobuses finaliza en 2016, o el contrato de mantenimiento de la flota de autobuses urbanos, con un coste total de 17 millones de euros en total por los diez años de vigencia del mismo, o con los estudios realizados en el periodo 2008-2009 para la privatización del Servicio, que entonces fueron aparcados por la proximidad de las elecciones de 2011.
Pero el deterioro del Servicio de Autobuses también abarca otros aspectos a juicio del PARTIDO CASTELLANO (PCAS), como son, la parálisis del Observatorio de Movilidad, con el objetivo fundamental es analizar los indicadores de movilidad en la ciudad proponiendo mejoras, y cuyo último Informe Anual es de 2010, o la falta de operatividad de su organismo de participación ciudadana, el Consejo Municipal de Accesibilidad, Movilidad y Transporte. Otro aspecto es la drástica reducción en las Campañas y Promociones de Movilidad, ya que en el trienio 2008-2010 se realizaron 9 campañas de sensibilización, mientras que en el trienio 2011-2013 solo se ha realizado una, o la eliminación en Burgos de la Semana Europea de la Movilidad que se desarrolla en toda la Unión Europea.
Todos estos factores acumulados, a juicio del PARTIDO CASTELLANO (PCAS) está detrás de la pérdida continua de usuarios que experimentan los autobuses urbanos de Burgos, que solo en 2012 redujeron en casi 600.000 las personas que los utilizaron, quedándose en 13,3 millones anuales. Descensos que se están produciendo de manera continua en los últimos ejercicios anuales, y que no pueden ser justificados exclusivamente por razones externas (la crisis económica, la reducción del gasto por parte de los usuarios, etc…) como exponen acríticamente los responsables del equipo de gobierno del PP en el Ayuntamiento, y hay que buscarlo en un alejamiento cada vez mayor entre lo que demanda la sociedad burgalesa a su servicio de autobuses urbanos, y lo que le ofrece el Ayuntamiento de la ciudad. De hecho los últimos datos del transporte mediante autobuses urbanos evidencian que ciudades vecinas como Vitoria o Bilbao han incrementado sus usuarios, mientras los de Burgos siguen reduciéndose
Los castellanistas tampoco olvidan el ridículo realizado por el concejal Esteban Rebollo, cuando anunció la posible compra de autobuses desechados por la Empresa Municipal de Transportes del Ayuntamiento de Madrid como alternativa a la renovación de la flota de autobuses urbanos de Burgos, cuando los técnicos comprobaron que se trataba de vehículos en situación objetiva de «pura chatarra» con dificultades hasta de poder simplemente ser arrancados. Un concejal salpicado por numerosos escándalos, como los que le asociaban a los viajes de Braceras e Ibáñez en coches oficiales del consistorio burgalés para ver partidos de fútbol en Madrid, los vinculados a la contratación de su hijo por la empresa subcontratada por el propio Servicio de Movilidad que él preside, o la elaboración de un nuevo mapa de autobuses que reducía líneas y servicios, siendo rechazado por la práctica totalidad de la sociedad burgalesa.
Y quizás el episodio más reciente que ha salpicado la gestión del PP en Autobuses Urbanos, es el diseño de la nueva red de autobuses urbanos, rechazada por gran parte de la sociedad burgalesa, la práctica totalidad de los barrios y que provocó sonoras protestas, movilizaciones y manifestaciones.
Desde el PARTIDO CASTELLANO (PCAS) consideramos que el Servicio de Autobuses Urbanos de Burgos evidencia unas limitaciones crecientes que se sintetizan en un diseño de líneas cada vez más obsoleto, que margina de forma estruendosa a determinados barrios, que no responde a las demandas de los vecinos y que cada vez es más incompatible con las nuevas zonas residenciales y los nuevos viales de que se está dotando la ciudad. Además el servicio se presta de forma derrochadora, cara e ineficiente, con un rendimiento de medios materiales y humanos ínfimo y decreciente (menos de 5 viajeros transportados por kilómetro y línea). Finalmente, el diseño de líneas es excesivo y desorganizado, prestando mal el servicio, ya que menos líneas pero mejor organizadas, podrían prestar servicios a más áreas urbanas, con mayores frecuencias, simplificando trayectos y optimizando las unidades de autobuses y los conductores disponibles.
Los castellanistas proponemos una reorganización completa de la organización del Servicio de Autobuses Urbanos, de la red de líneas de los autobuses y la introducción de medidas modernizadoras e innovadoras en la prestación del servicio público de movilidad urbana. Así entendemos que es necesario sustituir las actuales 33 líneas de autobuses, obsoletas, que se superponen en muchos casos y que en otros prestan frecuencias excesivamente dilatadas en el tiempo, por una nueva red de diseño completamente innovador que incluye seis líneas circulares, cuatro líneas transversales y cuatro líneas complementarias, que se caracterizan por potenciar la Plaza de España como eje intercambiador de líneas, y que incorporan a la nueva estación de Ferrocarril (actualmente marginada de la red) y al futuro Hospital en los trayectos de tres líneas principales, y que vertebran los nuevos sectores residenciales de la ciudad. Este nuevo diseño de la red necesitaría en principio 51 autobuses (actualmente hay 63, con lo que quedarían 12 para refuerzos, mantenimiento o servicios especiales).
Es necesario igualmente aplicar un Plan de Modernización e Innovación en la prestación del Servicio de Autobuses Urbanos que incluya, modelizar la operativa de los autobuses sujetos a la afección del tráfico, limitando el pareado (duplicidad y superposición de vehículos) mediante el adecuado control vía GPS, crear Carriles Bus «intermitentes», con prioridad para los autobuses urbanos, (comenzando experimentalmente por la calle Vitoria) y proceder a la coordinación semafórica, priorizando la velocidad del autobús y las paradas en tándem inteligentes.
Los castellanistas burgaleses consideramos finalmente necesario actuar para integrar el concepto de Movilidad Urbana Sostenible, con la potenciación de la utilización del Transporte público en Burgos mediante el uso por parte de la ciudadanía del Servicio de Autobuses Urbanos. Ello exige una mayor Coordinación entre la red de autobuses urbanos e interurbanos (las nueve líneas de los autobuses metropolitanos) en el entorno de Burgos, mediante la creación de un consorcio conjunto, mejorar la información a los ciudadanos y a los usuarios, revisar la política de tarifas y de uso del mismo billete en determinados periodos de tiempo en todas las líneas.
Además hay que avanzar en favorecer la Participación Ciudadana, reformando el obsoleto Servicio Municipalizado e incorporando representantes del tejido vecinal representativo, realizar un Plan Integral de Movilidad Sostenible, coordinado con el desarrollo del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) e incorporar la lucha contra el Cambio Climático, contra la contaminación atmosférica y contra el ruido, en el diseño de un futuro sostenible para la red de autobuses urbanos de Burgos, buscando la cohesión social y potenciar un modelo de ciudad compacta.
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