El PARTIDO CASTELLANO (PCAS) ha resumido los cien primeros días de gobierno del socialista Emiliano García-Page y el podemita José García Molina como una sucesión de fotos, poses y «postureo», sin medidas de calado y con continuas referencias a lo que ya utilizó el PP en los cuatro años anteriores: «la herencia recibida». Han destacado asimismo que en el caso de Garcia Molina ni siquiera quiso asumir la responsabilidad de entrar a formar parte del Gobierno, pero no dudó en aceptar la Vicepresidencia Primera de las Cortes de CLM, con su sueldo y prebendas incluido.
Por todo ello los castellanistas han vuelto a solicitar por escrito un encuentro al Presidente de la Junta de Comunidades para exponerle su visión del presente y el futuro de la Comunidad y mostrarle su predisposición a colaborar con propuestas y alternativas, algo que ya han solicitado en dos ocasiones por escrito y otra más por correo electrónico, sin haber obtenido respuesta de este Presidente, como se ha definido en varias ocasiones, «tan cercano y tan abierto a hablar con todo el mundo», menos, al parecer, con el PCAS, pese a que cuenta también con alcaldes y concejales en Castilla-La Mancha que desean conocer las políticas a desarrollar por el gobierno regional.
Para Pedro Manuel Soriano, Presidente Nacional del PCAS y portavoz de la formación castellanista en CLM, «los hechos demuestran que más allá de las fotos y los titulares no hay más trabajo que el de las ruedas de prensa y el reparto de cargos y prebendas, como se ha demostrado en el caso de los sueldos de los Diputados autonómicos, de los cargos con prebendas a los diputados de Podemos, que no han querido entrar en el Gobierno para demostrar que sus propuestas se pueden llevar a cabo en el día a día pero no han dudado en aceptar altos cargos en las Cortes de CLM, o de las propuestas que siguen sin ver la luz y concretarse cien días después».
Entre las medidas populistas y no concretadas cabe destacar la apertura de comedores escolares en verano, que no se llevó a cabo por parte de la Consejería de Educación; el famoso Plan de Empleo (CLM sigue teniendo una de las mayores tasas de desempleo juvenil de Europa, en torno al 50%, sin que el Gobierno haya tomado medidas concretas al respecto) que ha sido anunciado en multitud de ocasiones sin estar todavía concretado; la ampliación de la ZEPA de la Laguna del Hito para parar el ATC, sin haber hecho una sola propuesta alternativa para el desarrollo rural de la comarca o para el conjunto de la Comunidad; el cierre y la posterior «reapertura» del Programa de Artes Escénicas en apenas 24 h., como si la medida fuese un globo sonda y se gobernase «hacia adelante y hacia atrás»; las fotos y declaraciones sobre el Tajo sin una sola medida real, mientras ahora vuelve a defender que es necesario «hablar» con Valencia y Murcia, pese a que la situación del Tajo y de su cabecera es tan precaria y urgente que ya no admite diálogos sino paralización inmediata del Trasvase -por cierto, que no vimos a García-Page ni a García Molina, ni por supuesto a Cospedal, en ninguna de las manifestaciones del mes de septiembre contra el Trasvase y en defensa del río-; o las continuas fotos, declaraciones y poses sobre ELCOGAS sin que las mismas se hayan materializado en nada concreto, más allá de «pasar el balón» al Ministerio de Industria.
En resumen, ninguna de las medidas urgentes que necesita la Comunidad para salir del furgón de cola en que se encuentra se han materializado en estos cien días de Gobierno del PSOE-PodemosEnLaSombra y, todavía hoy, alguna dirección general de la Junta sigue sin tener Director General nombrado y algún que otro alto cargo no ha llegado a los cien días de trabajo. Eso por no hablar de la supuesta regeneración de la vida política en CLM, que no pasa la simple prueba de comprobar que la gran mayoría de altos cargos son «herencia recibida» de la época de Bono y Barreda, o cómo todos los concejales, asesores y altos cargos del Ayuntamiento toledano de la época de García-Page han encontrado acomodo en el nuevo gobierno autonómico. A lo que Podemos, al parecer, no tiene nada que decir.