El comercio de proximidad es una actividad clave en el ámbito del empleo de calidad, en la distribución de las producciones que se generan en nuestro territorio, en la humanización y singularización del tramado de nuestros entornos urbanos, y en la reinversión en nuestra ciudad de los beneficios que se generan en el ámbito de la comercialización.
Desgraciadamente, el comercio burgalés ha estado sometido durante los últimos 20 años a un proceso de competencia desleal, por parte de grandes y medianas superficies, en manos de capital foráneo, cuyo empleo es precario, que descapitalizan a nuestra ciudad, y que envían al exterior los beneficios que aquí obtienen. La verdadera creación de empleo está en el pequeño comercio, por cada dos empleos que se destruye en el comercio de proximidad sólo se crea uno en las grandes superficies, hay fuentes que hablan incluso de una proporción de 3 a 1
El Ayuntamiento de Burgos, en manos del PP, no tiene el comercio como prioridad en sus actuaciones, sirva de ejemplo las ayudas que se han propuesto en el presente mandato: las Ayudas de 2013 a acciones colectivas, por un montante de 35.370,54 €, y en 2011 Ayudas de modernización y mejora de 2011 con 300.000,00 euros. En opinión de los castellanistas burgaleses la concesión de ayudas debe ser una constante, con dotación suficiente, y no convertirse “en medidas cosméticas para ocultar la dejadez institucional”.
En lo relacionado con el Mercado Norte, los castellanistas exponen que hay que dar una solución a largo plazo al Mercado y a sus concesionarios. Solución que pasa por la obtención de un amplio consenso entre, Ayuntamiento y concesionarios. Desde el PARTIDO CASTELLANO (PCAS) se anima al Ayuntamiento a llegar a un acuerdo con los concesionarios de la instalación municipal para desarrollar las medidas que sean necesarias, dejando muy claro si la edificación es viable, que coste tendría una reforma y plazos de la reforma o demolición. En caso de optar por la construcción de un nuevo edificio en el mismo emplazamiento se deben conservar los negocios ya establecidos con un aumento de los alquileres “que no sea desmesurado”.
Entre las medidas propuestas por los castellanistas están:
- “Animar” a la Junta a derogar “las zona de gran afluencia turística”, que sólo benefician a las grandes superficies, y que supone una “espada de Damocles” sobre el pequeño comercio, que aun en Burgos no ha sido ejecutada.
- Crear créditos blandos para la apertura de nuevos comercios, rehabilitaciones y ayuda en momentos económicamente delicados.
- La Creación junto a las asociaciones de comerciantes una Agencia de Desarrollo Comercial (ADC), como organismo autónomo que aplique las nuevas políticas comerciales que necesita la ciudad, agilice la gestión, que represente al sector público y al privado.
- Apostar por la mejora de la calidad en la prestación de las actividades comerciales, apoyando las inversiones en modernización de los establecimientos, en la formación de los profesionales y de los empleados de comercio, y en la introducción de las nuevas tecnologías en la gestión comercial.
Finalmente, “los castellanistas rechazan la implantación de más grandes superficies en el término de Burgos”.