El pasado sábado 20 de Enero de 2007, en el Salón Castilla del Hotel Felipe IV de la capital vallisoletana, más de un centenar de castellanistas, convocados por TIERRA COMUNERA (TC) arroparon la entrega del título castellano ejemplar 2006 al poeta Luis López Álvarez, autor de Los Comuneros.
TIERRA COMUNERA (TC) ha rendido homenaje, así al poeta Luis López Álvarez, autor del poema «Los Comuneros» ante más de 100 personas que se dieron cita en el Hotel Felipe IV de Valladolid en un acto en el que se distinguió al poeta como «Castellano Ejemplar».El acto fue presentado por el Coordinador provincial de TIERRA COMUNERA en Valladolid, Santiago Rodríguez y contó con la participación de Luis Marcos, secretario general de este partido. Entre los asistentes al acto, se encontraban Juan Cruz Vidal, secretario provincial de los castellanistas de Palencia, Carlos Rad, coordinador regional de Castilla y León, Nicasio Saucedo, coordinador regional de Madrid, Manolo Soriano, coordinador regional de Castilla-La Mancha, Mariano Fuentes, secretario provincial de Segovia, Alejando Olivar, secretario provincial de Ávila o Clemente de los Santos, secretario provincial de Cuenca. Diversos cargos públicos comuneros se sumaron al acto, como Heliodoro Briongos o Benito Calzada.
Luis Marcos hizo una introducción de la obra de Luis López Álvarez, situándole como uno de los poetas más importantes de la denominada generación de los cincuenta, con obras de la altura de Elegíaca, Las Querencias ó Pálpito; continuó explicando lo que había significado para Castilla y para la celebración del día de Villalar la obra del poeta y la vigencia actual del poema de Los Comuneros. Marcos no dudó en señalar a López Álvarez como uno de los principales responsables de la recuperación de la fiesta de Villalar en la transición. Luis Marcos cargó también contra las instituciones y lamentó que aún no se hubiera producido un reconocimiento institucional a la obra del poeta. Marcos comenzó destacando la pervivencia de los ideales comuneros, aparentemente derrotados para siempre en las eras de Villalar en 1521, pero revividos en las Sociedades de Amigos del País y en los ilustrados del siglo XVIII, en figuras como el Empecinado y las sociedades secretas del siglo XIX, en el regionalismo del primer tercio del siglo XX y en el nacionalismo castellano contemporáneo. Presentó al poeta leonés como producto de la continuidad del pensamiento comunero a través de esta serie de eslabones en cadena.
Después de detallar los principales hechos biográficos de López Álvarez, clamó contra los «intelectuales paniaguados» que durante estos últimos años han renunciado al compromiso con Castilla y el castellanismo a cambio del acceso a «las migajas que caen de la mesa del poder».
Además, el Secretario General de TIERRA COMUNERA (TC) reivindicó la trayectoria del autor del Poema Los Comuneros, su honestidad intelectual, su humildad, su compromiso ético, social y político en su lucha contra el colonialismo en África, su postura en pro de una Europa de los pueblos, su gran contribución al castellanismo gracias al Poema «Los Comuneros», que se popularizó en las concentraciones de Villalar de los Comuneros , y destacó que este compromiso de López Álvarez con el castellanismo le llevó a encabezar la candidatura a la Presidencia de la Junta de Castilla y León por TC-PNC en 1995.
Luis Marcos terminó su alocución animando al homenajeado, en nombre de las jóvenes generaciones de internautas castellanos, a plasmar sus vivencias y reflexiones en un libro de memorias, que materialice el final del poema Los Comuneros, que acaba con los versos si los pinares ardieron, aún nos queda el encinar.
El máximo responsable de los castellanistas hizo mención a un telegrama enviado por el presidente de la diputación de Valladolid, Ramiro Ruiz Medrano y en el cuál, el presidente de la institución se sumaba al homenaje, así como las felicitaciones enviadas por Nuevo Mester de Juglaría, Lujuria, Plataforma Ahora Castilla e Izquierda Castellana.
Por su parte, Luis López Álvarez recordó parte de su infancia en El Bierzo, Valladolid y diversos pueblos de Segovia y Madrid. El poeta leonés recordó con especial cariño a la ciudad de Valladolid. También habló de su etapa parisina, donde el poeta coincidió con el gobierno republicano en el exilio y con los dirigentes exiliados del PSOE, PNV, ERC y diversos partidos de la segunda república. El poeta recordó su época federalista y su concepción, en plenos años 50, de una España Federalista. Luis López Álvarez, agradeció el homenaje y el premio, para decir, en un gesto de humildad, que él simplemente había intentado ser un buen castellano durante toda su vida, pero que lo de ejemplar le parecía un tanto desmesurado.
Continuó desgranando detalles de su periplo vital, que le llevó por diversas vicisitudes familiares, a residir y a visitar lugares variados de ambas mesetas (El Bierzo, Palencia, Valladolid, Torrelaguna…) durante su infancia y juventud.
Comentó cómo fue en el Instituto Zorrilla de Valladolid, a mediados de los 40, donde comenzó a tomar conciencia castellanista, gracias a Narciso Alonso Cortés, destacado regionalista de los años 30 que consiguió eludir las represalias políticas de la época y que fue profesor de López Álvarez. En aquella época, se introdujo en los círculos poéticos y literarios de la ciudad del Pisuerga.
Y fue en París donde se forjó su espíritu internacionalista, federalista y castellanista al mismo tiempo. Relató su militancia activa en el movimiento federal europeo, y sus contactos con personalidades destacadas de la oposición al franquismo, como Rodolfo Llopis o José Antonio Aguirre, que le hicieron convencerse de la necesidad del federalismo como forma de organización del Estado.
Por último, criticó la forma poco participativa en la que se hizo la Constitución española de 1978, haciendo hincapié en la redacción chapucera del Título VIII, que propició la consumación de la división de Castilla y la configuración de un modelo autonómico basado en la provisionalidad constante, la falta de estabilidad, la proliferación de autonomías innecesarias y las desigualdades entre las distintas comunidades.
Después de la intervención de Luis López Álvarez, se le hizo entrega de la distinción de Castellano Ejemplar 2006, en medio de un caluroso aplauso de toda la sala, puesta en pie para homenajearle.
El acto de homenaje terminó, como no podía ser de otra manera, entonando el Canto de Esperanza, para posteriormente, compartir mantel en un céntrico restaurante de la ciudad de Valladolid.
