El modelo gestado en la Transición ha saltado literalmente por los aires, fruto de una crisis económica que han pagado especialmente los sectores más populares de la sociedad, de la corrupción generalizada en instituciones y partidos políticos mayoritarios, y por la falta de un modelo territorial compartido para España que genere unos consensos mínimos.
2015 se nos presenta cargado de citas electorales, municipales y autonómicas en mayo, Catalanas en septiembre, probablemente Generales en noviembre y quizás Andaluzas en un par de meses. Nadie sabe cómo va a responder la ciudadanías al hartazgo que les domina, pero la mayor parte de los sondeos demoscópicos apuntan a que el déspota bipartito no alcanzará ni el 45% de los sufragios totales.
No temo a los cambios, y comparto las esperanzas de la mayoría de la población española que reclama una mayor democratización de las instituciones, haciéndolas más participativas y transparentes, y en las cuales los ciudadanos dejen de ser meros espectadores, para convertirse en protagonistas activos de la gestión de lo colectivo. Creo que el nuevo tiempo político que se avecina, reclama ajustar cuentas con la corrupción galopante que hemos vivido, realizando auditorías que identifiquen los responsables del saqueo y despilfarro de las arcas públicas y castigando ejemplarmente a los culpables; obviamente ni el PP ni el PSOE están moralmente autorizados para realizar la profunda limpieza que requieren con urgencia las administraciones públicas de este país. Finalmente, confío en que sepamos diseñar un modelo federal estable y solidario para articular la pluralidad territorial de España, superando tentaciones recentralizadoras y separatismos disgregadores, en el cual Castilla encuentre el espacio que desde hace tanto tiempo se le niega.
Una parte importante de estas aspiraciones populares, son compartidas por las dos grandes fuerzas emergentes que se sitúan en la cresta de la ola que partirá la espina vertebral del bipartidismo: Podemos y Ciutadans. Tengo amigos en la formación que lidera Pablo Iglesias, gentes con una trayectoria ética insobornable y de militancia entregada y comprometida, que tienen muy claro el futuro que necesita la gente de este país. También valoro a algunas personas que con sinceridad confían en el partido de Albert Rivera para que el centroderecha de este país entre en la modernidad, aunque sea con muchos años de retraso. Sin embargo, la edad, supongo que debido a la experiencia, me hace ser precavido y me impide dejarme llevar por ensoñaciones y buenos deseos. Chirrió desde el primer momento, en mi mentalidad enemiga de liderazgos y mesianismos, ver la imagen de Pablo Iglesias como logotipo en las papeletas electorales de Podemos a las Europeas; me asusta que considere que las tertulias televisivas son el parlamento del siglo XXI, y me produce auténtico asco que no encuentre una forma mejor de implantar territorialmente su organización, que la de realizar una opa hostil de la peor especie a organizaciones de izquierda que, aunque minoritarias, han realizado una travesía ejemplar por el desierto. Igualmente, mi sexto sentido “ese que me falla tantas veces- ahora me previene contra un Albert Rivera, que prefiere simpatizantes en internet a militantes pagando su cuota en la sede, que se deja querer por las tertulias más reaccionarias, que en Castilla y León ha edificado su partido con quienes apoyaban a Mario Conde, los aspirantes a liderar el PP despechados o los tránsfugas del regionalismo. Un Albert Rivera que aún no ha pedido disculpas por llevar a un alcalde imputado en la Operación Púnica en sus listas a las europeas.
Deseo que la ciudadanía no deje en manos de otros una labor que debe realizar personalmente: el compromiso en la regeneración política, social, económica y territorial de nuestro país, y que las nuevas fuerzas políticas emergentes, sin las cuales sería imposible asestar el golpe de gracia a un bipartidismo corrupto y degenerado, sean meros instrumentos a su servicio y no el germen de nuevas tiranías.
¿Y cómo se producirá el aterrizaje de este terremoto electoral en Burgos?. Espero que en la cuna del Cid, el viento de fronda nos traiga también una salida social a la crisis, políticas en la provincia que frenen la sangrante despoblación, alternativas para frenar la emigración de nuestros jóvenes y especialmente un cambio político en el Ayuntamiento, auténtico puesto de mando de las políticas más nefastas y oscuras para la ciudadanía.
Es obvio que también el PP de Burgos sufrirá un sonoro castigo por parte de los electores. Sólo deseo que sea lo suficientemente contundente para que a Lacalle o a su sustituto, le quede muy lejos la mayoría absoluta, tan lejos que, ni con los seguros apoyos con que contará por parte de unos hipotéticos concejales de UPyD o de Ciutadans, pueda llegar a hacerse nuevamente con el bastón de mando del consistorio. No nos engañemos, en Burgos, votar a ambos partidos es dar un cheque en blanco para la continuidad del PP.
El cambio en Burgos solo puede venir de aquellas fuerzas políticas que asuman claramente que su papel es devolver el poder a la ciudadanía, gestionando lo público como lo que es de todos, transitando un camino nuevo no hollado, que garantice que en Burgos se haga lo que quieren sus gentes, al margen de los poderes fácticos que nos tienen reprimidos desde hace décadas. Creo que en grupos como Podemos, Ganemos u otros que pretenden construir una alternativa electoral, hay gentes preparadas y capaces de realizar con éxito esta singladura; probablemente con la imprescindible cooperación de los apoyos que consigan IU y el PSOE, que a priori estimo serán escasos.
¿Y los castellanistas? Confío en que sepamos aportar a través de la candidatura que lidere el Partido Castellano (PCAS) la capacidad de trabajo que nos ha caracterizado siempre, la pétrea vinculación a nuestra tierra, la pluralidad que el cambio que esta ciudad añora necesita. Ahí estaremos los castellanistas, vigilando que la transformación que Burgos exige, no sea solo cosmética, sino profunda.
(Artículo de opinión de Luis Marcos, Secretario de organización del PCAS, publicado en burgosconecta.es.
http://burgosconecta.es/blogs/latenadadelcomun/2015/01/22/escenarios-politicos-emergentes/)