Castilla nos une

Castilla nos une

España ¿plurinacional?

El Partido Popular, continúa inmóvil en su defensa del status quo establecido, un Estado Autonómico asimétrico, con comunidades de primera y otras, como las castellanas, de segunda; incapaz de buscar “y menos de encontrar- una salida a un modelo autonómico agotado tras 35 años, que se debate entre la presión independentista “fundamentalmente catalana- y las tentaciones neorrecentralizadoras. La formación de Albert Rivera, que coquetea en lo territorial con las visiones más rancias de la derecha española, sueña en el fondo con un formidable Estado Central, que recorte competencias a Ayuntamientos y Comunidades, compartiendo los sueños del nacionalismo español que explicitan UPyD, VOX o la extrema derecha del PP, pero como su prioridad es la toma creciente de poder a todos los niveles, no le hará ascos a cambiar unos principios por otros, si las circunstancias se lo plantean.

En las formaciones de izquierda, se percibe una mayor sensibilidad para abrir cauces de reforma del modelo territorial español. En el PSOE, aunque habitualmente dominado por los jacobinos,late un alma federalista, y ante los recientes empujones soberanistas, ha hablado (sin concretar nada, eso es cierto) de reformar tanto la Constitución Española como el Régimen de las Autonomías construyendo un auténtico Estado Federal. Desgraciadamente, aunque las declaraciones en este sentido son frecuentes, los socialistas, siempre remarcan que los cambios deben llevar implícitamente el “reconocimiento de la singularidad” de determinados territorios, como Cataluña o País Vasco, lo que perpetuará un modelo injusto que privilegia a las Comunidades más ricas y condena a la marginación y discriminación a los territorios más empobrecidos y despoblados del interior peninsular (que se ve que carecemos de identidad) como las Comunidades Castellanas.

La mayor originalidad respeto a la cuestión territorial española la aporta, sin lugar a dudas, Podemos. Es la primera vez desde los primeros años de la transición, que un partido mayoritario (hoy el tercero, quizás tras el 26J, el segundo… o el primero) reconoce que el Estado Español está formado por varias naciones, siendo por tanto un Estado Plurinacional, y admite el principio de autodeterminación como regla para que los diferentes pueblos de España decidan su modelo de vinculación con el Gobierno Central. Pero como cada día está más claro, la música podemita suele tener muy poco que ver con las letras de sus canciones, que en el fondo van cargadas de demagogia y oportunismo. A Pablo Iglesias, en el fondo un convencido admirador de la práctica leninista, solo le interesa la plurinacionalidad como herramienta para seducir a unas Confluencias, que le aportan votos y mejoran significativamente su cuenta de resultados en escaños. Así, este castellano renegado que es el líder de Podemos, solo reconoce un carácter diferencial a territorios como Cataluña, País Vasco, Galicia o Valencia, volviendo todos los demás a ser “Resto de España” y en ese saco entramos los castellanos que, para Podemos, volvemos a ser un atónito pueblo de palurdos, sin danzas ni canciones, en la dura expresión de Macado…

Desgraciadamente, no encontramos entre las opciones mayoritarias, una propuesta justa y equilibrada sobre cómo afrontar la reforma del modelo territorial que con urgenciareclama nuestro país. Una reforma que debe poner en marcha la Reforma de la Constitución Española, del Estado de las Autonomías y del Modelo Territorial Español, desde una perspectiva plurinacional y federal, que defienda activamente el reconocimiento de todos los pueblos de España (Castilla incluida), así como la garantía de un trato igual de todos los ciudadanos “en sus derechos y prestaciones de servicios públicos-, con independencia del lugar de su residencia, y de la igualdad de las diferentes entidades que conforman la España Plural y Federal.

Los castellanistas pensamos que ha llegado el momento de corregir el modelo autonómico del Estado Español, que ampara la división de Castilla en comunidades autónomas sin peso político, económico, social o cultural, que legaliza la existencia de Comunidades de primera, ricas en presupuestos y en competencias, frente a otros territorios, como Castilla, empobrecidos, despoblados, carentes de voz y situados en la segunda fila. Es hora pues, de corregir las carencias constitucionales a nivel territorial, que no ha dado respuesta a la verdadera estructura histórica de los pueblos que conforman la Península Ibérica. Para ello la reforma territorial del Estado es, además de inaplazable, básico para un futuro de mayor cohesión y prosperidad común, tanto en lo social, político, cultural y económico.

Un Estado Plural, que para el Partido Castellano (PCAS) debe construirse de abajo arriba, y apostando por un Federalismo Solidario, que garantice el reconocimiento de Castilla como nacionalidad histórica, como un actor social, político, económico y cultural clave dentro de esa nueva España federal y solidaria. Un federalismo solidario que nace de los derechos de los pueblos que se federan y huye del concepto de Autonomía, que no deja de ser una mera descentralización. El Federalismo exige el reconocimiento explícito de las Entidades Federales que constituyen la España Plural o Federal, de modo que las competencias de cada entidad federal, que deben ser similares entre sí, estén blindadas constitucionalmente, con igualdad de derechos y obligaciones con el resto de los pueblos del Estado, y estableciendo de forma detallada el reparto competencial entre las diferentes Administraciones (central, territorial y local), garantizando expresamente su autonomía.

El Federalismo Solidario del Estado Español, debe ser simétrico. Las diferencias competenciales han de limitarse a aspectos obvios, como los relacionados con la lengua propia de un territorio o con la especial geografía, como los archipiélagos o las ciudades autónomas. De un modo muy especial, creo que es rechazable cualquier forma de privilegios entre los territorios y pueblos federados, fiscales o de otra índole. En concreto, parece evidente que los Conciertos Económicos Vasco y Navarro, o las aspiraciones de parte del independentismo catalán, de algo similar, bajo el eufemismo de “Pacto Fiscal” no pueden tener cabida en un modelo Federal digno de tal nombre.

Pero el Federalismo Solidario no está en los programas del PP, de Ciudadanos, del PSOE ni de Podemos, como tampoco lo está la simetría y el trato igualitario a los diferentes pueblos y territorios de España, y como tampoco figura el reconocimiento de Castilla, uno de los pueblos esenciales de la historia de España, pero también de su realidad actual y de su futuro. Sin resolver la cuestión castellana previamente, no habrá solución conjunta al problema territorial del conjunto de España.

Pero la página de Castilla en los programas de los cuatro grandes partidos españoles está en blanco, como el voto que yo emita el 26J en las urnas. Y mi blanca papeleta no supone permisividad ni resignación, sino rabia, trabajo y compromiso por conseguir el reconocimiento de mi pueblo y de mi tierra, Castilla y unas condiciones de vida más justas, libres y prósperas para todos los castellanos y castellanas.

 

(Artículo de Luis Marcos publicado en: burgosconecta.es)

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