El pasado martes 31 de Enero, se celebró en el Palacio de Benacazón de Toledo la Conferencia María Pacheco, La Comunera; una visión literaria, a cargo de Toti Martínez de Lezea presentada por Carmen Vaquero, dentro de los actos del XVIII Homenaje a los Comuneros que se celebra en Toledo.
Ante un auditorio de más de un centenar de personas, y tras la presentación de los actos del XVIII Homenaje a los Comuneros en Toledo por parte de un miembro de la Agrupación Provincial en Toledo de TIERRA COMUNERA (TC), en la que se volvió a reclamar la instalación de una estatua en la Plaza de Padilla que sirva de homenaje a los Comuneros Toledanos, tomó la palabra Carmen Vaquero para presentar tanto a Toti Martínez de Lezea como la figura de María Pacheco.
En una agradable charla entre Carmen y Toti, que demostraron una sintonía y complicidad absoluta durante todo el acto, se fueron desgranando tanto las cualidades que habían llevado a Toti a fijarse en Doña María como protagonista de su novela La Comunera, como los distintos pasos que va dando la novelista, sin apartarse del rigor histórico de los hechos, para dar forma a su obra.
Así, en este fructífero diálogo entre las dos autoras, salieron a relucir hechos como la rebeldía de Doña María, que le lleva a retirar la palabra a su padre cuando este concierta su matrimonio con Juan de Padilla, y la evolución que sufre Doña María para, en los escasos diez años que dura su matrimonio hasta la muerte de Padilla en Villalar, pasar a un estado de amor apasionado por su esposo.
También aparecieron a lo largo de la charla episodios de la Guerra de las Comunidades en Toledo, como la ya desmentida por los historiadores entrada de Doña María en el sagrario de la Catedral de Toledo para llevarse las joyas catedralicias, que no es más que otro episodio de la leyendas negra que se extendió sobre Doña María, o el hecho de que tras la huida de Doña María a Portugal con lo puesto, al entrar el Dr. Zumel en la casa de los Padilla sólo encontrara dos pequeñas joyas en la misma. Este hecho fue destacado por ambas autoras como un signo claro de que toda la riqueza de la familia Padilla, incluidas las joyas y la dote de Doña María, se gastaron en mantener la resistencia de Toledo, alimentando a la ciudad y proveyéndola de armas y pertrechos.
Tras un pequeño coloquio con el público y una cerrada ovación de los asistentes, se dio por finalizada la conferencia tras más de una hora y media de animada conversación, siempre marcada por el rigor histórico de los hechos narrados.