Los vecinos de la localidad ribereña de Hontangas temen que las lluvias terminen por hundir uno de sus tesoros más preciados: la ermita de la Virgen de la Cueva, un original templo rupestre ubicado a la entrada del casco urbano aprovechando una gruta natural situada bajo un gran peñasco.
En el municipio ya existía cierta preocupación a lo largo de los últimos años por la aparición de humedades en la cavidad, que ha comenzado incluso a ceder en algunos puntos. Sin embargo, las alarmas se han disparado esta misma semana cuando a consecuencia de las filtraciones de agua se ha venido abajo una parte del muro de contención en la ladera del cerro donde está horadada la cueva y en cuya parte superior se sitúa la iglesia parroquial de San Juan Bautista. Un cerquillo de piedra con una altura que varía entre los 50 centímetros y los dos metros y que delimita el exterior de la iglesia y la ermita en su parte posterior a la espadaña.
El derrumbe, según explica la concejala de cultura, la comunera María Ángeles Rincón, se produjo a comienzos de semana. Afectó a unos cinco metros lineales del cerramiento y, afortunadamente, tuvo lugar una noche y no hubo que lamentar desgracias personales.
El hundimiento ha coincidido en plena fase de preparación de una memoria y un estudio que ha encargado el Ayuntamiento a un equipo de arquitectos para solicitar a la Junta de Castilla y León la declaración de este templo como Bien de Interés Cultural (BIC), previsiblemente con categoría de monumento, para garantizar la protección y conservación de este elemento del patrimonio cultural.
Hemos decidido tomar cartas en el asunto porque la ermita está teniendo una degradación importante. Es necesaria una intervención a cargo de expertos para que la ermita nos e pierda. Porque es una cueva, una gruta natural, que de alguna manera está cediendo y tiene un deterioro muy importante, justificó la edil comunera, poniendo de manifiesto que un Ayuntamiento de apenas 156 habitantes no tiene capacidad económica para acometer esta actuación.
Desde el Consistorio se considera necesario que se les conceda alguna ayuda urgente para proceder a la reparación del muro y la instalación de algún sistema de canalización para la recogida de las aguas pluviales, puesto que aunque el exterior de la parte superior de la cueva fue asfaltado para limitar las filtraciones de agua en el interior, estas no se han detenido totalmente.
Parece ser que no hay demasiado desagüe en lo que es el cerquillo y al filtrarse el agua por la base del muro está provocando que se separe y ceda. El problema es que puede ocurrir lo mismo en más puntos.
La ermita de la Virgen de la Cueva, considerada como la Covadonga de Castilla estriba en que está formada por una cueva prehistórica y una espadaña renacentista con elementos decorativos de trazo barroco incorporada en torno al año 1600.
Su interés estriba principalmente en que existen vestigios de que ha sido habitada ininterrumpidamente desde el hombre prehistórico, reconvirtiéndose en santuario posiblemente en la época celtibérica, siendo posteriormente romanizada y más tarde cristianizada. Con lo cual si estudiásemos la ermita y los restos que hay en el entorno se podría estudiar la evolución de las creencias religiosas de esta comarca en los dos últimos milenios. Esa es su mayor importancia.
La superficie de la cueva, una gruta natural de roca caliza, es de unos 200 metros cuadrados. Nueve gruesos pilares de piedra de estilo neoclásico, sostienen la roca, agrietada en varias direcciones, y más tarde se colocó un machón de madera y otro soporte de hierro por imperativos de seguridad.
En su interior destaca el retablo barroco, de madera dorada con columnas salomónicas revestidas con hojas de vid y racimos, estos ya desaparecidos, y la imagen de la Virgen de la Cueva, una talla románica de madera policromada.
Además de un valor histórico artístico, el santuario constituye un referente cultural a nivel comarcal. La Virgen de la Cueva es desde 1784 la patrona de la Comunidad de Villa y Tierra de Aza, una estructura jurídico-administrativa instaurada en le Edad Media- de la que hoy solo pervive su carácter religioso- que integra a 16 pueblos de Burgos y Segovia.
Desde 1858 fecha en la que se finalizó la reparación del santuario y se trasladó hasta allí solemnemente la Virgen que había permanecido 54 años en la iglesia parroquial- hasta el año 2000 los municipios de la mancomunidad han llevado a cabo siete peregrinaciones marianas en circunstancias relevantes por su contenido religioso.