Sin embargo, el cambio desde una democracia delegativa hacia una democracia real y participativa, exige el compromiso de la ciudadanía para involucrarse hasta las cachas, en la gestión de lo cotidiano, y esto “desgraciadamente- son pocos los que lo están haciendo. Así, mientras la mayor parte la ciudadanía sigue siendo un mero espectador ante la representación diaria del acontecer político, los verdaderos actores de la nueva política, los líderes de Ciudadanos y Podemos, han cambiado los colores, han seguido los asesoramientos de sus bien retribuidos gabinetes de expertos en comunicación, han formulado muchas promesas de regeneración, han fichado a todos los ambiciosos advenedizos que han encontrado en la cuneta, y se preparan para sustituir a la vieja política, por unas caras nuevas, mero decorado de las más antiguas y abyectas formas de gestionar la sociedad, la democracia y lo público.
Así, se habla de primarias, de transparencia, de participación, de regeneración… y solo encontramos las viejas prácticas de control del poder, de premiar a los dóciles y de silenciar y acabar con los críticos.
Especialmente encaja en este análisis, el unánime acuerdo alcanzado estos días en el Parlamento de Castilla y León, por medio del cual, todos los grupos (PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos y Mixto) van a proceder a la modificación y elección de los miembros de la Mesa de las Cortes, que se amplía de cinco a seis miembros para dar entrada a Ciudadanos y Podemos, los dos nuevos partidos que obtuvieron representación parlamentaria en el Parlamento en las pasadas elecciones de mayo. El acuerdo no habla de regeneración, transparencia, reforma o austeridad: simplemente se reparte poder, prebendas y dinero; en eso, están todos de acuerdo. Frente a las promesas preelectorales de recortar el sobredimensionado aparato institucional, todos los grupos parlamentarios de las Cortes entienden que resulta necesario elevar de cinco a seis el número de miembros de la Mesa (que cobrarán al menos 72.000 euros anuales y contarán con chófer y coche oficial), cambiando por urgencia el Reglamento de las Cortes, y, en compensación además, se eleva en dos el número de procuradores liberados que corresponde al PP y al PSOE (que se embolsarán casi 60.000 euros anuales).
Curiosamente, antes de las Elecciones del pasado Mayo, ninguno de los partidos ahora beneficiados (todos), hablaba de reformar la Mesa de las Cortes, ni de ampliar el número de políticos con sueldo, ni de habilitar más coches oficiales, ni de gastar más dinero público. No lo incluían en sus programas electorales, porque saben que no solo no es una prioridad para la ciudadanía, sino que la gente está harta de los privilegios de los políticos profesionales, esa casta de la que algunos ya ni hablan.
Y es que, los nuevos y más numerosos integrantes de la Mesa de las Cortes de Castilla y León y los portavoces de sus partidos, además de sueldos de escándalo, y de tener coche oficial, cobran 1.800 euros al mes para “desplazamiento y locomoción”, como denunció EL NORTE DE CASTILLA, a pesar de ser un chofer quien les trae y les lleva.
Estos hechos coinciden en el tiempo con la propuesta del portavoz de PODEMOS en las Cortes de Castilla y León, que entre sus ocurrentes reflexiones incluye la necesidad de realizar un referéndum para que separe la Comunidad en dos regiones o que todos los procuradores tengan salario, y con la divulgación por parte de la GACETA DE SALAMANCA de las escandalosas retribuciones de Luis Fuentes, portavoz de Ciudadanos en el Parlamento Regional y Coordinador de este partido en esta Comunidad Autónoma.
Luis Fuentes, hoy dignísimo representante de la “nueva política” en Castilla y León, de la mano de Albert Rivera, tiene una amplísima biografía política tras de sí (eso sí, no tan bien remunerada, y sin coche oficial). Líder político de Unión del Pueblo Salmantino, y colaborador impenitente en las locuras secesionistas de la UPL y el leonesismo, y ahora promotor infatigable de reiteradas mociones por la unidad de España, que nadie discute en estas mesetas castellanas.
Y el mismo Luis Fuentes, destacado líder de un partido como Ciudadanos, que quiere poner límites a los mandatos de los políticos, que critica el despilfarro económico en las instituciones, que quiere recortar la voracidad de los políticos profesionales… resulta que se embolsa cada año casi 94.000 euros de dinero público, ni más ni menos. 15.000 más que Rajoy, presidente del Gobierno, y 25.000 más que Herrera, presidente de la Junta. Una verdadera fortuna, más las prebendas de su coche oficial y de la gestión de las millonarias cantidades que el Parlamento Regional pone a disposición del Grupo de Procuradores de Ciudadanos en Castilla y León, y cuyo destino se desconoce. Un Luis Fuentes que, al ver hechas públicas sus retribuciones, reaccionó a la vieja usanza, al estilo mafioso, que oculta bajo la capa naranja importada desde las fábricas textiles de Barcelona, amenazando al director de la GACETA DE SALAMANCA.
Por cierto, el portal de transparencia del partido Ciudadanos, en el cual se deben de incorporar todas las informaciones relativas a las retribuciones de sus cargos públicos, no dice nada de Luis Fuentes, de sus 94.000 euros anuales, ni de ninguno de sus procuradores en Cortes de Castilla y León (tres de los cuales están liberados), ni de las retribuciones de sus trescientos concejales en Castilla y León.
Nuevos políticos, sí, pero con las mañas más bajas y rastreras de la vieja política.
Gentes de Castilla, ¡despertad! Y entended que la política es cosa del Común, una obligación para todos. Que debemos participar e implicarnos, que debemos ser los protagonistas de nuestra vida y de nuestra sociedad; que no podemos dejar que encantadores de serpientes y embaucadores nos engañen otra vez, que debemos asumir la responsabilidad de que la democracia sea algo vivo, cotidiano y participativo. Todos los días de nuestra vida.
(Publicado en http://burgosconecta.es/blogs/latenadadelcomun/)