Castilla nos une

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TIERRA COMUNERA EN BURGOS PROPONE AL AYUNTAMIENTO VEINTICINCO MEDIDAS PARA LUCHAR EN EL ÁMBITO MUNICIPAL CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO. (Enero’2007). .. (23/01/2007)

La Agrupación Provincial en Burgos de la formación castellanista TIERRA COMUNERA (TC) ha presentado ante el Ayuntamiento de Burgos un escrito dirigido al alcalde Juan Carlos Aparicio, en el cual proponen al consistorio burgalés una serie de iniciativas para que desde el ámbito municipal, también la ciudad de Burgos luche contra el peligroso fenómeno ambiental del “Cambio Climático”.

1.- BURGOS Y EL CAMBIO CLIMÁTICO.

Según se expresa desde el Área de Medio Ambiente de este partido comunero, Burgos ya percibe los efectos del “Cambio Climático”; en los últimos diez años estamos asistiendo a los veranos más cálidos del registro meteorológico. En Agosto de 2003, se registró la máxima histórica de nuestra ciudad: casi 39ºC, coincidiendo con la mayor ola de calor que recuerda nuestra ciudad y el año 2006 que acabamos de clausurar nos ha ofrecido nuevos hitos, siendo un año de temperaturas (máximas y mínimas) anormalmente elevadas. Las hipótesis del Informe Preliminar sobre el Impacto del Cambio Climático en España, presentado hace casi tres años se están cumpliendo, y hay que recordar que vaticinan para Burgos, en 75 años, similar al actual de La Mancha, y que nuestra Sierra de La Demanda tendrá unas condiciones climáticas similares a las de la Sierra de Alcaraz.

2.- CUESTIONES GENÉRICAS SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO.

Los castellanistas reclaman que no podemos seguir comportándonos como si no pasase nada, ya que el Cambio Climático que estamos provocando, está aquí. Hasta hace poco existía debate en el seno de la comunidad científica internacional, acerca del Cambio Climático; hoy ya no, casi todos aceptan que es una realidad incuestionable. El Clima de la Tierra está cambiando, y lo está haciendo con rapidez; además la causa está clara: se está produciendo un paulatino calentamiento del planeta, debido al incremento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, emitidos por la acción del hombre desde el comienzo de la Revolución Industrial.

Es importante reconocer que cambios en el Clima de la Tierra, se han producido muchos e intensos a lo largo de los 4.500 millones de años de historia del planeta, algo evidente por el estudio del registro geológico; la singularidad del episodio actual se centra en que el calentamiento actual es extraordinariamente rápido, y además es responsabilidad de las acciones de los seres humanos.

Aunque el hombre actúa sobre el Medio Ambiente a través de numerosos procesos (emisión de contaminantes, agresiones a ecosistemas, procesos urbanizadores, deterioro de la capa de ozono, deforestación, etc…), por lo cual a muchos científicos les gusta más la expresión “Cambio Global”, que “Cambio Climático”, son muy claras las acciones humanas responsables del incremento de temperaturas en la Tierra: la emisión de gases a la atmósfera que provocan el denominado “efecto invernadero”, muy especialmente el dióxido de carbono. La quema de combustibles fósiles (como el carbón, el petróleo o el gas natural) para la producción de electricidad o el transporte, la liberación del carbono inmovilizado en los suelos o en los vegetales, por la deforestación y la desertificación, la generación de dióxido de carbono en la fabricación del cemento y en la calcinación de las rocas calizas, son algunas de las fuentes antrópicas del incremento del CO2 atmosférico.

Si la realidad del “Cambio Climático” ofrece pocas dudas, también sus consecuencias empiezan a ser bastantes claras; estos fenómenos afectarán a los océanos, provocando un deshielo de los casquetes polares y el incremento del volumen del agua marina, elevando el nivel de las aguas marinas y afectando a las zonas costeras, donde se concentra la mayor parte de la población mundial; simultáneamente, las aguas del mar se están acidificando, lo que actúa muy negativamente contra los delicados ecosistemas coralinos. Mayores incógnitas existen sobre el impacto del “Cambio Climático” sobre el régimen de las corrientes oceánicas, cuya modificación traería efectos catastróficos e escala planetaria.

El “Cambio Climático” está igualmente asociado a enormes presiones sobre los ecosistemas y la biodiversidad; algunas especies animales y vegetales se beneficiarán de las nuevas condiciones ambientales, pero es obvio que muchas plantas y animales, que manifiestan una notable vulnerabilidad a las modificaciones de sus hábitats, no podrán adaptarse: es un hecho que estamos viviendo un proceso gradual de extinción de numerosas especies.

El Cambio de nuestro clima vendrá condicionado por nuestra posición en el planeta; en el interior de la península ibérica, parece claro que los diferentes escenarios que nos ofrecen los modelos de simulación climática avanzan un incremento de las temperaturas, más en verano que en invierno, y más las nocturnas que las diurnas; los fenómenos extremos serán más frecuentes y más intensos (olas de calor, sequías, inundaciones, vientos,…), los recursos hídricos disminuirán y los ecosistemas que no se adapten a estos cambios desaparecerán.

La alarma científica ante el “Cambio Climático” solo se ha trasladado tenuamente al ámbito institucional y político; así, el denominado Protocolo de Kioto, suscrito en 1997 para reducir en el horizonte 2010 las emisiones humanas de gases de efecto invernadero en un 5% respecto a las emitidas en 1990, finalmente ha entrado en vigor el año pasado, sin ser ratificado por los Estados Unidos, principal emisor de estos contaminantes. El impacto del cumplimiento del Protocolo de Kioto sobre los fenómenos que ha desencadenado el Cambio Climático será insignificante; la mayoría de los científicos exigen reducir ya las emisiones de CO2 en un 70% respecto a las emitidas en 1990: un sueño con el modelo económico actual.

En nuestro país, el máximo incumplidor de las previsiones de Kioto de la Unión Europea (emitimos actualmente el 153% del dióxido de carbono que emitíamos en 1990, y para el 2010 deberíamos emitir solo el 115%), las cosas van claramente mal, dado que se asocia el insaciable incremento de la voracidad energética, con un tímido desarrollo de las energías renovables, y un desbocado sector urbanístico (850.000 viviendas nuevas cada año), que cataliza un continuo incremento de las emisiones del transporte. Las acciones de los ciudadanos en esta materia se convierten ya en una urgente necesidad, limitando el despilfarro energético, reclamando el desarrollo de las energías renovables, muy especialmente la biomasa y la solar, frenando el uso irracional del vehículo propio, y restringiendo los procesos de desarrollismo urbano.

3.- EL AYUNTAMIENTO DE BURGOS Y EL CAMBIO CLIMÁTICO.

El Ayuntamiento de Burgos carece de ninguna política específica de lucha contra el Cambio Climático, no perteneciendo a ninguna Red Urbana de Ciudades contra el Cambio Climático, y no habiendo desarrollado ningún tipo de medidas, ni para conocer el impacto de este fenómenos en la ciudad y la sociedad burgalesa, ni para adoptar políticas activas de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Así, no se conocen las emisiones de gases de efecto invernadero de la ciudad de Burgos respecto al metano, a los CFC’s, a los NOx, o a otros gases. Solo se conocen las emisiones de dióxido de carbono (CO2), que se estiman en torno a 15 toneladas de dióxido de carbono por persona y año, con una evolución total para la ciudad de 1.895.015 toneladas emitidas en 1999 a 2.431.136 toneladas totales emitidas en 2005 según datos del propio indicador número 7 de la Agenda Local 21 de Burgos del Ayuntamiento, ¡con un incremento del 28,3% en solo 6 años!. Hay que recordar que el compromiso español para cumplir el Protocolo de Kioto nos exige limitar el incremento de emisiones de gases de efecto invernadero de 1990 al 20010/12 a solo el 15% más y las nuevas políticas ambientales europeas hablan de reducir para el 2020 en un 20% las emisiones respecto a 1990.

La Red de Estaciones del Control de la Contaminación Atmosférica de la ciudad de Burgos, que cogestionan la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Burgos, sigue con solo cuatro estaciones de medida tras más de veinticinco años de su instalación, y en ninguna de ellas se determinan las concentraciones de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero.

La calidad del aire de la ciudad de Burgos se está deteriorando paulatinamente, a pesar de haberse disminuido el número de empresas industriales con grandes vertidos de contaminantes a la atmósfera. Así en los últimos cuatro años, se ha superado en más de 100 días el número de ocasiones con valores de inmisión de contaminantes por encima de los valores máximos permitidos en ozono y partículas.

4.- VEINTICINCO MEDIDAS CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO. PROPUESTAS DE TIERRA COMUNERA (TC).

4.1.- Adhesión a la “Red Española de Ciudades por el Clima” integrada por 126 ciudades españolas que totalizan más de dieciséis millones de habitantes y que incluye a ciudades de nuestro entorno como Gijón, León, Oviedo, Palencia, Ponferrada, Santander, Segovia, Soria, Valladolid, Valle de Mena, Vitoria y Zaragoza, como un ámbito de cooperación, intercambio de experiencias y recepción de ayudas por parte de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y el Ministerio de Medio Ambiente, que tienen firmado un marco de cooperación y financiación en este ámbito.

4.2.- Incluir en el proceso de implementación de la Agenda 21 Local de Burgos un especial seguimiento de los indicadores ambientales relacionados con el cambio climático como son: las emisiones de gases de efecto invernadero y la superficie de zonas verdes y masa forestal en el término municipal.

4.3.- Incrementar las acciones de Educación Ambiental que tanto el Área de Medio Ambiente como la Oferta Educativa Municipal a los escolares burgaleses, desarrollan para concienciar a la sociedad sobre los efectos que provoca el Cambio Climático, y muy especialmente sobre las acciones ciudadanas para corregir las emisiones de efecto invernadero. Desarrollar campañas de sensibilización sobre el uso eficiente de la energía y la problemática del cambio climático.

4.4.- Buscar las sinergias de la sociedad burgalesa y su sector empresarial e industrial y las instituciones, la Universidad y el Ayuntamiento, en la lucha contra el Cambio Climático, convocando un Consejo Sectorial de Medio Ambiente, monográfico sobre este tema.

4.5.- Incluir dentro de las Ayudas Municipales al Desarrollo como aspectos a favorecer y tener en cuenta las acciones de respeto al Medio Ambiente, reforestación y protección de los espacios naturales en los países en vías de desarrollo.

4.6.- Potenciación del transporte público, con un diseño más extenso de la red de autobuses urbanos, y medidas de abaratamiento y favorecimiento del uso de estos medios de transporte. Creación de un ente de transporte público metropolitano que incluya los municipios del Alfoz de Burgos para diseñar rutas alternativas al uso de los vehículos particulares.

4.7.- Modernización de la red de autobuses urbanos, incluyendo vehículos de bajas emisiones de efecto invernadero, como son el hidrógeno o los vehículos eléctricos.

4.8.- Favorecer el uso de la bicicleta y de los desplazamientos a pie de los ciudadanos, ampliando la red de carriles bici y mejorando su conectabilidad entre sí, y mejorando las vías de circulación y desplazamiento de peatones por la ciudad.

4.9.- Sustituir en todos los edificios municipales, así como en los colegios de titularidad municipal (Guarderías, Colegios de Infantil y Primaria) los sistemas de calefacción y agua caliente, basados en el uso de combustibles fósiles (combustión de gasoil y gas natural, así como sistemas eléctricos) por el uso de energía solar térmica.

4.10.- Implantar una política decidida de uso de la energía solar térmica para calefacciones y agua caliente en todos los edificios nuevos de la ciudad en consonancia con la ordenanza de energía solar del Ayuntamiento (2002) y el Código Técnico de la Edificación.

4.11.- Potenciación del Uso de la Energía Solar Fotovoltaica, tanto en los tejados de las edificaciones como mediante los sistemas de huertos solares.

4.12.- Creación de un Polígono industrial específicamente destinado a energías limpias y a industrias relacionadas con el medio ambiente.

4.13.- Incrementar la masa forestal en el término de Burgos, como sujeto fijador de carbono, con un aumento de 500 nuevas hectáreas de zonas verdes en cuatro años, y potenciar la plantación de árboles en parques urbanos ya consolidados y espacios libres de la ciudad.

4.14.- Adoptar medidas y criterios de eficiencia energética y de reducción de emisiones de gases efecto invernadero en las nuevas contrataciones municipales, en los concursos de adjudicación de servicios municipales y en las compras de equipamientos municipales.

4.15.- Acuerdos con los agentes económicos y las asociaciones de consumidores para el impulso de los equipamientos domésticos eficientes y para el buen uso de la energía en los hogares particulares y en los edificios residenciales.

4.16.- Favorecer el uso de los biocombustibles en todos los vehículos municipales y plantear a las estaciones de servicio del término municipal su disponibilidad. Favorecer su uso por parte de empresas y particulares.

4.17.- Racionalización en el uso y consumo de suelo en el término municipal; creación de reservas de suelo no urbanizable de especial protección ambiental.

4.18.- Mejora de la red de control de la contaminación atmosférica, ampliando el número de estaciones, su disposición territorial y el número de parámetros que se controlan.

4.19.- Actuaciones conjuntas con el sector de la industria y los servicios para adoptar medidas globales y coordinadas contra el Cambio Climático y las emisiones de gases de efecto invernadero.

4.20.- Redacción de una Ordenanza Municipal Global que unifique todas las actuaciones municipales contra el Cambio Climático y las Emisiones de Gases de Efecto Invernadero.

4.21.- Financiación de una línea de investigación de la Universidad de Burgos orientada a la lucha contra el Cambio Climático y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

4.22.- Promoción de la Arquitectura Bioclimática.

4.23.- Diseño de una política fiscal de apoyo en los impuestos municipales (IAE, IBI) y en las tasas de basuras para empresas y particulares que adopten medidas de lucha contra el cambio climático.

4.24.- Realizar un Plan de Movilidad Sostenible por parte del Ayuntamiento de Burgos.

4.25.- Elaboración de un Plan Energético Municipal, que incluya la exigencia de la eficiencia energética en las instalaciones. Realización de auditorías energéticas y certificación de edificios e instalaciones municipales.

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