Tierra Comunera denuncia la dejadez de la Junta de Castilla la Mancha en las labores de conservación para prevención de incendios y el peligro real de que se vuelva a producir una catastrofe en Guadalajara como la acontecida el pasado verano; así como el incumplimiento del Plan Integral respecto a las labores de prevención y conservación.
Las labores de prevención que se han llevado a cabo en los montes de Castilla-La Mancha, en general, y de la zona del Alto Tajo, en particular, durante la presente campaña han sido prácticamente inexistentes e igual de deficientes que las que se han venido realizando hasta la fecha, y que dieron como resultado la catástrofe que en Julio 2005 acabo con la vida de 11 personas, arrasó cerca de 13.000 Ha de bosque de alto valor ecológico y arruinó socialmente a una comarca entera.
Un año después de esta catástrofe, no se ha realizado ninguna acción de contenido real en cuanto a limpieza del monte, áreas de cortafuegos y zonas de riesgo en la zona no quemada, cuestión esta que ERA UN COMPROMISO DE LA JUNTA RECOGIDO EN LA ACCIÓN VIGÉSIMO NOVENA DEL PLAN INTEGRAL, además de una obligación moral cuyo incumplimiento refleja una importante dejadez de la Junta en este tema.
Los bosques del Alto Tajo y de los pinares del Ducado que aún siguen sin quemar, se encuentran igual de abandonados que lo estaban hace un año, no habiéndose realizado labores de limpieza de zonas limítrofes a carreteras, ni habiéndose acometido limpieza de cortafuegos. Es una verdad incuestionable para todos los que conocen el monte que «los incendios se apagan en invierno» y por muchos medios que se quieran poner en verano para la lucha contra incendios (que no es el caso de la zona) no sirven de nada si al comenzar un incendio el monte presenta el lamentable estado de abandono que actualmente tiene.
Además, las medidas que se han transmitido a la opinión pública en cuanto a la mejora en la dotación de medios en la zona son absolutamente insuficientes cuando no verdades a medias, que tratan de disfrazar la racanearía y la falta de conciencia con que la Junta sigue actuando en los temas de prevención de incendios.
Concretamente, las mejoras en dotaciones de vehículos pesados han consistido en pasar de dos a tres para toda la provincia y con el agravante de mantener la contratación por horas de trabajo por vehículo (entorno a las 100 horas), lo cual es absolutamente insuficiente para realizar tareas de limpieza de cortafuegos y zonas de riesgo. De hecho, las máquinas se dedican exclusivamente a la extinción de incendios y se encuentran paradas por si tienen que intervenir.
Es claro que la Junta lleva apostando desde hace mucho tiempo por la acción correctiva de intentar sofocar el incendio cuando aparece en lugar de hacerlo por la acción preventiva de intentar evitarlo con las acciones y medios necesarios, y así nos va. Y no vale la excusa del coste económico que supone la prevención pues esta demostrado que la acción preventiva es siempre más económica a medio plazo y eso sin contar los costes sociales, medioambientales y humanos que conlleva un incendio. La realidad es que es más cómodo corregir que prevenir, sobre todo teniendo en cuenta que el precio político de un incendio en las zonas rurales de Castilla se limita a unos escasos millares de votos.