Las bonificaciones que acompañarán al desvío obligatorio de vehículos pesados de la N-1 entre Burgos y Miranda de Ebro a la autopista de peaje AP-1, es a juicio de la formación comunera, “un parche”, que además de no atajar de raíz el problema, que es la falta de seguridad de la N- I y su elevado tráfico, soportando diariamente unos 10.000 vehículos, de los cuales la mitad, después de aplicar la medida, seguirá existiendo. Además parte del coste económico de esta medida va a recaer sobre la Junta de Castilla y León, cuando la vía es de propiedad estatal.
Los castellanistas burgaleses exigen una vez más el compromiso real de los grandes partidos y del Gobierno, por un lado de no ampliar la concesión de la AP-1, y por otro en trabajar en su liberalización total antes del final de la concesión, asegurando de esta forma que no se volverá a privatizar. Desde el PARTIDO CASTELLANO (PCAS) se lamenta “que se vuelva a hacer el juego a la empresa que ahora va a ver incrementados ostensiblemente sus ingresos con dinero público”.
Para los castellanistas burgaleses, es insoportable la situación del único tramo viario de la red de carreteras radiales del Estado que permanece sin desdoblar, manteniendo entre la AP-1 y la N-I la mayor densidad viaria de Castilla y León, y la mayor siniestralidad, tanto en víctimas mortales como en número de accidentes, el tramo Burgos-Miranda de Ebro de la carretera nacional N-I, es el único de las seis carreteras radiales del Estado, que ni es autovía, ni está prevista su conversión en autovía, dentro de los Planes de Infraestructuras del Ministerio de Fomento. El PARTIDO CASTELLANO (PCAS) reclama la inmediata liberalización de la autopista de peaje, AP-1, y estudiar el desdoblamiento en su actual trazado de la N-I, si la actual y futura densidad de tráfico así lo demandase. Los castellanistas burgaleses, y parte de la ciudadanía, están hartos de los engaños y de la hipocresía que han demostrado tradicionalmente el PP y el PSOE en este tema.
Por último los castellanistas esperan, que la medida, aunque sea un parche, sirva para aliviar el tráfico de la N-I de vehículos pesados, y con ello se reduzcan las numerosas víctimas mortales, que año tras año, deja el tramo Burgos-Miranda de Ebro.