La Agrupación Provincial en Burgos del PARTIDO CASTELLANO (PCAS-Burgos) viene reclamando, desde hace más de un lustro, que la ciudad de Burgos sea declarada como Capital de la Lengua Castellana. Ahora inicia una serie de iniciativas y actos para difundir y potenciar esta reivindicación, entre la que se incluirá difusión de carteles y folletos informativos, reuniones con colectivos implicados y actos reivindicativos.
Acciones que se inician con una Mesa Redonda el próximo jueves 15 de Febrero en el Salón Rojo del Teatro Principal, a las 19:30 horas donde participarán actores culturales y económicos implicados en esta reivindicación:
Juan José García, promotor del Museo del Libro e impulsor de la Editorial Siloé.
René Payo, Vicerrector de Cultura de la Universidad de Burgos.
Luis Mata, Presidente de la Federación de Hostelería de Burgos.
Domingo Hernández, Presidente del PARTIDO CASTELLANO (PCAS) en Burgos.
José Ignacio Romo, integrante de la Junta Directiva de TURALBUR.
D. Gonzalo Santonja, presidente del instituto Castellano y Leonés de la Lengua, ha mostrado su apoyo a esta iniciativa, y ha lamentado no poder participar por hallarse fuera de Burgos el citado día.
La configuración de Burgos como Capital de la Lengua Castellana, contribuiría a juicio del PARTIDO CASTELLANO (PCAS) a desarrollar iniciativas de dinamización económica y creación de empleo vinculadas a los vectores de desarrollo singulares de la Comunidad de Castilla y León como son el Patrimonio Cultural, el Medio Natural y la Lengua Castellana.
Se trata además de una actividad económica no contaminante, ni sucia, que requiere modestas inversiones iniciales y que profundiza en un ámbito económico vinculado con la cultura y las nuevas tecnologías que deben ser uno de los motores para la verdadera salida de la crisis económica en Burgos y Castilla y León.
“Nuestra ciudad debe constituirse en una ciudad referencia de la enseñanza del castellano a extranjeros, atrayendo aproximadamente a 20.000 estudiantes anuales (el 8%, del total que llegan a España actualmente), y un impacto económico estimado de unos 40 millones de euros anuales en la ciudad. Asociado a lo anterior habría que apostar por convertir Burgos en el lugar de referencia en la formación de profesores de Lengua Castellana, tanto a través de las Escuelas de Idiomas existentes, de la Universidad de Burgos y del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, formando a 1000 profesores anualmente, con un impacto económico anual aproximado en la ciudad de Burgos de 20 millones de euros”.
El castellano es hablado, como primera lengua, por más de 440 millones de personas en todo el Mundo, es lengua oficial en 18 países y co-oficial en otros tres, y es la segunda lengua más estudiada en todo el mundo, por detrás del inglés. Su enseñanza a extranjeros genera al año en España un volumen de negocio de 462 millones de euros y da empleo estable a 5.500 personas, que aumentan hasta 9.500 los meses de verano, y es una industria que atrae a 240.000 extranjeros al año a España, y con enorme potencial de crecimiento por la creciente difusión que el castellano experimenta en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos y Brasil.
Todas las ciudades y todos los territorios pugnan a la hora de identificar ventajas para competir a la hora de atraer inversiones, turistas o simplemente, incrementar su visibilidad, en un mundo global, donde los mensajes se multiplican exponencialmente, y cada vez se hace más difícil conseguir una mínima cuota de reconocimiento.
Burgos es conocida por muchas razones, fuera de los límites de nuestra provincia, por su espectacular catedral gótica, como cuna de los yacimientos paleoantropológicos de Atapuerca, por ser una etapa singular del Camino de Santiago, o desde una perspectiva gastronómica por sus vinos de Ribera, su lechazo asado o productos como la morcilla o el queso fresco. Desgraciadamente otros productos turísticos burgaleses de un valor excepcional, como los yacimientos de icnitas de la Sierra de la Demanda, el conjunto de románico rural del norte de la provincia o la singularidad de su arquitectura tradicional, por citar solo algunos casos, son todavía algo reducido al interés de los más iniciados.
Una de las joyas desconocidas de nuestra provincia se refiere a un elemento inmaterial de nuestro patrimonio, la lengua castellana, cuyo potencial impacto económico podría dejarnos estupefactos.
Nuestra lengua cotiza, por tanto al alza, cada vez atrae a más personas, y genera más rentabilidades económicas, culturales y socio-políticas. Desgraciadamente, Castilla y León, con la excepción de Salamanca, no ha sabido pilotar su protagonismo en la enseñanza de la Lengua Castellana, que creó y desarrolló social, cultural y literariamente. Burgos, donde se escribieron los Cartularios de Valpuesta en el 804, donde surgió la palabra Castilla en Taranco de Mena en el año 800, donde, se crearon las Glosas Silenses, donde el Romancero alcanzó su máxima expresión (Poema del Mío Cid, Poema de Fernán González, Poema de los Siete Infantes de Lara, La Celestina,…), no puede ser ajena a esta industria cultural emergente, que generaría espectaculares sinergias con nuestros Patrimonios de la Humanidad (Camino de Santiago, Catedral de Burgos, yacimientos de Atapuerca), con el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, con la Universidad de Burgos, con el Museo del Libro “Fadrique de Basilea” y con muchos de los proyectos que en clave cultural se gestan en las diferentes localidades de nuestra provincia.
Estudios realizados hace un par de años, analizan el impacto económico que la implantación en Burgos de la Capital de la Lengua tendría para la ciudad, cuantificando los retornos económicos a la ciudad en 125 millones de euros anuales, cifra que crecería hasta los 150 millones de euros para 2018, y supondría además la creación de más de 500 empleos fijos en el sector cultural y turístico. Estas cifras denotan que la Lengua Castellana, entendida como industria cultural de pujante futuro es un tren económico que ni Burgos ni el conjunto de Castilla y León debe dejar perder. Se trata además de una actividad económica no contaminante, ni sucia, que requiere modestas inversiones iniciales y que profundiza en un ámbito económico vinculado con la cultura y las nuevas tecnologías que deben ser uno de los motores para la salida de la crisis económica en Burgos y Castilla y León.
La cuantificación del impacto económico de convertir a Burgos en la Capital de la Lengua Castellana, es siempre algo controvertido, pero los posibles retornos económicos de esta iniciativa, se centrarían en los siguientes aspectos:
Por un lado, hacer de Burgos una ciudad referencia de la enseñanza del castellano a extranjeros, atrayendo a nuestra ciudad aproximadamente unos 20.000 estudiantes anuales (el 8,3% del total que llegan a España actualmente), con un crecimiento anual del 10%, y un impacto económico de 40 millones de euros anuales en la ciudad. Asociado a lo anterior habría que apostar por convertir Burgos en el lugar de referencia en la formación de profesores de lengua castellana, tanto a través de las Escuelas de Idiomas existentes, de la Universidad de Burgos y del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, formando a 1000 profesores anualmente, con un impacto económico anual en la ciudad de Burgos de 20 millones de euros.
En una tierra donde tanto nos gusta la Historia, deberíamos recuperar el protagonismo histórico de Burgos en la edición de libros de texto en castellano, tanto para el aprendizaje de estudiantes de nuestro país como de estudiantes extranjeros, tanto en formato de papel como en formato electrónico, creando y potenciando la marca “impreso en Burgos, la cuna del castellano”, como distintivo de calidad en el mundo de la edición, con un impacto económico en Burgos que podría situarse en los 10 millones de euros anuales.