Desde Puerto Rico, donde ejerce ahora como catedrático de literatura, el poeta Luis López Alvarez se pronuncia sobre la celebración de Villalar. El autor de «Los Comuneros», poema que musicó Nuevo Mester de Juglaría, dice que la Junta huye del pueblo al no asistir oficialmente a Villalar. Este año faltó usted a la fiesta de Villalar, pese haber estado asistiendo desde 1969. He faltado en alguna otra ocasión pero sí es verdad que durante años he ido «religiosamente». Creo que Villalar se está convirtiendo en un rito y la verdad es que debe ser siempre un aldabonazo en la conciencia castellana. Si pierde ese valor no tiene sentido Villalar. Yo sigo fiel al espíritu reivindicativo de esa fiesta, donde quiera que esté en el mundo. ¿Que siente un escritor cuando en la campa se canta y se baila la letra de los comuneros escrita en 1972? Una gran satisfacción porque uno se siente comprendido y como perteneciente a una gran familia. Este año el día de la Comunidad se celebrará, como ya es habitual, dividido entre los actos oficiales y los promovidos por la oposición. ¿Es esta una forma de celebrar una fiesta regional? Creo que las autoridades autonómicas rehuyen el contacto con el pueblo. En 1988, cuando me entreviste con el entonces presidente de la Junta, José María Aznar, le dije que no había que renegar de Villalar porque representaba mucho. El me prometió que algún día se reunirían ambas conmemoraciones, la popular y la oficial, y que si hacia la celebración itinerante era porque pretendía implicar a todas las provincias de Castilla-León. Esa es una deuda que está pendiente y creo que el señor Lucas puede cumplir esa promesa. ¿Qué motivos cree que tiene el PP para no ir a Villalar? Fundamentalmente ideológicos, porque se ha considerado a esta fiesta como un acto de los grupos de izquierda. El PP tiene miedo al fervor popular de la campa y al posible fomento del nacionalismo. Sin embargo, el ex-presidente del Consejo General, García Verdugo, (UCD) sí asistió varias veces a Villalar. La UCD y el PP son dos cosas diferentes. García Verdugo. García Verdugo era un castellanista sincero aunque a su manera. Este año se han cumplido 15 años de estatuto de Autonomía, ¿cuál es su balance? El resultado no se puede disociar de la evolución autonómica de España. La autonomía de Castilla y León nació sesgada, al dividirla en cinco comunidades diferentes, sin Cantabria, La Rioja, Castilla-La Mancha y Madrid, e hipotecada porque el reparto no se ha hecho de forma igualitaria. Ahora existe una amenaza de ruptura del conjunto del Estado si sólo se plantea el diálogo entre el centro y la periferia. No ha existido una participación horizontal entre las comunidades fuertes, entre las que debería estar la gran Castilla. En 1993, usted dijo que caminábamos hacia la erosión de los grandes estados nacionales. Así es. A veces se confunde la idea de nación con la de estado. Cuando se dice que el nacionalismo esta pasado de moda no es cierto, ya que la nación es una cuestión espiritual y la autodeterminación la hace cada día uno en su fuero interior, al sentirse perteneciente a una u otra comunidad. Lo que esta en decadencia es la noción de Estado Nacional como consecuencia de los procesos de globalización económica como puede ser la Unión Europea. A ello se une la pujanza de las autonomías y los ayuntamientos. Es patético ver a los estadistas nacionales como se aferran al poder cuando ven por arriba y por abajo, el desmantelamiento de la «casa» del Estado. En esa distribución del poder; ¿una estructura federal del Estado beneficiaría a Castilla y León? Aunque yo en 1979 estaba de acuerdo con esa posibilidad, hoy día creo que no sería viable una solución federalista ya que las autonomías periféricas no se contentarían con esa alternativa. Creo que ha pasado la hora del federalismo y una posibilidad para Castilla sería la confederación de regiones dentro del estado y en hermanamiento con aquellas otras comunidades procedentes del mismo tronco. De todos modos queda todavía mucho por recorrer. ¿Cuál debería ser el papel del poder central? La mayoría de las competencias del poder central debían ser delegadas en las comunidades. La existencia de un poder en Madrid que pueda, mediante una especie de chalaneo, dar más a unas comunidades que a otras es sumamente pernicioso no sólo para Castilla y León sino para el conjunto español. El diálogo centro-periferia sólo puede llevarnos al fracaso. ¿Cómo ve el futuro político de Castilla y León? Con honda preocupación. DESDE PARIS HASTA EL CONGO Luis López Alvarez, que se define como «corredor de fondo», no estuvo presente este año en la campa de Villalar. Sin embargo, no pierde su espíritu reivindicativo desde Latinoamérica. Nacido en 1930 en La Barosa (León), el autor de «Los Comuneros» integra el club de la emigración castellano-leonesa que no sólo no ha renunciado a sus raíces en el exterior, sino que ha profundizado en las mismas desde la distancia. Diplomado en periodismo y en ciencias políticas en París (1953-57), el poeta leonés fue durante 13 años redactor de la televisión francesa para pasar posteriormente a ocupar la dirección de la UNESCO para América Latina y Caribe hasta 1984. Antes, en 1958, fundó el Instituto de Estudios Congoleños, del que salieron los independentistas Lumumba, asesinado posteriormente, y Laurent Kabila. Precisamente su amistad con este último, hoy presidente de la República del Congo, hizo que le nombrase su asesor internacional.
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