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Castilla nos une

Castilla nos une

Castilla despierta, ¡nos roban la galleta!. Andrés Rodríguez Amayuelas. (12/06/2002)

En el último año, solo en Castilla-León, se han desmantelado empresas como Tecnauto, Enertec, Cellophane, Delphi Packard, Alfacel, Yazaki Monel, Revilla, …

Andrés Rodríguez Amayuelas

El cierre de Fontaneda es un duro golpe para la actividad económica de la montaña palentina, ya de por sí sometida a un profundo proceso de pérdida de actividad y pone de manifiesto la inexistencia de una política industrial en Castilla-León durante esta década de gobierno de la derecha popular. Hay que recordar que en el último año, solo en Castilla-León se han desmantelado empresas como Tecnauto, Enertec, Cellophane, Delphi Packard, Alfacel, Yazaki Monel, Revilla, pertenecientes muchas de ellas a multinacionales, y que han supuesto la pérdida de 1800 puestos de trabajo directos, destruyendo unas producciones que en muchos de los casos eran rentables y tras haber recibido cuantiosas ayudas de dinero público desde la Junta de Castilla-León.

Es un agravio inadmisible la pérdida de una actividad empresarial como Fontaneda, creada y levantada con el esfuerzo de generaciones de ciudadanas y ciudadanos de Aguilar de Campoo y su comarca, que transforma el cereal producido en nuestros campos, y que por intereses especulativos de una multinacional británica, se pretende trasladar a otras comunidades autónomas en virtud de unas ventajas fiscales, trasladando además a las trabajadoras y trabajadores de la factoría de Aguilar.

La negativa de la multinacional United Biscuits a negociar la venta de la marca Fontaneda a un comprador que garantice la permanencia de la factoría en Aguilar expresa muy claramente que la voluntad de dicha empresa nunca fue el potenciar la tradicional marca castellana, sino que su adquisición en 1996 tuvo como principal objetivo la apropiación de un nombre y una cuota de mercado para después trasladar su producción lejos del entorno que la había visto nacer y que ha sido parte fundamental en su crecimiento y consolidación durante el siglo pasado.

En 1881 Eugenio Fontaneda, que tenía una tienda de ultramarinos finos, puso en marcha el primer horno de fabricar galletas en Aguilar de Campoo. Después de la guerra civil, aprovechando la cercanía de las fábricas de harinas, diversas empresas familiares de la zona como los Fontaneda (segunda generación), Gullón, Palacios, Cuétara, Siro, Ruiz Vilda y Fontibre, sin la aportación de capitales foráneos, con una flota de camiones de gasógeno, repartía las marías, los bizcochos y las tostadas por toda la geografía castellana. Los galleteros de Reinosa, de Aguilar de Campoo y de Alar del Rey habían conquistado la mayor parte del mercado estatal, con productos de muy buena calidad.

Fontaneda, se había convertido en el primer fabricante nacional de galletas, creciendo en medio del pueblo y el pueblo creciendo con la fábrica. Aquella gallina de los huevos de oro era un árbol frondoso que crecía y crecía hundiendo sus raíces en la tierra y cobijando bajo sus salarios a centenares de trabajadores, en su mayor parte mujeres que procedían de todos los pueblos de la comarca. Se puede decir, sin lugar a dudas, que el freno a la emigración que supuso la industria galletera ha contribuido a mantener habitados muchos pueblos de la montaña palentina y en pie sus maravillosas iglesias y ermitas románicas.

En 1997 Nabisco compró Fontaneda, con el pretexto de reconvertirla y modernizar sus instalaciones. Posteriormente, Nabisco fue adquirida por United Biscuits… Mientras todo esto ocurría la vecina fábrica de Gullón emprendía un proceso de modernización, diversificación y capitalización endógena y ampliación de instalaciones que merece toda clase de parabienes. El proceso seguido por la marca Fontaneda ha sido de libro, primero se compra, a continuación se reduce la plantilla a menos de la mitad, y como lo que importa es la propiedad de la marca, a la tercera va la vencida, en el último acto se propone el traslado de la producción a sus fábricas del País Vasco y Navarra, donde rigen leyes forales y hay otros incentivos fiscales.

Desde Tierra Comunera se apoyan todas las movilizaciones de Aguilar y Palencia como forma de presión para evitar el cierre de Fontaneda y del resto de empresas, no sólo en la provincia sino en toda Castilla.
Tierra Comunera hace un llamamiento a todos los ciudadanos de Castilla y León para el boicot de los productos de United Biscuits como forma de presión efectiva contra dicha empresa en tanto no rectifique su disposición al cierre de la empresa Fontaneda y en el caso de que la lleve a cabo.

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