Han roto en dos generaciones, en menos de cincuenta años, una forma de adaptación al territorio que había durado casi mil años. Sin la más mínima reflexión sobre sus consecuencias.
La Iniciativa Leader Plus y el Programa de Desarrollo Rural (PRODER) son dos instrumentos ideados por la Comisión Europea con el fin de que las organizaciones sociales, la sociedad civil, ejecute proyectos de innovación en las comarcas rurales de Europa.
Ángel de Prado Herrera
Presidente de HUEBRA
La Iniciativa LEADER comenzó en 1992 y fue concebida y financiada desde Bruselas. El Proder surgió en 1995 a instancias del Gobierno Español siguiendo el ejemplo de Leader y ante la demanda de grupos que vieron los resultados iniciales.
Los Grupos de Acción Local que se han formado en decenas de comarcas rurales de España y Europa han gestionado durante estos años y en dos períodos distintos, unos setecientos millones de pesetas de media por grupo de dinero público, principalmente de la Unión Europea.
¿Para qué son estos dineros?
Fundamentalmente para que la sociedad civil, no la Administración ni los políticos, busquen nuevas soluciones y prueben otros caminos para el mundo rural del futuro.
Ante los cambios en la Agricultura de toda Europa y el despoblamiento galopante de muchas áreas rurales, alguien de la Comisión puso en duda las políticas que se hacen desde las administraciones respecto de los pueblos. Alguien con bastante sensatez pensó que si estas administraciones no estaban consiguiendo buenos resultados, no podían ser las que generasen las nuevas ideas sobre lo que debe hacerse en el futuro. La burocracia repetitiva es lo contrario de la creatividad.
¿No es acaso la Administración una de las principales productoras de la emigración y del despoblamiento de nuestros pueblos?
Cada escuela que concentran o se cierra es una catástrofe para el pueblo que la sufre. Cada servicio sanitario que se escatima es una invitación al abandono del medio rural. Cada operación urbanística o de vivienda que se ejecuta en los pueblos grandes o en las capitales es un empujón a la emigración de los pequeños. Cada inversión privada que se incentiva para que se produzca en las áreas urbanas es un golpe para la huída de los jóvenes rurales.
Y estas decisiones las toman todos los días los políticos y los funcionarios de la Administración. Especialmente los nuestros, los de Castilla y León. Y algunos se sienten orgullosos de ello. Han roto en dos generaciones, en menos de cincuenta años, una forma de adaptación al territorio que había durado casi mil años. Sin la más mínima reflexión sobre sus consecuencias.
Una herencia envenenada.
La región que les vamos a dejar a las generaciones futuras está cargada de amenazas. ¿Quién mantendrá los bosques de nuestras montañas? ¿Quién conservará el patrimonio y la cultura formados durante cientos de años? ¿Quién garantizará la calidad del aire, del agua, de los alimentos si no hay quien conserve el territorio?
Somos ya una región tercermundista por muchas razones. Pero sobre todo por una: Toda la población se está concentrando en muy pocos núcleos urbanos y el resto es un vacío. Un vacío poblacional, un vacío de ideas, un vacío de personas y de cabezas. Un vacío político.
La Junta, una banda de caciques.
Cualquiera que recorra nuestra región comprende que tiene los años contados. Que los pueblos ya están casi desaparecidos. Los únicos que padecen ceguera crónica e histórica son nuestros caciques. Han heredado los genes de sus antepasados y no pueden sentirse responsables de lo que le han hecho y siguen haciendo a las gentes de estas tierras.
Ellos son una causa fundamental de la emigración porque han expulsado de aquí a todos los que no pensaban como ellos o no se plegaban a su voluntad. En los últimos tres años perdemos de 30 a 40 jóvenes cada día que se van a otros lugares una vez que se han formado. Se van porque no ven oportunidades o porque no están dispuestos a mendigar un puesto de trabajo pasando por la taquilla política de los de siempre.
Han conseguido perfeccionar el sistema de control del voto que tenían sus abuelos con todos los mecanismos que ofrece el sistema autonómico de la democracia. Los dueños eternos de la finca la han acotado aprovechando la España de las Autonomías. Hasta el ingreso en la Unión Europea les va bien para manejar más fondos en favor de sus intereses. Las buenas ideas que se producen en Bruselas y los dineros que nos aportan otros países y regiones, se convierten en atraso y financiación de la estructura medieval de señores feudales que tienen montada.
Y esto es en definitiva lo que pretenden hacer con la Iniciativa Leader Plus y el PRODER: Alimentar la red caciquil de la Región e impedir que se produzca cualquier movimiento que intente cambiar la situación actual. El dinero que apoye la creatividad para intentar intuir cómo debe ser el mundo rural del siglo XXI, utilizarlo para que sigamos en el siglo XI. Seguir manteniendo una sociedad cerrada, atrasada, desinformada que permita que unos pocos dominen, controlen y se aprovechen de los demás. Cuantos menos seamos, a más tocamos es la única máxima que les motiva.
Para conseguir este objetivo, vale todo. La selección de los Grupos de Acción Local que gestionen Leader y Proder en Castilla y León no es que haya sido ilegal, injusta o falta de transparencia. Ha sido una burda cacicada sin preocuparse en guardar las formas o las apariencias. Ha sido, simplemente, un comportamiento igual al que hacían sus abuelos hace más de cien años cuando se compraban los votos con dinero y con comidas.
Todo el que se niegue a aceptar que la historia debe seguir así está obligado a denunciar y luchar para que las cosas cambien.
No se puede consentir que los fondos para el desarrollo sirvan para perpetuar esta cada vez más república bananera que no región europea.
Una reacción imprescindible.
Por el bien de Castilla y León, de nuestros pueblos y de la consolidación democrática, es necesario que luchemos para acabar, de una vez por todas, con las adjudicaciones a dedo de cualquier fondo público. Los Grupos de Acción Local que constituimos la asociación regional “HUEBRA” acudiremos a los tribunales y a la Comisión Europea para denunciar a la Consejería de Agricultura de la Junta. No estamos dispuestos a consentir la adjudicación de los Leader y Proder sin las más mínimas garantías jurídicas y que valga, en la mayor parte de los casos, con ser miembro del Partido Popular o allegado para ser Grupo gestor de estos programas.
La desvergüenza tiene un límite y ya hace tiempo que nuestra Administración lo ha superado. La sociedad civil debe reaccionar. Los de “HUEBRA” ya lo hemos hecho. Que cunda el ejemplo.