El 31 de Mayo, fiesta institucional de Castilla-La Mancha, los castellanistas de TIERRA COMUNERA (TC-PNC) denuncian el abandono que padece este territorio por las políticas centralistas y discriminadoras del PSOE y del PP y reclaman la unidad y el autogobierno de toda Castilla (Mayo2002).
El 31 de Mayo es una fecha importante para todos los castellanos; no se trata sólo de la fiesta institucional de una comunidad autónoma castellana Castilla-La Mancha, sino de la conmemoración de la constitución, en 1520, de la Comunidad de Toledo, con la presencia de Juan de Padilla, verdadero detonante de la Revolución de las Comunidades de Castilla. Hoy la historiografía, interesada, sesgada y partidista, que impulsan el PP desde el Ministerio de Educación de Pilar del Castillo, y el PSOE desde la comunidad autónoma que preside José Bono, pretende olvidar las verdaderas raíces, historia e identidad castellanas de Castilla la Nueva, algo que rechazamos los militantes del castellanismo.
Hoy la realidad de Castilla se vive, de forma mediocre y difusa, en el ámbito administrativo de varias comunidades autónomas, con escaso peso político y económico en el conjunto del Estado, mientras que nuestras señas de identidad culturales y etnográficas se pierden de forma lenta, pero imparable, ante la pasividad cómplice de quienes deben velar por su puesta en valor. El 31 de Mayo es un momento adecuado más para reflexionar sobre nuestra identidad y reivindicar un futuro mejor para nuestro pueblo y nuestra nación.
Los castellanistas estaremos el 31 de Mayo en Talavera de la Reina, no para autocomplacernos junto a Bono o Suarez, sino para despertar la conciencia ciudadana que reclama un cambio progresista, ecológico, transformador, democrático y castellanista en esta tierra. Cuando ante nuestros ojos, vemos con perplejidad los conflictos de Fontaneda, de Garoña y Zorita, del Plan Hidrológico Nacional, del trasvase Tajo-Segura, del desmantelamiento de nuestra industria, del no-futuro al que se condena a nuestros jóvenes, vemos que existen innumerables razones para la rebeldía comunera, la misma que inspiró la lucha de María de Pacheco y de Juan de Padilla, porque añoramos una castilla unida y próspera, como probablemente soñaron aquellos héroes comuneros que, en lo mejor de sus vidas, decidieron entregarlas de forma completa y generosa, en el cadalso de una aldea polvorienta y castellana como Villalar.
El 31 de Mayo en Talavera de la Reina, los ciudadanos de Castilla-La Mancha exigimos a las administraciones el reconocimiento de nuestra identidad como castellanos, deseosos de fortalecer nuestra relación cultural, económica, política y social con las comunidades castellanas de Madrid, La Rioja, Cantabria y Castilla-León, y exigiendo la unidad de nuestra tierra y de nuestro pueblo.
Reclamamos un futuro mejor para nuestros jóvenes, nuestras mujeres y nuestros mayores, con políticas más progresistas y transformadoras, que potencien una democracia avanzada y participativa, que eliminen los hábitos caciquiles de nuestros gobernantes, y que hagan compatible el respeto a nuestra naturaleza y nuestro patrimonio, con el desarrollo de un Estado del Bienestar solidario con quienes más lo necesitan.
– Contra la emigración de nuestros jóvenes y por la creación de riqueza y de empleo en nuestra tierra.
– Industrias de transformación para poner en valor las producciones agrícolas, ganaderas, forestales y mineras de esta tierra.
– Paralización del trasvase Tajo-Segura y del Plan Hidrológico Nacional: el agua de Castilla para los castellanos.
– Cierre de las centrales nucleares de Trillo y de Zorita y defensa de nuestros espacios naturales más amenazados.
– Recuperar nuestra identidad y nuestras tradiciones castellanas.