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Castilla nos une

Castilla nos une

INICIATIVA DE COMARCALIZACIÓN PARA LA PROVINCIA DE BURGOS. TC-PNC. (10/03/2003)

INICIATIVA DE COMARCALIZACION PARA EL DESARROLLO DEL TERRITORIO DE LA PROVINCIA DE BURGOS.

1.- Introducción.

2.- Exposición de la situación actual.

3.- Tendencias evolutivas en la provincia de Burgos.

4.- Ventajas de un proyecto de comarcalización.

5.- Propuesta de comarcalización en la provincia de Burgos.

6.- Resumen y conclusiones.

1.- INTRODUCCIÓN

En el presente informe se pretenden exponer de forma sintética cuales son las razones que aconsejan, en el marco geográfico burgalés y en el castellano en general, proceder a una nueva ordenación del territorio, que utilizando como base las comarcas tradicionales, aborde la imperiosa necesidad de dar una nueva vitalidad al tejido rural, hoy en franco proceso de desintegración y en trance de total desaparición.

Se describe, en primer lugar, el cuadro que en la actualidad nos muestra la realidad, acosada por la despoblación demográfica, por la falta de perspectivas alternativas de desarrollo y por la inadecuada actuación de las administraciones públicas competentes en la materia, muy especialmente la Diputación Provincial.

El segundo capítulo de este informe se centra en desarrollar los escenarios de futuro previsibles para el medio rural burgalés, que muestran claramente un proceso de despoblamiento y envejecimiento, que desmantelará completamente cualquier posibilidad de desarrollo endógeno en el tejido rural burgalés.

La utilidad y vigencia de construir un nuevo modelo de ordenación del territorio y de los servicios sociales en el medio rural, en base a las comarcas históricas, centra el segundo gran bloque que forma el presente informe. Parece importante destacar que la comarcalización no pretende reeditar miméticamente modelos superados por el paso del tiempo, sino más bien constituirse en un instrumento ágil, moderno y descentralizado que permita dinamizar el escaso y envejecido tejido rural burgalés y castellano.

La fuerza de la comarcalización reside en su utilidad para fijar a la población en el territorio, para crear iniciativas de desarrollo sostenible, económicamente viables y competitivas, y para dotar a sus pobladores de unos servicios públicos y sociales de calidad, que sean referente de atracción y al tiempo garantizadores de una adecuada calidad de vida de los ciudadanos del medio rural.

Por último el presente informe aborda de forma sintética cuales debieran ser los pasos preliminares que permitieran rediseñar el marco comarcalizador burgalés, en base a sus nueve regiones históricas, geográficas y económicas, así como superando las artificialidades que el modelo provincialista, copia del centralismo napoleónico, impuso en 1833.

2.- EXPOSICION DE LA SITUACION ACTUAL

La Ordenación del Territorio en el marco geográfico de la actual provincia de Burgos, así como en el conjunto de Castilla, marca en las últimas décadas una clara tendencia regresiva que se está agravando de forma decisiva en estos años. Esta dramática realidad puede describirse en los siguientes apartados, que serán posteriormente desarrollados con amplitud:

  • Crisis demográfica, envejecimiento y despoblación generalizada del medio rural burgalés.?
  • Falta de alternativas de desarrollo en el ámbito rural de la provincia de Burgos.
  • Ineficiencia absoluta de las Instituciones Públicas para modificar estas tendencias regresivas.

    2.1.- CRISIS DEMOGRÁFICA EN EL MEDIO RURAL BURGALÉS

    Un análisis detallado de la realidad demográfica del territorio burgalés nos lleva a la clara conclusión de que asistimos a la agonía generalizada de la práctica totalidad del medio rural de esta provincia, fenómeno generalizado en el conjunto geográfico conformado por las dos submesetas castellanas.

    La demografía de la provincia burgalesa es fundamentalmente estacionaria, caracterizándose por su envejecimiento y su despoblación; estas tendencias evolutivas se muestran claramente en la tabla nº 1, que describe la pérdida progresiva de peso demográfico de Castilla y de la provincia de Burgos, dentro del conjunto español, desde el siglo XVI hasta la actualidad, al tiempo que se compara esta situación con la de otras comunidades autónomas tradicionalmente beneficiadas por los procesos redistributivos, injustos y discriminatorios, del Estado Español.

    1530 1717 1797 1857 1900 1955 1975 1997
    Burgos 2,60 2,26 2,06 1,88 1,74 1,37 1,00 0,87
    Castill-León 18,65 16,20 14,80 13,50 12,50 9,80 7,19 6,27
    Castill-Man. 15,70 11,00 9,90 7,80 7,40 6,88 4,64 4,33
    Castilla 38,00 32,35 30,10 26,90 26,50 26,47 25,76 25,23
    País Vasco 3,10 2,90 2,90 2,70 3,20 4,09 5,72 5,26
    Cataluña 6,33 7,10 8,10 10,70 10,60 12,10 15,65 15,30
    Valencia 5,00 6,70 8,00 8,10 8,50 8,18 9,39 10,15
    España 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

    TABLA 1

    EVOLUCIÓN DEL PESO RELATIVO EN EL CONJUNTO ESPAÑOL DE LA POBLACIÓN DE BURGOS, CASTILLA Y CASTILLA-LEÓN.

    La tabla nº 2 muestra los mismos resultados, pero reflejando valores absolutos de la población, obtenida de los censos de 1530, 1717, 1797, 1857, 1955, 1975 y 1997.

    1530 1717 1797 1857 1900 1955 1975 1997
    Burgos 125.000 170.000 237.000 291.000 339.000 398.000 360.000 350.000
    Castill-León 895.000 1.215.000 1.702.000 2.086.000 2.300.000 2.861.000 2.553.000 2.508.000
    Castill-Man. 754.000 825.000 1.138.000 1.205.000 1.378.000 2.008.000 1.647.000 1.712.000
    Castilla 1.824.000 2.426.000 3.462.000 4.156.000 4.934.000 7.727.000 9.151.000 10.035.692
    País Vasco 149.000 218.000 334.000 417.000 596.000 1.193.000 2.033.000 2.098.000
    Cataluña 304.000 532.000 931.000 1.653.000 1.973.000 3.534.000 5.557.000 6.090.000
    Valencia 240.000 502.000 920.000 1.251.000 1.582.000 2.387.000 3.337.000 4.009.000
    España 4.800.000 7.500.000 11.500.000 15.450.000 18.617.000 29.196.000 35.520.000 39.669.000

    TABLA 2

    EVOLUCIÓN EN EL CONJUNTO ESPAÑOL DE LA POBLACIÓN DE BURGOS, CASTILLA Y CASTILLA-LEÓN.

    La figura nº 1, también nos muestra claramente esta negativa evolución demográfica burgalesa, lo mismo que ocurre con la figura nº 2, que se centra especialmente en la evolución demográfica de la provincia de Burgos en los últimos años.

    La tabla nº 3 desarrolla la evolución de la población rural de la provincia burgalesa, evidenciando de forma descarnada, el proceso de exterminio demográfico al que el campo burgalés ha estado y está sometido. Si a principios de siglo, la población rural de la provincia de Burgos era de 291.000 personas, representando a 86 de cada 100 burgaleses, en la actualidad se reduce a 105.000 personas, que representan a 30 de cada 100 habitantes de la provincia.

    1900 1960 1999
    Habit. % prov. Habit. % prov. Habit. % prov.
    Arlanz-Esgueva 40.000 11,8% 35.000 9,25% 15.750 4,5%
    Odra-Pisuerga 33.000 9,7% 29.000 7,66% 11.800 3,4%
    Sierra-Pinares 27.000 8,0% 24.000 6,34% 10.800 3,1%
    Merindades 52.000 15,3% 45.700 12,08% 25.000 7,1%
    Total Rural Bu. 291.000 86% 257.300 68% 105.000 30%

    TABLA 3

    EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN RURAL DE ALGUNAS COMARCAS BURGALESAS Y DEL TOTAL RURAL PROVINCIAL

    Del examen de las tablas 1, 2 y 3 podemos deducir la espectacular pérdida de peso demográfico de Burgos, Castilla-León y Castilla respecto al conjunto del Estado. La provincia de Burgos cuenta en la actualidad con prácticamente los mismos habitantes que a principios de siglo, mientras que el Estado Español ha pasado en este siglo, de 18 millones de habitantes a más de 39 millones.

    La provincia de Burgos representaba en 1900 el 1,74% de la población española; en la actualidad sólo significa el 0,85% y con una tendencia claramente manifestada a ir disminuyendo el peso demográfico burgalés en el conjunto del Estado.

    El fuerte retroceso demográfico que está sufriendo Burgos es atribuible fundamentalmente al proceso de «desarrollismo» franquista de las décadas de los cincuenta, sesenta y sesenta que impulsó a decenas de miles de burgaleses y a cientos de miles de castellanos a emigrar, abandonando su tierra y contribuyendo al auge industrial, económico y demográfico de las regiones periféricas del Estado Español.

    Es absolutamente espectacular y deprimente el contemplar la cifra de 275.000 burgaleses y burgalesas que, desde 1900, han tenido que emigrar desde la provincia de Burgos a otras tierras en búsqueda de empleo. Una parte más de los 3.300.000 castellanos que desde principios de siglo tuvieron que emigrar de ambas mesetas para buscar mejores condiciones de vida.

    El proceso migratorio castellano y burgalés es especialmente empobrecedor para estos territorios, pués aunque ha existido un movimiento de éxodo rural hacia las ciudades (Burgos, Aranda y Miranda, en nuestra provincia), en ningún caso ha compensado las salidas hacia el exterior (fundamentalmente País Vasco, Cataluña y Madrid).

    El ocaso demográfico de la provincia burgalesa es especialmente significativo en lo que al medio rural se refiere, donde puede hablarse sin rubor de «proceso de exterminio poblacional»; así, en 1900, 291.000 burgaleses vivían en la provincia, caracterizada fundamentalmente como medio rural; hoy son sólo 105.000 los pobladores de la provincia, que habitan en localidades rurales, pues tanto Aranda como Miranda escapan a esta consideración.

    La emigración, unida al ocaso vegetativo, augurán un futuro de envejecimiento y despoblación para Burgos y Castilla. Así, mientras la población española aún tiene un saldo vegetativo positivo, en 1997, Burgos reflejó un decrecimiento vegetativo de 630 personas y en Castilla-León los fallecimientos superaron a los nacimientos en 6.300 personas.

    La densidad del medio rural burgalés es en la actualidad de apenas 7,20 habitantes por kilómetro cuadrado, cuando en 1900 era de 20 habitantes. Además enormes territorios están situados en valores de uno o dos habitantes por kilómetro cuadrado, cuando los geógrafos consideran que cifras inferiores a venticinco habitantes ya son indicativas de verdaderos desiertos demográficos.

    Estas tendencias regresivas en lo que a la demografía burgalesa se refiere, tienden a agudizarse en el futuro más inmediato, configurando a la provincia burgalesa, así como al conjunto de Castilla, como un enorme y vacío territorio, envejecido, improductivo, poco conflictivo y sumiso para con las grandes decisiones que emanan de los núcleos de poder político y económico.

    2.2.- FALTA DE ALTERNATIVAS DE DESARROLLO EN EL ÁMBITO RURAL.

    La dramática realidad humana de la provincia burgalesa, y muy especialmente de su medio rural se ve enormemente agravada por el hecho de que no parecen articularse mecanismos apropiados para que esta tendencia negativa de un punto de inflexión, modificándose positivamente. Entre los aspectos estructurales negativos que cabe reseñar se encuentran los siguientes:

    2.2.1.- La desaparición física, en los últimos treinta años, de decenas de pequeñas localidades en la provincia burgalesa y de cientos en el conjunto de Castilla.

    2.2.2.- El feroz envejecimiento de nuestra población rural, existiendo un porcentaje superior al 30% de mayores de 65 años, cuando la media del Estado es de 13 mayores por cien habitantes.

    2.2.3.- El gran crecimiento de la población «dependiente», que no es generadora de recursos pero que obliga al suministro de numerosos servicios sanitarios y sociales; situación especialmente preocupante en momentos en que la insolidaridad regional obliga a pensar en el equilibrio de las balanzas presupuestarias de las comunidades más empobrecidas, como las castellanas.

    2.2.4.- La falta de inversiones en transportes y comunicaciones en el medio rural, que han desmantelado el tejido ferroviario y han abandonado a la red de carreteras locales, incrementando el grado de aislamiento de numerosas comarcas.

    2.2.5.- La ausencia de núcleos comarcales dinámicos, con suficiente poder de liderazgo social y económico como para fijar la población de sus entornos. Ausencia de localidades en el tramo de 6.000 a 20.000 habitantes.

    2.2.6.- El desmantelamiento de la práctica totalidad de pequeñas industrias y talleres que existían en el medio rural, cuyo funcionamiento generaba numerosos puestos de trabajo entre los jóvenes, actividades económicas secundarias y desarrollo social.

    2.2.7.- El deterioro de las prestaciones sociales, sanitarias y educativas en el medio rural, con cierre de escuelas y centros de atención sanitaria primaria, generalizándose la política de concentraciones que tan nefastos resultados ha tenido sobre los núcleos rurales. En los últimos 50 años se han cerrado en Burgos más de 1.000 escuelas rurales, no existe servicio de asistencia pediátrica en el medio rural,…

    2.2.8.- La salvaje reconversión agraria y ganadera que con su política de abandono de la actividad productiva y de subvenciones, limosnas y subsidios está condenando al campo castellano a su desaparición como un sector económico propio. La renta agraria disminuye a un ritmo del 7% anual y cada 10 años disminuye la población activa agropecuaria en un 50%.

    2.2.9.- La falta de alicientes y atractivos para los habitantes del medio rural, que prefieren abandonar sus pueblos en dirección a las ciudades, dada la ausencia de ofertas de actividades de ocio y tiempo libre, especialmente para los jóvenes.

    2.2.10.- El nulo aprovechamiento por parte de los habitantes del medio rural de las nuevas alternativas económicas, que como el ecoturismo, el turismo rural y el auge de la naturaleza, están en manos de empresas dependientes del capital ciudadano y ajenas a la promoción de los valores autóctonos.

    2.2.11.- La incapacidad de utilizar el patrimonio monumental, artístico e histórico como eje de una actividad económica floreciente y rentable, a pesar de que Castilla es el tercer gran núcleo monumental de Europa, tras Grecia e Italia.

    2.2.12.- La falta de autoidentificación y de afirmación de los valores rurales y de las tradiciones propias, que provoca un sentimiento de inferioridad y una pérdida de las señas de identidad rurales.

    2.2.13.- La imposibilidad de que los municipios, cada vez más pequeños y envejecidos puedan ofertar unos servios de calidad a sus escasos habitantes, lo que redunda en el empeoramiento del bienestar de sus pobladores.

    2.3.- INEFICIENCIA DE LAS INSTITUCIONES PUBLICAS TRADICIONALES PARA MODIFICAR ESTAS TENDENCIAS.

    Esta dramática realidad demográfica y económica no ha sido modificada en absoluto por las actuaciones de las administraciones públicas con competencias en la materia.

    Las pequeñas administraciones locales se han mostrado siempre carentes de los recursos económicos suficientes para emprender acciones de envergadura que frenaran los procesos de desmantelamiento del medio rural castellano y burgalés; además, su falta de preparación técnica en muchos casos y la ausencia de un claro sentimiento regeneracionista ha provocado que los recursos se dispersaran en actividades de servicios festivos o recreativos, en lugar de priorizar las necesidades en el orden del desarrollo económico.

    La Diputación Provincial, responsable más directa del mantenimiento de la calidad de vida en los pequeños municipios, se ha configurado más como una entidad limitadora e incapaz para desarrollar una gestión coherente en este sentido.

    La Diputación Provincial ha actuado potenciando el centralismo de la ciudad de Burgos sobre el conjunto provincial, y provocando una concentración de servicios en la ciudad que ha ejercido como polo de atracción de los habitantes del medio rural, que se han sentido así extraidos de sus ambientes habituales.

    Asimismo la Diputación Provincial se ha manifestado claramente incapaz de frenar las políticas negativas que desde administarciones autonómicas o estatales se han diseñado con el objetivo indirecto de acabar con el debilitado tejido rural de Burgos y de Castilla.

    De los aproximadamente 13.500 millones de pesetas (pesetas constantes de 1998), que presupuesta anualmente la Diputación Provincial, el porcentaje que llega realmente en inversiones al Medio Rural burgalés es escasamente del 25%. Esto supone que en los últimos 40 años, la Diputación ha gastado más de 400.000 millones de pesetas en actividades no directamente relacionadas con el Medio Rural, y sólo 135.000 en actuaciones efectivas.

    Por último, la Diputación Provincial se ha comportado en numerosas ocasiones como un instrumento claramente partidista, más solícito a la hora de premiar las «fidelidades» partidarias que a solucionar las necesidades reales de pobladores, localidades o comarcas. Esto ha provocado asímismo una muy ineficaz gestión de los recursos disponibles, originando despilfarro y dotaciones innecesarias en algunas localidades mientras el grueso del medio rural burgalés adolecía de los servicios más básicos.

    La asunción de competencias por parte de la Junta de Castilla-León en numerosas materias relacionadas con el medio rural, tampoco ha dinamizado este espacio físico y humano. La mayor parte de los presupuestos se destinan a personal y funcionamiento ordinario. Además las inversiones son ejecutadas por empresas privadas, on una efectividad menor en la ejecución de las inversiones que cuando se efectuaba con personal propio.

    3.- TENDENCIAS EVOLUTIVAS EN LA PROVINCIA DE BURGOS

    Las tendencias evolutivas para la demografía de la población rural burgalesa son ciertamente decepcionantes. Todos los estudios demográficos realizados por empresas consultadas por especialistas universitarios coinciden en los siguientes aspectos:

  • En los próximos treinta años continuará el decrecimiento vegetativo en la provincia de Burgos y Castilla-León, con disminución de población en términos relativos y absolutos, así como incrementando el grado de envejecimiento.
  • Los saldos migratorios serán netamente desfavorables para la provincia burgalesa, centrados espcialmente en los colectivos de jóvenes con estudios y formación profesional cualificada, dado que nuestro nivel de paro ya es superior a comunidades vecinas más dinámicas como País Vasco, Madrid, Cataluña o Aragón.
  • La población rural en Burgos disminuirá drásticamente, por el éxodo rural que se va agudizar, y por el alto grado de envejecimiento.

    Las proyecciones poblacionales para el año 2025 muestran que la provincia de Burgos tendrá una población de 294.000 habitantes (56.000 menos que en la actualidad), representando tan sólo el 0,68% del conjunto español, que será en esos años de algo más de 43.000.000 habitantes. Castilla-León albergará sólo 2.264.000 personas, el 5,25% del conjunto español.

    La provincia burgalesa estará fuertemente afectada por el envejecimiento. En el 2.025 sólo el 7% de la población tendrá menos de 14 años, mientras que el 30% superará los 65 años.

    El medio rural burgalés estará completamente despoblado, albergando sólo 29.000 habitantes, y dando lugar a una densidad de 2 habitantes por kilómetro cuadrado. El 60% de estas personas tendrán más de 65 años.

    Las únicas alternativas para dotar de viabilidad al medio rural burgalés pasan por la simultaneidad de procesos como:

  • Politica favorecedora de la natalidad, con apoyo decidido a las familias y a la infancia, en materia educativa, sanitaria y fiscal.
  • Inversión del fenómeno migratorio, con creación de puestos de trabajo y radicación de nuevas empresas.
  • Nueva política institucional, con fórmulas de gestión más eficiente, democráticas y cercanas a los ciudadanos, como la comarcalización.

    4.- VENTAJAS DE UN PROYECTO DE COMARCALIZACION.

    Parece necesario que cualquier modelo de planificación territorial y de gestión de los servicios que se ofrecen en el medio rural deba plantearse al menos los siguientes objetivos:

    1.- Garantizar la prestación de servicios de suficiente calidad a los habitantes del medio rural, ofertando una sanidad, educación, comunicaciones y servicios de asistencia social, ocio y tiempo libre, comparables a los ofrecidos en el medio urbano.

    2.- Adecuar los servicios que presten las administraciones públicas a la realidad del entorno natural, humano e histórico, no introduciendo sistematizaciones ajenas a la realidad social del entorno, valorizando las identidades y tradiciones que perviven el medio rural y potenciando el nivel de autoestima y autoconfianza de los pobladores.

    3.- Promover iniciativas de desarrollo económico que fijen a la población al territorio, haciendo atractiva esta opción para el subsconsciente colectivo, económicamente viable para el desarrollo y compatible con los usos tradicionales del territorio.

    4.- Gestionar de forma eficaz y racional los recursos financieros disponibles desde las distintas administraciones, evitando la dispersión estéril y priorizando las inversiones.

    El diseño de un mapa comarcal que se implante de forma rápida en el medio rural y burgalés, exige tener en consideración las realidades geográficas, históricas, culturales, económicas y sociales hasta ahora imperantes en el medio rural, para evitar la creación de artefactos artificiales que poco o nada tiene que ver con la realidad del medio rural.

    Asimismo, el mapa comarcal debe caracterizarse por su viabilidad, por su capacidad para la generación de riqueza en un marco territorial concreto, fijando a la población y permitiendo un desarrollo en base a los recursos endógenos -humanos, naturales, energéticos, financieros, etc…- que existen en ese ámbito. Igualmente la comarca debe orientar sus modelos de crecimiento y actuación hacia la propia comarca, en un desarrollo autocentrado, que eluda cualquier consideración que la sustraiga de su objetivo fundamental: vivificar su territorio y sus pobladores.

    La comarcalización exige la creación de unos órganos de gestión del poder político, de participación ciudadana en la democracia que representa la comarca y de actuación económica en el desarrollo del territorio.

    El instrumento clave en la comarcalización sería la creación de una Cámara Representativa Comarcal, como máximo órgano soberano en ese ámbito, con participación de todos los Ayuntamientos, y elección directa por sufragio universal entre los pobladores de la comarca. De esta Cámara emanarían los órganos ejecutivos, o Consejo Comarcal, encargados de la aplicación y administración de la política diaria.

    Desde un punto de vista de la racionalidad del gasto público y para evitar desdoblamientos innecesarios en las competencias de las distintas administraciones, parece lo más lógico que sean los Entes Comarcales los légitimos representantes del Estado en sus respectivos territorios y que desaparezcan por tanto instituciones -ya innecesarias- como las Diputaciones Provinciales o determinadas delegaciones del Estado y de la Junta Autonómica, claramente duplicadas.

    Las competencias que debieran ser tomadas por las realidades comarcales serían en principio las siguientes:

    1.- Suministrar las infraestructuras y mantenimientos de los centros de enseñanza básica, preescolar y media en su territorio.

    2.- Suministrar la infraestructura y mantenimiento de los servicios sanitarios y de atención social.

    3.- Comunicaciones y transportes. Red viaria.

    4.- Gestión de Ayudas, asistencia técnica y asesoramiento a la agricultura y la ganadería.

    5.- Gestión de recursos forestales.

    6.- Ordenamiento y planeamiento urbano, rural y ambiental.

    7.- Caza, pesca, acampada y actividades de tiempo libre.

    8.- Iniciativas de desarrollo económico (industrialización y transformación de materias primas y recursos naturales).

    9.- Turismo.

    10.- Medio Ambiente.

    11.- Gestión de residuos sólidos y de aguas residuales.

    12.- Abastecimientos de agua y tendido eléctrico.

    Parece necesario además que las distintas administraciones comarcales, en aquellos ámbitos en que fuera necesario para asegurar una mayor racionalización del gasto público, llegarán a acuerdos de tipo mancomunado y bajo la supervisión de las autoridades autonómicas para la prestación de determinados servicios (gestión de vertederos comunes, ordenamiento de montes o espacios naturales compartidos, mantenimiento de carreteras comunes,..)

    Asimismo, un proyecto de comarcalización correcto exige la implementación en sus núcleos comarcales de delegaciones de todas las administraciones autonómicas y estatales que permitan una gestión más cercana al ciudadano de sus asuntos relacionados con la administración; así se propone la ubicación de delegaciones de la administración militar, hacienda pública, trabajo y seguridad social, educación, sanidad, industria, cultura,… siempre mediante el sistema de «ventanilla única», minimizando la burocracia y el gasto, y optimizando la facilidad y simplicidad en la prestación del servicio ciudadano.

    5.- LA COMARCALIZACIÓN EN BURGOS

    El proceso comarcalizador en Burgos, exige una redistribución del territorio atendiendo a la mayor eficiencia de las administraciones públicas y a la más racional inversión de sus presupuestos.

    Atendiendo a la realidad histórica, particularidades geográficas, especificidades culturales y muy especialmente a la eficacia de las misiones de reactivación económica y de prestación de servicios de calidad que el proyecto de comarcalización pretende, se proponen la creación de nueve organismos comarcales que sustituyan a la actual Diputación Provincial y que emprendan además la gestión de sus nuevas competencias.

    Estas Comarcas, deben caracterizarse por poseer los mínimos recursos humanos y económicos que permitan su viabilidad y la gestión eficaz de sus competencias, así como poseer algunos núcleos de población intermedia (rural-urbana), imprescindibles para la generación del tejido de administración y servicios. Es por ello que se han considerado como no viables algunas realidades comarcales hoy excesivamente degradadas, dependientes, despobladas y con una capacidad de desarrollo autocentrado prácticamente nulas.

    Las comarcas propuestas en un ámbito burgalés son las siguientes: Merindades, Miranda de Ebro y Treviño, Bureba, Rioja Burgalesa-Tirón, Alfoz de Burgos, Odra-Pisuerga-Páramos, Arlanza-Esgueva, Sierra-Pinares y Ribera del Duero. En la figura nº 3 puede verse la distribución territorial de estas comarcas, así como la situación de los núcleos comarcales de primer orden y los núcleos comarcales complementarios.

    La Comarca de Las Merindades, con aproximadamente 25.000 habitantes en la actualidad, posee un enorme potencial humano y económico, mediante el aprovechamiento ganadero, agrícola y forestal tradicional, beneficiándose también de un importante auge del turismo rural, ecológico y monumental. Posee indudables posibilidades de desarrollo industrial de transformación de productos agropecuarios, así como una notable tradición en este sector, beneficiándose además de su privilegiada ubicación geográfica. Sus núcleos comarcales serían Medina de Pomar, Villarcayo, Espinosa de los Monteros y Villasana de Mena.

    La Comarca de Miranda de Ebro y Treviño, se sustentaría en el indudable vigor industrial, urbano y de prestación servicios de la ciudad de Miranda sobre su entorno. Su futuro se afianza con el desarrollo de su potencialidad como nudo de comunicaciones, el crecimietno de su hospital comarcal y con la incorporación de servicios como una extensión de la Universidad de Burgos.

    La comarca de la Bureba posee claros potenciales agrarios y de transformación industrial de productos agropecuarios, así como una situación cómoda en cuanto a sus comunicaciones; su núcleo comarcal sería Briviesca, contando también con poblaciones importantes como Poza de la Sal y Oña. Desarrollar aspectos turísticos naturales y monumentales (salinas de Poza, cañones del Oca y Ebro, Valle de Caderechas, Montes Obarenes, desfiladero de Pancorbo,…) son elementos esenciales para mejorar su futuro, así como la liberalización del peaje de la A-1 y la asunción de Santa Casilda como referente identitario comarcal.

    La Comarca del Esgueva-Arlanza incluiría a las cuencas medias y bajas de estos dos ríos, agrupando las poblaciones situadas entre Burgos y Aranda, actuando Lerma como núcleo comarcal y potenciando sus valores agrícolas, monumentales y medioambientales. Las lineas de actuación se centrarían en potenciar las industrias de transformación en los polígonos de Lerma y Villalmanzo, desarrollar un turismo de calidad, monumental y natural, en base al eje Lerma-Silos-Covarrubias, así como a los espacios naturales de Sabinares del Arlanza, Peñas de Cervera y Estepas cerealistas.

    La comarca de la Ribera del Duero, se desarrollaría en torno al nucleo de Aranda de Duero, beneficiándose de su buena ubicación, su actividad industrial y su potencial agropecuario. Sus líneas de actuación implican la potenciación del ferrocarril Burgos-Madrid, la reapertura del Valladolid-Ariza, la transformación en autovía de la N-122, la implantación de una extensión universitaria de la UBU y la creación de una residencia de la tercera edad pública en Aranda.

    El Alfoz de Burgos reuniría a los municipios más cercanos a la capital burgalesa, con prestación en Burgos de los princiaples servicios administrativos. Tardajos, Ibeas de Juarros y la Merindad de Río Ubierna serían los núcleos poblacionales más importantes.

    Algunas realidades comarcales propuestas podrían rebasar los artificiales marcos provinciales restituyendo su sentido original a comarcas históricas y geográficas que aún mantienen su vigencia. Es el caso de la Rioja Burgalesa-Tirón, la Sierra-Pinares y la comarca Odra-Pisuerga-Páramos.

    La Rioja burgalesa (cuencas del Tirón y alto Oca), tendría sus núcleos comarcales en Belorado y Pradoluengo. Es un territorio con potencialidad agrícola, ganadera, minera, forestal e industrial. Puede establecer vínculos con la zona de Haro y Sto Domingo de la Calzada, en la vecina Rioja.

    La Sierra y la Tierra de Pinares Burgalesa, es una comarca de gran personalidad, la vieja Pelendonia, posee un indudable potencial forestal, medioambiental y cinegético. La reapertura del Santander-Mediterráneo y la implantación de industrias de transformación asociadas al ciclo de la madera, son elementos claves para su desarrollo futuro. Sus núcleos comarcales serían Salas de los Infantes y Quintanar de la Sierra. Son posibles y deseables lazos de cooperación con las comarcas de Tierra de Pinares Soriana y Los Cameros, que constituyen la misma realidad socio-económica y geográfica.

    La Tierra de Campos burgalesa junto a los páramos del entorno de Amaya, constituirían la Comarca del Odra-Pisuerga-Páramos, con núcleos comarcales en Villadiego, Sasamón, Castrogeriz y Melgar de Fernamental. Son territorios con una vocación claramente agropecuaria, que puede verse potenciada con la implantación de regadíos del Pisuerga, la regulación el Odra, la plantación de cultivos alternativos, y el desarrollo de industrias de transformación agropecuaria. La explotación de los recursos monumentales en la comarca, la potenciación del Camino de Santiago y del canal de Castilla, así como el desarrollo de un turismo paisajístico y natural en Las Loras y entornos de Amaya y Valles pueden ser complementos a no desdeñar. Es obvia la colaboración e integración de proyectos entre esta comarca y los territorios palentinos de Tierra de Campos y el Campoo.

    COMARCAS Nücleo Comarcal Otros núcleos Acciones Desarrollo
    Merindades Villarcayo
    Medina de Pomar

    Espinosa de los Monteros

    Villasana de Mena

    Turismo ecológico

    Turismo monumental

    Sector agropecuario

    Industrias transformación

    Santander-Mediterráneo

    Miranda-Treviño Miranda de Ebro
    Industria de base

    Centro de transportes

    Extensión UBU

    La Bureba Briviesca Poza de la Sal
    Oña
    Turismo ecológico
    Turismo monumental

    Sector agropecuario

    Industrias transformación

    Liberar peaje A-1

    Rioja burgalesa Belorado
    Pradoluengo
    Cerezo de Río Tirón
    Villafranca-Montes de Oca
    Turismo
    Minería

    Recursos forestales

    Sector agropecuario

    Industrias textil

    Alfoz de Burgos Burgos Tardajos
    Sotopalacios

    Ibeas de Juarros
    Sector agropecuario
    Industrias transformación

    Usos residenciales

    Odra-Pisuerga Melgar de Fernamental
    Villadiego

    Castrogeriz

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