Tierra Comunera, ante los últimos hechos que han acontecido con respecto al caso de los apartamentos de la Ribera del Eresma, considera que es una noticia muy positiva para Segovia que se hayan despejado las dudas iniciales que existían sobre responsabilidades a través de la Fiscalía.
Así mismo, Tierra Comunera cree que la petición de disculpas públicas que ha solicitado el señor Arahuetes, en el caso de TC está fuera de todo lugar puesto que nuestro partido se ha limitado en sus declaraciones públicas a instar a la Junta de Gobierno Local a que transmitiera a la Fiscalía el expediente sobre las construcciones en la Alameda del Parral y a que el Ayuntamiento investigase con celeridad los hechos ocurridos para determinar si se hubiera dado prevaricación o no y depurar responsabilidades en consecuencia.
Por otra parte, Tierra Comunera solicitó la dimisión de los concejales de Urbanismo y Patrimonio respectivamente no porque hubieran cometido delito alguno, sino por su retraso en la protección de un terreno protegido.
Por lo tanto, Tierra Comunera considera que ha actuado como debía actuar ante unos hechos que han convulsionado la vida municipal y han supuesto un grave atentado contra la herencia patrimonial segoviana y se reitera en la idea de que es necesario incrementar el control urbanístico en todas las zonas protegidas de la ciudad y habilitar las leyes necesarias que garanticen un crecimiento sostenible de Segovia.
Tierra Comunera siempre se ha caracterizado como partido por su defensa del patrimonio castellano y lo seguirá haciendo gobierne tanto PSOE como Partido Popular en las instituciones.
Tierra Comunera se compromete públicamente a felicitar y a reconocer la labor del equipo de gobierno municipal que encabeza el señor Arahuetes cuando la demolición de los apartamentos sea efectiva y cuando se incremente el control sobre las obras que se llevan a cabo en el antiguo convento de las Oblatas.
El Partido Socialista (PSOE) debería aceptar la crítica y la discrepancia, elementos éstos que están en la misma base del funcionamiento de la democracia municipal y no presentarse ante los ciudadanos como víctima de la lucha dialéctica propia de la vida política.