Las «lágrimas de cocodrilo», el clamar en el desierto y el defender a la vez posturas opuestas en CLM y en Levante, o en CLM y en las Cortes Generales, es una demostración continua del nulo peso que tiene el PSOE de CLM en la política española. Llevamos años oyendo a Barreda, a Lamata o a Molina lamentarse en público de los continuos trasvases del Tajo al Segura, de la venta de agua desde Estremera o desde el Canal de las Aves a los regantes murcianos (por cierto, con leyes que han sido apoyadas por los parlamentarios de CLM en las Cortes Generales, sin que eso les sonroje lo más mínimo ni a ellos ni a sus dirigentes políticos), pero NUNCA les hemos visto tomar una sola medida real para terminar con el expolio que supone el Trasvase para Castilla.