El único representante de Tierra Comunera en la próxima Corporación arandina, Sebastián de la Serna, animaba a la población a estar vigilante ante los posibles «pelotazos urbanísticos» que se pudieran fraguar en la próxima legislatura. De la Serna aseguraba que, durante los cuatro años que ha formado parte del equipo de gobierno municipal, ha estado muy pendiente de que no se llevase a cabo ninguna ilegalidad en temas de construcción, a pesar de que reconoce que la normativa local y regional deja la puerta abierta a distintos acuerdos, como la ampliación de los índices de edificabilidad, que son legales pero que pueden suponer un importante beneficio para los promotores.
Estas situaciones podrían propiciarse, en opinión del edil electo de TC, con posibles sobornos de los constructores a los responsables políticos. Como ejemplo ponía la promoción de viviendas proyectada en las Eras de San Gil, recordando que en el pleno del 23 de mayo de 2003, los votos de PP y PSOE servían para aprobar un índice de edificabilidad que, en su opinión, es excesivo aunque legal.
El cabeza de la lista comunera en Aranda volvía a insistir en su decisión de mantener su puesto de concejal, ahora desde la oposición, a pesar de que cree que con los resultados extraídos de las urnas el pasado 27 de mayo los ciudadanos le han dado «una patada en el culo» para que abandonase las responsabilidades municipales. A pesar de esos resultados, De la Serna afirmaba que en los últimos cuatro años había conseguido grandes logros para la capital ribereña, que los ciudadanos no han sabido apreciar.
El edil comunero reiteraba su opinión sobre la que hasta ahora había sido su compañera de grupo, Teresa Hontoria, afirmando que ha sido la mejor concejala de la historia del Ayuntamiento de Aranda.