MEDIO AMBIENTE, UNA CONCIENCIA PROFUNDAMENTE ECOLÓGICA PARA MEJORAR LA CALIDAD AMBIENTAL DE BURGOS
La calidad de vida en la ciudad, y Burgos no es una excepción, depende fundamentalmente de las condiciones ambientales que se viven en el municipio Avanzar en la conservación de los recursos naturales y garantizar la biodiversidad, impulsando políticas que apuesten por proteger y preservar la calidad de las aguas, del aire, de los suelos, así como la puesta en práctica de hábitos y prácticas más ecológicas, se constituye en una de las prioridades de una moderna gestión en las ciudades del siglo XXI.
3.1.- UNA GESTIÓN MÁS RACIONAL Y ECOLÓGICA DEL AGUA.
La Candidatura a las próximas elecciones municipales en la ciudad de Burgos para el próximo 27 de Mayo, por la coalición electoral TIERRA COMUNERA-ALTERNATIVA POR CASTILLA Y LEÓN (TC-ACAL) ha hecho públicas sus propuestas en materia de gestión del agua en la ciudad. La gestión del agua constituye uno de los pilares básicos de la política medioambiental para el municipio burgalés. La gestión del agua, dentro de la temática del Medio Ambiente se convierte así en uno de los cinco pilares básicos, de la oferta electoral de los comuneros de la ciudad de Burgos, junto a las políticas activas de creación de empleo juvenil, el abaratamiento del precio de la vivienda, las dotaciones e infraestructuras que vertebren social y territorialmente la ciudad, y la defensa de una cultura e identidad castellana para la ciudad.
La calidad de vida en la ciudad, y Burgos no es una excepción, depende fundamentalmente de las condiciones ambientales que se viven en el municipio Avanzar en la conservación de los recursos naturales y garantizar la biodiversidad, impulsando políticas que apuesten por proteger y preservar la calidad de las aguas, del aire, de los suelos, así como la puesta en práctica de hábitos y prácticas más ecológicas, se constituye en una de las prioridades de una moderna gestión en las ciudades del siglo XXI. Para ello una gestión moderna y eficiente del abastecimiento y del saneamiento de aguas es una prioridad, pero una prioridad que debe ir complementada por una gestión sostenible, ambiental y ecológica.
3.2.- POR UNA GESTIÓN GLOBAL Y AMBIENTAL DE LOS RESIDUOS EN BURGOS.
La gestión y el tratamiento de los Residuos en Burgos, lleva más de diez años envuelta en polémicas y conflictos que evidencian que se trata de un ámbito que dista de estar resuelto, pese a las cuantiosas (cerca de 50 millones de euros) y discutibles inversiones en que el Ayuntamiento se ha implicado en los últimos años.
3.3.- EL DERECHO A GOZAR DE UN AIRE LIMPIO EN UNA CIUDAD SALUDABLE.
3.4.- UNA CIUDAD SIN RUIDOS ES MÁS AMABLE CON TODOS.
3.5.- UNA POLÍTICA ENERGÉTICA BASADA EN EL AHORRO Y LA EFICIENCIA.
3.6.- AUMENTAR LA CALIDAD Y CALIDAD DE NUESTROS ESPACIOS VERDES.
Los castellanistas burgaleses consideramos que uno de los objetivos de un urbanismo sostenible en la ciudad de Burgos pasa por incrementar el espacio libre a disfrutar por los vecinos. Desgraciadamente el crecimiento residencial e industrial de la ciudad se ha realizado en los últimos años en contra del suelo destinado a espacios libres; así en los últimos veinte años, Burgos ha visto crecer en más de un 40% su suelo urbanizado, pero que siguen disfrutando de los mismos espacios verdes desarrollados hace más de cuarenta años (incluso más recortados y acosados) como Fuentes Blancas, El Castillo, La Quinta, la Isla o El Parral, y numerosos espacios forestales y arbolados tradicionales de la ciudad han desaparecido, como el 70% de la masa del bosque autóctono de Villafría.
En el momento actual, cuando se están desarrollando las últimas actuaciones del Plan General de Ordenación Urbana de 1999, y se han procedido a recalificaciones de suelo que suman más de 20.000 nuevas viviendas, es la ocasión de garantizar unas amplias reservas de suelo para dotar a la ciudad de nuevas zonas verdes, y poder ejecutar las numerosas fases pendientes del Cinturón Verde de Burgos. El Ayuntamiento se comprometerá en el aumento de la calidad y la cantidad de los espacios verdes, en el municipio de Burgos.
3.7.- UN MODELO DE GESTIÓN MÁS SENSIBLE CON EL MEDIO AMBIENTE
3.8.- UN MODELO DE CIUDAD ORIENTADO AL DESARROLLO SOSTENIBLE Y A LA GESTIÓN AMBIENTAL.
3.9.- BURGOS Y EL CAMBIO CLIMÁTICO.
Según se expresa desde el Área de Medio Ambiente de este partido comunero, Burgos ya percibe los efectos del Cambio Climático; en los últimos diez años estamos asistiendo a los veranos más cálidos del registro meteorológico. En Agosto de 2003, se registró la máxima histórica de nuestra ciudad: casi 39ºC, coincidiendo con la mayor ola de calor que recuerda nuestra ciudad y el año 2006 que acabamos de clausurar nos ha ofrecido nuevos hitos, siendo un año de temperaturas (máximas y mínimas) anormalmente elevadas. Las hipótesis del Informe Preliminar sobre el Impacto del Cambio Climático en España, presentado hace casi tres años se están cumpliendo, y hay que recordar que vaticinan para Burgos, en 75 años, similar al actual de La Mancha, y que nuestra Sierra de La Demanda tendrá unas condiciones climáticas similares a las de la Sierra de Alcaraz.
Los castellanistas reclaman que no podemos seguir comportándonos como si no pasase nada, ya que el Cambio Climático que estamos provocando, está aquí. Hasta hace poco existía debate en el seno de la comunidad científica internacional, acerca del Cambio Climático; hoy ya no, casi todos aceptan que es una realidad incuestionable. El Clima de la Tierra está cambiando, y lo está haciendo con rapidez; además la causa está clara: se está produciendo un paulatino calentamiento del planeta, debido al incremento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, emitidos por la acción del hombre desde el comienzo de la Revolución Industrial.
Es importante reconocer que cambios en el Clima de la Tierra, se han producido muchos e intensos a lo largo de los 4.500 millones de años de historia del planeta, algo evidente por el estudio del registro geológico; la singularidad del episodio actual se centra en que el calentamiento actual es extraordinariamente rápido, y además es responsabilidad de las acciones de los seres humanos.
Aunque el hombre actúa sobre el Medio Ambiente a través de numerosos procesos (emisión de contaminantes, agresiones a ecosistemas, procesos urbanizadores, deterioro de la capa de ozono, deforestación, etc…), por lo cual a muchos científicos les gusta más la expresión Cambio Global, que Cambio Climático, son muy claras las acciones humanas responsables del incremento de temperaturas en la Tierra: la emisión de gases a la atmósfera que provocan el denominado efecto invernadero, muy especialmente el dióxido de carbono. La quema de combustibles fósiles (como el carbón, el petróleo o el gas natural) para la producción de electricidad o el transporte, la liberación del carbono inmovilizado en los suelos o en los vegetales, por la deforestación y la desertificación, la generación de dióxido de carbono en la fabricación del cemento y en la calcinación de las rocas calizas, son algunas de las fuentes antrópicas del incremento del CO2 atmosférico.
Si la realidad del Cambio Climático ofrece pocas dudas, también sus consecuencias empiezan a ser bastantes claras; estos fenómenos afectarán a los océanos, provocando un deshielo de los casquetes polares y el incremento del volumen del agua marina, elevando el nivel de las aguas marinas y afectando a las zonas costeras, donde se concentra la mayor parte de la población mundial; simultáneamente, las aguas del mar se están acidificando, lo que actúa muy negativamente contra los delicados ecosistemas coralinos. Mayores incógnitas existen sobre el impacto del Cambio Climático sobre el régimen de las corrientes oceánicas, cuya modificación traería efectos catastróficos e escala planetaria.
El Cambio Climático está igualmente asociado a enormes presiones sobre los ecosistemas y la biodiversidad; algunas especies animales y vegetales se beneficiarán de las nuevas condiciones ambientales, pero es obvio que muchas plantas y animales, que manifiestan una notable vulnerabilidad a las modificaciones de sus hábitats, no podrán adaptarse: es un hecho que estamos viviendo un proceso gradual de extinción de numerosas especies.
El Cambio de nuestro clima vendrá condicionado por nuestra posición en el planeta; en el interior de la península ibérica, parece claro que los diferentes escenarios que nos ofrecen los modelos de simulación climática avanzan un incremento de las temperaturas, más en verano que en invierno, y más las nocturnas que las diurnas; los fenómenos extremos serán más frecuentes y más intensos (olas de calor, sequías, inundaciones, vientos,…), los recursos hídricos disminuirán y los ecosistemas que no se adapten a estos cambios desaparecerán.
La alarma científica ante el Cambio Climático solo se ha trasladado tenuamente al ámbito institucional y político; así, el denominado Protocolo de Kioto, suscrito en 1997 para reducir en el horizonte 2010 las emisiones humanas de gases de efecto invernadero en un 5% respecto a las emitidas en 1990, finalmente ha entrado en vigor el año pasado, sin ser ratificado por los Estados Unidos, principal emisor de estos contaminantes. El impacto del cumplimiento del Protocolo de Kioto sobre los fenómenos que ha desencadenado el Cambio Climático será insignificante; la mayoría de los científicos exigen reducir ya las emisiones de CO2 en un 70% respecto a las emitidas en 1990: un sueño con el modelo económico actual.
En nuestro país, el máximo incumplidor de las previsiones de Kioto de la Unión Europea (emitimos actualmente el 153% del dióxido de carbono que emitíamos en 1990, y para el 2010 deberíamos emitir solo el 115%), las cosas van claramente mal, dado que se asocia el insaciable incremento de la voracidad energética, con un tímido desarrollo de las energías renovables, y un desbocado sector urbanístico (850.000 viviendas nuevas cada año), que cataliza un continuo incremento de las emisiones del transporte. Las acciones de los ciudadanos en esta materia se convierten ya en una urgente necesidad, limitando el despilfarro energético, reclamando el desarrollo de las energías renovables, muy especialmente la biomasa y la solar, frenando el uso irracional del vehículo propio, y restringiendo los procesos de desarrollismo urbano.
El Ayuntamiento de Burgos carece de ninguna política específica de lucha contra el Cambio Climático, no perteneciendo a ninguna Red Urbana de Ciudades contra el Cambio Climático, y no habiendo desarrollado ningún tipo de medidas, ni para conocer el impacto de este fenómenos en la ciudad y la sociedad burgalesa, ni para adoptar políticas activas de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Así, no se conocen las emisiones de gases de efecto invernadero de la ciudad de Burgos respecto al metano, a los CFCs, a los NOx, o a otros gases. Solo se conocen las emisiones de dióxido de carbono (CO2), que se estiman en torno a 15 toneladas de dióxido de carbono por persona y año, con una evolución total para la ciudad de 1.895.015 toneladas emitidas en 1999 a 2.431.136 toneladas totales emitidas en 2005 según datos del propio indicador número 7 de la Agenda Local 21 de Burgos del Ayuntamiento, ¡con un incremento del 28,3% en solo 6 años!. Hay que recordar que el compromiso español para cumplir el Protocolo de Kioto nos exige limitar el incremento de emisiones de gases de efecto invernadero de 1990 al 20010/12 a solo el 15% más y las nuevas políticas ambientales europeas hablan de reducir para el 2020 en un 20% las emisiones respecto a 1990.
La Red de Estaciones del Control de la Contaminación Atmosférica de la ciudad de Burgos, que cogestionan la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Burgos, sigue con solo cuatro estaciones de medida tras más de veinticinco años de su instalación, y en ninguna de ellas se determinan las concentraciones de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero.
La calidad del aire de la ciudad de Burgos se está deteriorando paulatinamente, a pesar de haberse disminuido el número de empresas industriales con grandes vertidos de contaminantes a la atmósfera. Así en los últimos cuatro años, se ha superado en más de 100 días el número de ocasiones con valores de inmisión de contaminantes por encima de los valores máximos permitidos en ozono y partículas.
Desde TIERRA COMUNERA-ALTERNATIVA POR CASTILLA Y LEÓN (TC-ACAL) proponemos las siguientes medidas para combatir desde la ciudad de Burgos el Cambio Climático: