El PARTIDO DE CASTILLA Y LEÓN (PCAL-Burgos) considera disparatada e inoportuna la propuesta del PSOE de Valladolid de reclamar la capitalidad oficial de la Comunidad, y la exigencia de una serie de compensaciones en infraestructuras e inversiones para esta ciudad por dicho concepto. Para los castellanistas burgaleses la iniciativa de los socialistas vallisoletanos va contra el estatuto de Autonomía de Castilla y León (que no fija capitalidad alguna), no contribuye a fortalecer la vertebración e identidad de esta Comunidad Autónoma, y generará más enfrentamientos estériles entre las distintas provincias de Castilla y León.
Para el PARTIDO DE CASTILLA Y LEÓN (PCAL-Burgos) la obsoleta propuesta del PSOE de Valladolid, solo pretende consolidar un modelo centralista para Castilla y León, inoperante e ineficaz, que conduce a que treinta años después de constituirse la Comunidad Autónoma, y debido al acuerdo de los dos grandes partidos centralistas, PP y PSOE, Castilla y León sea una Comunidad Autónoma fraccionada y desestructurada, con unas provincias enfrentadas entre sí, atrasada en lo económico, despoblada y envejecida en lo demográfico, marginada por el Gobierno Central y la Unión Europea, carente de una identidad fuerte y cohesionada.
Para el Secretario de Organización de los castellanistas, Luis Marcos, “la metedura de pata de los socialistas de Valladolid, va en la línea de las declaraciones de los alcaldes socialistas de León y Segovia o del alcalde popular de Valladolid, que evidencian su incapacidad de obtener mejoras y avances en sus localidades sino es a costa de agredir y empobrecer a sus vecinos”. Para Luis Marcos “el PSOE de Óscar López navega sin rumbo en lo que se refiere al modelo territorial para Castilla y León, apuesta por una jaula de grillos desafinados como portavoces locales y provinciales, y avergüenza al PSOE de la transición, que tanto trabajó por la autonomía y la democracia en la Castilla y León de la transición”.
Desde la formación de Castilla y León, con la pérdida de Cantabria y Rioja, la escasa visión y sensibilidad de los grandes partidos, PP y PSOE, ha resultado patente. La región más extensa de toda Europa no puede centralizar todos sus órganos de decisión en una ciudad, mientras el resto del territorio y sus poblaciones agonizan. Castilla y León necesita urgentemente repartir la riqueza que produce las diferentes sedes administrativas entre las nueve provincias, así como entre sus núcleos urbanos y sus comarcas rurales. Dentro de España hay ejemplos claros de descentralización como en el País Vasco que tiene como capital administrativa a Vitoria, dejando a Bilbao como capital económica y a San Sebastián como referencia cultural, Extremadura optó por una población como Mérida, que ni siquiera es capital de provincia, o Canarias que tiene dos capitales autonómicas.
Un capítulo especial merece la labor de los Procuradores en Cortes, que no defienden los intereses de las provincias por los que fueron elegidos, ni siquiera el interés general de Castilla y León, sólo defienden sus intereses personales y los de su partido.
Para el PCAL la solución pasa por descentralizar la administración de la Junta, repartiendo las Consejerías, y su funcionariado entre las nueve provincias, y por despojar de competencias a las obsoletas, opacas y decimonónicas diputaciones provinciales apostando por la comarcalización. Según ha afirmado irónicamente Domingo Hernández: del PCAL “además así contribuiríamos a liberar a Valladolid de las cargas y gastos que le supone ser sede de tanto organismo como afirmó en su día su Alcalde León de la Riva”. Las rencillas entre las diferentes ciudades y provincias, avivadas por los incompetentes políticos de la Junta de Castilla y León están convirtiendo a la Comunidad en un territorio marginal en el conjunto de España y de la Unión Europea.
Castilla y León está llegando a una situación límite, con provincias casi muertas como Soria y Zamora, con núcleos rurales altamente despoblados y con unos dirigentes sin rumbo que no son capaces de dotar de ninguna expectativa de futuro a Castilla y León. Según el PCAL es importante apostar por un modelo de vertebración territorial, que además de implantar la comarcalización y las áreas metropolitanas, inicie un proceso descentralizador para dar más protagonismo a las nueve provincias de la Comunidad, y no únicamente a Valladolid, dado que el centralismo aplicado desde la Junta de Castilla y León, y apoyado por el PSOE y el PP, es claramente negativo para el desarrollo conjunto del territorio de esta comunidad autónoma.
El Estatuto de Autonomía no recoge la capitalidad para ninguna de las ciudades de la Comunidad, uno de los escasos aciertos de los políticos de PP y PSOE para el PCAL: “cada provincia tiene ciudades con suficiente historia y méritos para distinguirse con ese galardón”.
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