La noticia que certifica que Burgos será última estación del AVE, sin tener la línea continuidad con el País Vasco, es una pésima noticia, por un lado por volver a aislar a Burgos en la unión con el País Vasco y Europa, y por otro significará el retraso, ya constatado, en el tramo Valladolid-Burgos, (del que en 2013 tan solo se ha ejecutado un una cuarta parte de lo presupuestado), lo que dejará a Burgos sin AVE hasta cerca de 2020.
Los castellanistas critican la falta de previsión de los diferentes gobiernos -tanto de PP como de PSOE- que han diseñado infraestructuras faraónicas sin tener en cuenta su coste total, como es el caso del AVE, y que además han perjudicado, en este caso, a las líneas convencionales de ferrocarril que no hace otra cosa que cerrar recorridos, contar con menos trenes, peores frecuencias y aislar a decenas de localidades de Castilla. Por si esto fuera poco sí se seguirá invirtiendo en la Y Vasca, una infraestructura «carísima» que sólo servirá para dar «servicio de cercanías» a las capitales vascas, también se siguen produciendo avances en recorrido que va hacia Galicia, con altísimas inversiones.
Miranda y Burgos son las poblaciones más perjudicadas por las decisiones del PP, como lo han sido históricamente. A los castellanistas burgaleses esto les suena a la misma solución que se tomó cuando no se desdobló la N-1 en el tramo Burgos- Miranda. ¿Por qué somos nosotros los más perjudicados? ¿Por qué siempre se opta por opciones tercermundistas en este tramo?
El PARTIDO CASTELLANO (PCAS-Burgos), planteó, hace unas semanas, ante la titular del Ministerio de Fomento, Ana Pastor, una batería de preguntas en el Senado, por medio del grupo de senadores de Coalición Canaria (CC), con quienes habitualmente colabora este partido político castellanista, con el objetivo de conseguir la agilización de esta infraestructura para conectar a Burgos a la línea de alta velocidad.
En sus contestaciones el Ministerio respondía vagamente – y mintiendo, según ha demostrado el tiempo- que, «actualmente todos los tramos de plataforma entre Burgos y Vitoria se encuentran en fase de redacción de proyecto», sin informar en ningún momento de la total paralización de las actuaciones.
Ante la actual situación la formación castellanista exige que se cumpla, por lo menos, el compromiso de Fomento, que en 2011 programó para el año 2015 la finalización de la línea de alta velocidad entre Valladolid y Burgos, «al considerarla una actuación prioritaria tanto para el Gobierno central como para la Unión Europea, como parte estratégica del eje atlántico ferroviario».
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