Los responsables del PARTIDO CASTELLANO (PCAS-Burgos) todavía están perplejos ante las informaciones que apuntan a que el Servicio de Accesibilidad, Movilidad y Transporte de Burgos (Samyt) pretende adquirir autobuses retirados del servicio por el Ayto. de Madrid.
La última ocurrencia de Rebollo deja al descubierto las decisiones erróneas y catastróficas- ya denunciadas por los castellanistas en su momento- para la flota de autobuses tomadas por el PP en los últimos años. El exalcalde Aparicio aprobó en 2006, un sistema de alquiler de autobuses urbanos «renting». Este sistema al que el PARTIDO CASTELLANO (PCAS-Burgos) todavía no le encuentra ventajas consiste en alquilar los autobuses urbanos a una empresa por un periodo, en este caso 10 años, una vez expirado este periodo la empresa se lleva los autobuses, no existe opción a compra, y el Ayuntamiento se queda sin ellos. La devolución de los vehículos sujetos a «renting» tendrá lugar en 2017.
En este periodo la empresa arrendadora habrá cobrado 16 millones, mientras el Ayuntamiento al realizar este importante desembolso no ha renovado su flota. Según los cálculos realizados por el PARTIDO CASTELLANO (PCAS-Burgos), «nuestra ciudad podría tener una flota moderna y eficaz pues se podrían haber adquirido en propiedad 50 autobuses en este periodo».
La compra de autobuses de segunda mano «es una auténtica chapuza, más propia de un ayuntamiento del tercer mundo, que de una ciudad como Burgos». El PP en el Ayuntamiento ha malgastado millones de euros en obras prescindibles, y lo que es peor, pretende seguir haciéndolo (derribo plaza de toros y construcción nuevo pabellón), obviando las actuaciones necesarias como es el mantenimiento y renovación de la flota de autobuses.
El adquirir los autobuses que retira el Ayuntamiento de Madrid no parece un buen negocio, de hecho nada garantiza que los autobuses que podrían llegar a Burgos sean más fiables o tengan un estado mucho mejor que los que tenemos, con similar antigüedad, en la ciudad, sólo se conoce su edad y su kilometraje no el mantenimiento que han recibido, ni su potencial vida útil. De hecho, los autobuses burgaleses más antiguos tienen unas características de accesibilidad, fiabilidad y comodidad excelentes; sin embargo han sido expuestos a un mantenimiento manifiestamente mejorable.
Casi de la mitad de los 62 autobuses urbanos de Burgos, 27, están alquilados lo que supondrá una delicada situación en 2017. La catastrófica gestión del servicio de autobuses en Burgos no es capaz de atender las necesidades que van surgiendo; en 2017 no habrá autobuses; porque los alquilados habrá que devolverlos y el resto empezarán a requerir su sustitución.
«El alquiler de autobuses sólo ha servido para unas cuantas fotos del Aparicio y Lacalle pero una ruina para los burgaleses», manifestaron los castellanistas. El «renting» es por un periodo de diez años, lo que impide adaptarse a la situación del servicio, la compra de un autobús puede predecir su vida útil y se podrá prolongar si las circunstancias lo requieren.
Por último los castellanistas expresan su temor a que las actuaciones del Javier Lacalle y Esteban Rebollo vayan dirigidas a la futura privatización del servicio de transporte público de la ciudad de Burgos.
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