El PARTIDO CASTELLANO (PCAS) lamenta que después de un año como Alcalde de Burgos, Javier Lacalle no haya conseguido atajar ninguno de los graves problemas que asolan a la ciudadanía. Ni se ha reavivado la actividad económica de la ciudad, ni se frena el destierro de los jóvenes mejor formados de la historia de Burgos, ni se ha avanzado en la transparencia y la participación ciudadana, y lo que es más grave, no se define con claridad el modelo de ciudad que el PP quiere para Burgos.
Especialmente grave es, a juicio de los castellanistas, que Lacalle no ha cerrado ninguna de las cuestiones que asfixian la economía del Ayuntamiento: el importante problema de las deudas con proveedores (después del crédito del Plan Montoro, cuyos intereses rondarán los 7 u 8 millones, aun quedan cantidades pendientes que no se aclara como se van a pagar), la espada de Damocles que significa para la ciudad la incertidumbre de la renegociación del convenio del desvío, la incapacidad para dinamizar la atracción de empresas (falta de demanda de inversiones en Villalonquéjar IV), o el abandono del proyecto del Parque Tecnológico, vital, en esta época de crisis, para la economía burgalesa; Lacalle olvida su afirmación: «Apoyaremos la finalización del Parque Tecnológico», y hasta la fecha no ha hecho ni un sólo reproche ante la Junta de Castilla y León.
El programa con el que Javier Lacalle concurrió a las pasadas elecciones no se ha cumplido en casi un 40% como alardea el Alcalde, y sólo se están realizando acciones que no se contemplaban en el mismo. Así, para el PP burgalés, la austeridad solo la pagan la ciudadanía: cierre parcial de Centros Cívicos, recorte en ayudas sociales, subida de tasas, venta de patrimonio municipal, supresión de cursos en instalaciones deportivas, etc…, pero el despilfarro y derroche municipal continúa en propaganda y publicidad, en la revista Plaza Mayor, en la creación de empresas, fundaciones y organismos externalizados, con decenas de contratos opacos con actuaciones que podrían realizar los empleados municipales, en suma: «Lacalle recorta donde duele a los vecinos, pero mantiene privilegios políticos, sin recortar sueldos de sus concejales, número de ediles liberados, o los 27 cargos de libre designación puestos a dedo por el PP en el Ayuntamiento.»
Utilizando las propias palabras del programa del PP, «proponemos un proyecto muy interesante para Burgos, ambicioso y sobre todo, muy realista.» La nefasta gestión de Aparicio y Lacalle ha hipotecado al Consistorio durante lustros y ninguna de las actuaciones estrella del programa de Lacalle se llevarán a cabo, incluida la que consideraban: «prioritaria del Burgos Arena», ni la vital actuación de los barrios de Gamonal y Capiscol. Los incumplimientos de Lacalle son a juicio de los castellanistas «una falta de respeto para la ciudadanía de Burgos que refrendó un programa electoral que no se va a cumplir. La conclusión para el PCAS es que «Lacalle conocía de sobra como estaban las arcas municipales y no tuvo ningún reparo en engañar a los conciudadanos con proyecto irrealizables». Nada se sabe de la nueva plaza de San Bruno y la de Lavaderos, del Albergue juvenil, o la lentitud de la Oficina de Inversiones, que todavía no ha dado ningún fruto.
Los castellanistas ya denunciaron en su momento la «Agenda Oculta de Lacalle» (http://partidocastellano.org/es/burgos/?iddoc=7447).En concreto, desde el PCAS se sigue temiendo que el PP burgalés esté preparando la privatización de la Empresa Municipal de Aguas y del Servicio de Autobuses Urbanos. Los castellanistas ya predijimos, hace un año, el drástico recorte de los servicios sociales y culturales que se prestan desde el Ayuntamiento de Burgos, y un encarecimiento de las tasas y costes de los que se sigan prestando.
http://