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Castilla nos une

Castilla nos une

8. El franquismo y la transición democrática. . (21/04/2006)

El franquismo acabó con cualquier veleidad autonomista de los pueblos peninsulares, salvo en el caso de Álava y Navarra, que vieron recompensada su fidelidad golpista con el mantenimiento de sus privilegios forales, al tiempo que se anulaban todas las libertades individuales y políticas de los ciudadanos.

Castilla fue empobrecida aún más, soportando una sangría migratoria sin igual en su historia, mientras, se trataba de imponer una subcultura pseudocastellana a los pueblos periféricos, que, aunque en numerosos casos salieron económicamente beneficiados del desarrollo franquista, debido a su opresión nacional, generaron fuertes sentimientos anticastellanos, frente a lo que ellos interpretaban como colonización cultural.

La transición democrática permitió que aquellas nacionalidades con un conciencia propia más acentuada, como Cataluña, el País Vasco, Galicia o Andalucia, obtuvieran cotas importantes de autonomía. Mientras Castilla, tuvo que soportar su troceamiento en cinco comunidades, unos estatutos meramente descentralizadores y un nulo reconocimiento de su identidad nacional.

Así mismo, la transición democrática provocó en importantes sectores de la población castellana, la ilusión de que la recuperación de las libertades políticas de los ciudadanos, vendría acompañada de la salida de Castilla de sus crisis secular y de la obtención de un autogobierno digno. A este fenómeno, contribuyeron decisivamente las actuaciones de diversos intelectuales castellanistas, que en los últimos años del franquismo, trabajaron intensamente en la recuperación de las señas de identidad castellanas, asociándose muchas veces a la mitificación del episodio comunero. Así, la esperanza popular se materializó en las masivas concentraciones que, durante el final de la década de los setenta, tuvieron lugar en Villalar de los Comuneros.

Pronto, no obstante, las expectativas populares se vieron frustradas por los partidos estatales mayoritarios, que olvidaron sus reivindicaciones autonomistas consumando la traición a su propio pueblo. Tampoco contribuyeron a mejorar esta situación, las erráticas actuaciones de los grupos que defendieron inicialmente opciones regionalistas o nacionalistas (Alianza Regional, Instituto Regional, PANCAL, PSP, Comunidad Castellana, PCAR,…), pues sus escasos proyectos acabaron en fracaso.

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