La fiesta que se celebró en Taranco de Mena (Burgos) es para recordar la importancia del monasterio que se construyó y del que hoy sólo queda una iglesia, ya desacralizada. En una escritura de ese monasterio apareció por primera vez la palabra Castilla, hace ya 1.212 años. Además hay que recordar que el nombre de su fundación corresponde a los Santos Emeterio y Celedonio. La fiesta sirve para que no se pierda en la memoria, tanto el aspecto religioso, como el reivindicativo; todo ello en un ambiente de convivencia.
La importancia de los Santos Mártires Emeterio y Celedonio abarca amplias provincias y diócesis. Eran hermanos, fueron soldados romanos y vivieron en los siglos II y III. Al no renegar de su fe cristiana, fueron martirizados y les cortaron la cabeza en Calahorra, junto al río Cidacos. Allí se erigío una iglesia y posteriormente una catedral. Al parecer uno nació en León y el otro en Calahorra. La leyenda cuenta que fueron lanzadas al río mencionado, que desemboca en el cercano Ebro y de allí al mar. Las corrientes posteriormente las llevaron en una balsa de piedra hasta la bahía de Santander
Pero los documentos, los restos y las diferentes advocaciones y fiestas; nos sitúan en tierras de Rioja, Navarra, Lérida, Burgos y Cantabria. En Calahorra son patronos de la ciudad y de la diócesis. La mayor parte del cuerpo está en un relicario de plata en el altar mayor. Se celebran fiestas tanto del martirio, en Marzo, como del traslado, en Agosto y Septiembre. En Santo Domingo de la Calzada hay estatuas en el pórtico de la catedral. Se supone que hay unos pocos restos en San Millán de la Cogolla. En tiempos de la Reconquista, por miedo a que desapareciesen, se trasladaron la mayor parte de los restos al monasterio de Leyre (Navarra); y de allí parece ser a diferentes lugares cercanos como Dicastillo y Lodosa. También a Sallers, en Lérida. Asimismo, en la provincia burgalesa hasta Treviño y Taranco. También se recuerdan en Río Quintanilla, en Quitanaopio
En la diócesis de Santander, que incluye a Taranco de Mena, celebran fiestas en honor tanto en el interior de la provincia cántabra de la villa pasiega de S. Pedro del Romeral, como en la costera de Noja. Y recalan en Santander sus cabezas en relicarios de plata del XVI, en la cripta de la catedral (apareciendo en el escudo de la ciudad). Son los patronos de la ciudad y se celebran las fiestas a finales de Agosto, las de los Santos Mártires.
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