Me pidieron en el partido castellano que redactase un escrito sobre el problema de las hipotecas y los desahucios. Y me lo pidieron antes de que sucediesen los últimos acontecimientos lamentables que han llenado las páginas de los periódicos. El suicido de una mujer en el país vasco y el incendio de Sotopalacios.
El gobierno, ante el clamor popular anuncia una serie de medidas. Ojalá no me equivocase, pero esas medidas mucho me temo que aliviarán los síntomas pero no curarán la enfermedad. A la espera de conocer el alcance de los cambios, se transmite a la opinión pública la idea de que se pretende ayudar a los sectores más vulnerables. ¿ y cuáles son esos colectivos?. ¿y los demás? ¿seguiremos rehenes de la usura?
Hoy mismo se habla de que la Banca va a parar los deshaucios extremos. ¿y cuál es el concepto de extremo? Porque visto lo visto los últimos años y la falta de conciencia social de la casta políticoeconómica que ostenta el poder, es posible que las familias en las que todos sus miembros estén en paro, con hijos a su cargo, ancianos y discapacitados graves.
Ante las circunstancias excepcionales y las situaciones de gravedad nacional no valen los parches. Hay que tomar medidas excepcionales. Al pueblo español no se le pueden pedir más sacrificios, con casi 6 millones de parados, 10 millones de pobres y los comedores sociales a rebosar. No nos valen ya operaciones cosméticas. La primera reivindicación de las plataformas de afectados por la hipoteca es la dación en pago y la petición de un alquiler social. Desde el Partido Castellano apoyamos esta iniciativa y desde aquí hacemos un llamamiento para que el pueblo madrileño firme la petición de ILP y secunde las movilizaciones de la PAH.
Pero esto, con ser imprescindible, no es suficiente. No hablo como castellanista, sino como afectado. Este problema trasciende nuestras fronteras autonómicas y es un cáncer que pudre toda España. Hablo como parado de larga duración y mediana edad, casado con una desempleada, y sintiendo sobre mi cabeza la espada de Damocles del desahucio.
El gobierno, la casta política en general, está demostrando muy poca sensibilidad y empatía con este tema, al igual que con la dramática situación que vivimos ya muchas familias con todos los miembros en paro.
No nos sirven los remiendos. Por supuesto que como último recurso la dación en pago. Pero antes de llegar a esto, facilidades, negociación, moratorias para las familias que tengan todos sus miembros en paro. Apoyo por parte de los poderes públicos. Y aunque este no es el tema, se agradecerían medidas como el transporte público gratuito para las personas en Paro.
La mujer del César no sólo tiene que ser decente, sino parecerlo. Y los gobiernos central, autonómico y municipal tienen que dar ejemplo, recortando en asesores y coches oficiales (las cifras para el ayuntamiento de Madrid son escandalosas). En resumen, pedimos que los poderes públicos se pongan el traje de faena y que la policía, jueces, y leyes, sirvan al ciudadano y no a la Banca. Y cumplir el espíritu de la Constitución que establece en su título preliminar, art. 1 que “España se constituye en un Estado SOCIAL y democrático de derecho (…) “
Vicente Hernández
Secretario de Participación Ciudadana y Movimientos Sociales
PCAS – Agrupación de Madrid