A pesar de que el pasado miércoles el concejal Eusebio Martín aseguraba a que el portavoz de PCAL faltaba a la verdad al denunciar que de la venta de la plaza de toros, valorada en 777.000 euros, sólo llegaron a las arcas municipales 77.000 euros argumentando que «se había ingresado una cantidad mayor» y que, aunque había que comprobarlo, él tenía entendido que el pago se había efectuado, hoy, el portavoz socialista rectifica y tras comprobar los datos, reconoce que, al margen de los 77.000 euros iniciales, la empresa no ha pagado como «tampoco lo ha hecho el Ayuntamiento».
Y es que, según estipulaba el contrato, Toros Ricor debía pagar 77.115,37 euros en la firma del acuerdo, 350.000 en el año de la celebración de los primeros festejos y el resto, otros 350.000 debían formalizarse al finalizar las obras y conseguir la licencia de apertura.
Por su parte, el Consistorio debía haber pagado la mitad del cánon de 700.000 euros -350.000 euros-. Un canon por el que el Ayuntamiento adquiría el derecho del uso y disfrute de la plaza doce días al año de por vida (y por el que se eximía de pagar los festejos taurinos). «No se ha pagado porque no se han cumplido los plazos pero los procedimientos seguirán», subraya Martín quien sostiene que el Ayuntamiento no ha abonado porque al carecer de licencia de apertura no ha podido disfrutar de sus doce días anuales.
Para la Plataforma por la Plaza de Toros, el hecho de haber compensado los impagos responde a un truco de un contrato que estaba preparado para que Toros Ricor pagase lo mínimo. «Al final se ha llevado un terreno público de 8.000 metros por 77.000 euros; un auténtico regalo», sostienen desde el colectivo.
Lo peor advierten es que, mientras el Ayuntamiento sigue sin poder disfrutar de sus 12 días anuales, el empresario ha dado todas las ferias taurinas lucrándose de los beneficios de la caja. De hecho, recuerdan, el único evento que pudo organizar el Consistorio fue una misa que conllevó un coste a las arcas municipales de 8.000 euros. «A nuestro juicio el Ayuntamiento debe reclamar ya que Del Río no ha cumplido», critican desde el colectivo.
Por otro lado y en lo que respecta a las cuestiones que quedan por cumplir, Martín explica que Del Río presentó el anteproyecto de las piscinas y de la zona de ocio hace dos meses en un estudio en el que además se constata la rebaja de la casa del guardés, el retranqueo de la parte de atrás de la valla y algunos temas de seguridad. «En algunas cosas cumple y otras no», sostiene el concejal mientras añade que sigue pendiente el tema de los aparcamientos. «Me reuniré con los técnicos municipales para analizar la situación y ver el margen de maniobra».
Desde la Plataforma advierten de que Del Río pudiera estar condicionando la construcción de la zona de ocio a una declaración municipal de interés social, que no figura como tal condición jurídica en su oferta y, por ende, en el contrato, con la que, explican intenta justificar su incumplimiento del plazo de ejecución y además se ahorraría el pago de impuestos.
(Fuente: modificado El Correo de Burgos)
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