Está previsto que en los próximos meses el Ayuntamiento de Salamanca pueda iniciar, cuatro años después, el derribo de las casas adosadas a la muralla tras alcanzar un acuerdo con la mayoría de propietarios e inquilinos para lo que han sido necesarios meses de litigio. Una decisión política que permitirá descubrir un lienzo importante de la fortificación junto a la Puerta de San Pablo y que, según han denunciado los Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio, no se corresponde con otras actuaciones del Consistorio permitiendo edificar de nuevo junto a la muralla apenas a unos metros de estas viviendas.
El colectivo ha remitido, con fecha del pasado sábado, una denuncia a la Comisión Territorial de Patrimonio en la que deja constancia del alto impacto visual que sobre la contemplación de la muralla, la Casa Lis y la trasera del Colegio de San Ambrosio, está provocando la construcción de un edificio en el Paseo Rector Esperabé en sustitución de otro que existía en el mismo solar. La presidenta de los Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio, Isabel Muñoz, señaló que «la impresión de todos aquellos que contemplan esta construcción es que la altura y los volúmenes del nuevo edificio no se corresponden con los existentes anteriormente, lo que nos parece una vulneración de la normativa urbanística en vigor».
Isabel Muñoz también denuncia que «no da la impresión de que los materiales y la estética del nuevo edificio sean los más adecuados para integrarse en la zona donde se levanta».
El colectivo entiende que, dado que esta obra «en nada contribuye a mejorar la panorámica de la ciudad», su construcción en los términos actuales supone «un claro agravio comparativo con las viviendas situadas junto a la Puerta de San Pablo, que van a ser derribadas para dejar visible un paño de la muralla», por lo que solicitan al Ayuntamiento «una línea coherente de actuación respecto a la muralla de la ciudad».