El despilfarro de fondos públicos es el eje de la política hospitalaria de la Junta de Castilla y León en los últimos lustros en la ciudad de Burgos. Así, hace unos meses se inauguró el necesario nuevo Hospital de Burgos, y se dio cerrojazo al obsoleto Hospital General Yagüe. Durante semanas las autoridades de la Junta, han asegurado que se iba a combinar la utilización de los dos hospitales públicos de Burgos, el Divino Valles y Universitario, y que nunca antes de un año se podría evaluar el cierre del Divino Valles. Sin embargo, los incesantes rumores que apuntaban al inminente cierre se ha certificado con la noticia del cerrojazo definitivo de las plazas de hospitalización para el 30 de Noviembre.
Por un lado la Junta vuelve a mostrar una preocupante improvisación al no tener claro cuantas camas necesita y en que instalaciones; y de paso juega con el puesto de trabajo de varias personas, principalmente de los servicios de cafetería y cocina del antiguo Hospital Provincial.
PCAS-Burgos denuncia la incongruencia de la Junta que después de construir un mastodóntico hospital pseudo-público, con un coste elevadísimo, del que la opinión pública desconoce tanto gastos totales de construcción, como gastos de funcionamiento ordinario, cierra ahora una instalación en perfecto estado. Otra gravísima falta de previsión por parte de la Junta. Para los castellanistas, «resulta curioso clausurar la hospitalización en el Divino Valles cuyo coste por cama es mucho más modesto que el elevadísimo desembolso que supone la hospitalización en el Hospital Universitario de Burgos». Los castellanistas sospechan que detrás de este cierre puede estar la presión de la empresa concesionario del HUBU para logar una mayor rentabilidad, al contar un número mayor de camas ocupadas y pacientes, por los que cobrar a la Junta de Castilla y León.
El PCAS burgalés critica la falta de previsión de la Junta y el dispendio de dinero público. En el otoño de 2002 se adquirió el Hospital Militar por 18 millones de euros sin equipamiento médico. La utilización de estas instalaciones ha sido marginal, contando únicamente con consultas. Después de años se aprueba la construcción de un Nuevo Hospital en Burgos con una extravagante fórmula público-privada, que ha disparado su coste y en poco ha acortado los plazos de construcción. Una instalación tan desmesurada que ahora obliga a cerrar un Hospital en buenas condiciones como el Divino Valles. Al tiempo los castellanistas burgaleses reclaman que todo el personal, tanto sanitario como de servicios, del Hospital Divino Valles sea asumido en su totalidad, bajo las mismas condiciones laborales, por el Nuevo Hospital de Burgos.
Mientras tanto la Junta todavía no ha presentado ningún uso para el edificio del Hospital General Yagüe, en relación a esta dotación el PARTIDO CASTELLANO (PCAS-Burgos) «pide racionalidad a los responsables políticos de la Seguridad Social, del Ayuntamiento de Burgos y de la Junta de Castilla y León, para evitar la demolición de un edificio en perfecto estado, y su destino mayoritario a usos sociales y administrativos de carácter público, al servicio del conjunto de la ciudadanía».
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