Un millar de personas recorrió ayer los 14 Km que separan Caleruega de Clunia rememorando el peregrinaje realizado por Santo domingo de Guzmán ocho siglos antes.
El alcalde comunero de Caleruega, José Ignacio Delgado, arengó a los romeros desde la Piedra de Castro.
Los negros nubarrones no arredraron a los siete mozos casados en el año, que como manda la tradición son los encargados de portar la imagen del santo y en caso de inclemencias deciden si se tira para adelante o no, y a las nueve en punto de la mañana iniciaron, arropados por cientos de vecinos, animosamente la marcha desde la iglesia de San Sebastián dispuestos a cubrir a pie los 14 kilómetros del recorrido.
Tras el responso de rigor frente al cementerio tuvo lugar una de las paradas más especiales, apenas cubierto un kilómetro de camino, junto a la demoninada Piedra de Castro desde donde el alcalde calerogano, José Ignacio Delgado, arengó a los romeros y despidió a los que retornaron al pueblo.
A partir de ahí la marcha discurrió por la antigua calzada romana que unía Clunia y Melgar y por el monte hasta alcanzar Arauzo de Torre donde, antes de parar a almorzar, sus habitantes salieron a recibirles y recorrieron juntos un tramo del camino con los pendones ondeantes. La procesión rodeó la ermita de la Virgen de lor Remedios, a modo de saludo, y partieron hacia la plaza donde les esperaban el Ayuntamiento y el cura, intercambiaron saludos y chocaron las insignias, en uno de los momentos más emotivos.
Tras subir a la iglesia de San Pedro se retomó la marcha hasta alcanzar por la calzada la meta del Alto de Castro. Allí el santito fue recibido y conducido por las mujers de Peñalba de Castro hasta el santuario mariano.
Después de la multitudinaria misa y de la comida en la explanada, en la que no faltó el dulce típico del día: la leche frita, y la amenización a cargo de los quintos, a las seis de la tarde se iniciaba el viaje de vuelta, con parada obligada en Arauzo de Torres para reponer fuerzas y merendar, y alcanzar al caer la noche de nuevo Caleruega donde el Santito se encontró con la Virgen del Rosario, portada por las mayordomas de la Cofradía de la Veracruz.