El árbol, de más de 17 metros de altura y al que se le calcula una edad de, aproximadamente, 800 años, cayó al suelo después del último temporal de viento sufrido hace tres semanas.La sabina permanece tendida en la parcela donde hasta hace solo unas semanas lucía todo su porte.
El Ayuntamiento de Caleruega buscará la colaboración de las administraciones públicas para intentar salvar una de las escasas sabinas centenarias que aún perviven en la comarca y que ha sido víctima de los rigores meteorológicos que está sufriendo la Ribera del Duero en este invierno.
El árbol, un ejemplar macho de Juniperus Thurifera conocido en el lugar como la Sabina de Navalpozo se precipitó al suelo a consecuencia del último temporal de viento sufrido en la zona hace aproximadamente tres semanas. Algo en lo que también podría haber influido de manera determinante el exceso de humedad que acumula la tierra después de las persistentes precipitaciones invernales, lo que ha dificultado que pudiera continuar sosteniendo un árbol de semejante porte en condiciones tan adversas.
Y es que se trata de un impresionante individuo de más de 17 metros de altura y una amplia envergadura al que los biólogos que acudieron a la localidad a colaborar en el proyecto de recuperación de las loberas le calcularon unos 800 años de edad. Su espectacularidad llevó incluso a plantear su inclusión en el Catálogo de Árboles Singulares de la región, ya que aunque todo apunta que en su origen perteneciera a un poblado bosque de sabinas, en la actualidad y pese a la cercanía de los conocidos Sabinares del Arlanza, apenas hay una decena de ejemplares en toda la comarca.
La intención del Ayuntamiento “castellanista” es aprovechar el momento en que la tierra presente mejores condiciones y haya perdido el exceso de humedad que presenta ahora, para introducir maquinaria pesada en la parcela donde permanece tendido el enebro, para ayudándose de una grúa de gran tonelaje intentar enderezarlo. De esta manera, se confía en que disponga de unas mínimas condiciones para que vuelva a enraizar.
«Queremos darle, por lo menos, una cierta inclinación. Salvar que no esté totalmente horizontal para que vuelva a fluir la savia», indicó el regidor calerogano, José Ignacio Delgado del PCAL, quien recuerda que en el término municipal tienen un ejemplo que les permite estar esperanzados ya que otra sabina que se cayó, logró una cierta altura, sus raíces volvieron a prender y ahora se encuentra en perfectas condiciones.
Como primera medida, se ha procedido a cubrir el cepellón de las raíces con tierra para intentar protegerla de las bajas temperaturas que está registrando la zona en las últimas jornadas y, evitar así que se hiele.
Además, ya se han establecido contactos con el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Burgos, desde donde se han mostrado dispuestos a colaborar para conseguir que no se pierda el ejemplar.
(Fuente: modificado de Diario de Burgos)
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