Los castellanistas son muy críticos con el papel que tradicionalmente han jugado las Diputaciones Provinciales, y que han sido incapaces de superar tras 40 años de democracia. Así, desde el PCAS-Burgos se estima que son instituciones anticuadas, ineficientes en la ejecución de sus gastos y proyectos, que evidencian profundos déficits democráticos en su funcionamiento, que practican un caciquismo de nuevo cuño y que sólo sirven para controlar y mediatizar de manera clientelar la política municipal de las pequeñas localidades, con decisiones carentes de criterios racionales y de planificación, algo en lo que son cómplices tanto el PP como el PSOE porque les interesa este foro de control, y de colocación de cargos políticos (diputados provinciales), personal de libre designación, etc…
Por desgracia la entrada de nuevos actores -Imagina y Ciudadanos- no parece traer ninguna esperanza para la provincia, los primeros carecen totalmente de programa provincial, es más, sus tres diputados son Concejales del Ayuntamiento de Burgos, y Ciudadanos, además de carecer de alternativas para la provincia, desde su sede en Barcelona, se sigue apostando por liquidar los Ayuntamientos con menos de 5.000 habitantes, en Burgos quedarían sólo 5 municipios.
Ante la habitual copia, por parte de diferentes partidos, de los postulados castellanista el PARTIDO CASTELLANO (PCAS) vuelve a ofrecer unos apuntes básicos sobre el trabajo a realizar por los desnortados Diputados Provinciales:
- La Diputación de Burgos gestiona un presupuesto, del que sólo una ínfima parte llega a los municipios de menos de 20.000 habitantes cuya custodia es su principal cometido.
- La Diputación Provincial carece de Competencias propias con carácter de exclusividad, compartiendo competencias con ayuntamientos y abordando de forma intrusiva las competencias de otras administraciones (turismo, deporte, cultura, residencias, presas,…).
- El PP a través de la diputación Provincial ejerce un Control Político sobre el Medio Rural, evitando procesos transparentes en los repartos de fondos y haciendo que los concejales de Burgos, Aranda y Miranda controlen una institución que debe velar por las localidades inferiores a 20.000 habitantes.
- La Despoblación galopa por el medio rural burgalés (comarcas con menos de 5 habitantes/km2), el envejecimiento también ha avanzado de forma vertiginosa en todas las comarcas burgalesas. Se ha fracasado en el objetivo de Salvar a la Provincia de Burgos.
Los castellanistas consideran que las Diputaciones Provinciales son incapaces de adaptarse al nuevo marco político de la democracia y al nuevo escenario económico que plantea la crisis económica, por lo que defienden un modelo que avance paulatinamente hacia la desaparición de las Diputaciones Provinciales, evitando las duplicidades y solapamientos administrativos actualmente existentes, cediendo éstas sus competencias, instalaciones, personal y presupuestos, tanto hacía arriba (las Delegaciones Territoriales en cada provincia, como sobre todo hacia abajo: a los ayuntamientos y las mancomunidades en cada comarca), con lo cual las políticas en el territorio estrictamente rural ganaría en cercanía, en eficiencia y en control democrático.