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Castilla nos une

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EL PARIPE DE LAS AZUCARERAS.(Agosto`2003). Pedro Vicente.(Artículo del Norte de Castilla del. (20/10/2003)

RAMÓN
PEDRO VICENTE/Periodista

PALACIOSRUBIOS (Salamanca), primeros días de febrero de 1998. Un conocido dirigente del sector remolachero, a la sazón procurador en las Cortes Regionales en virtud del pacto electoral suscrito en su día entre el Partido Popular y Asaja, congrega en un bodega a un selecto grupo de invitados, entre los que destacan altos directivos de Ebro Agrícolas y el consejero de Agricultura, José Valín. Hechas las oportunas presentaciones, mientras los comensales empiezan a dar cuenta del ‘pata negra’ y demás surtido de ibéricos de rigor, los de Ebro van desgranando sus planes. El grupo, controlado entonces por los kuwaitíes de Kio, quiere concentrar la molturación de remolacha reduciendo paulatinamente el número de azucareras de que dispone en Castilla y León. (En ese momento nueve, después de haber cerrado en años precedentes Santa Elena, en León; Santa Victoria, en Valladolid, y la de Aranda de Duero)

En una primera etapa de cinco años, el plan considera únicamente el cierre de dos azucareras, las de Venta de Baños y Veguellina de Órbigo, que tanto por su tamaño como por su proximidad a las de Monzón de Campos y La Bañeza resultan las más fáciles de digerir.

Valín regresa a Valladolid y traslada el plan a la Junta, que, pocos meses antes, so pretexto de salvaguardar los intereses del sector azucarero, había promovido la compra de acciones de Ebro por parte de las cajas de ahorro de la región, sindicadas a tal fin en la Sociedad de Inversiones Estratégicas impulsada ‘manu militari’ por la consejera de Economía, Isabel Carrasco. Pese a que Juan José Lucas llega a afirmar que «mientras yo sea presidente, aquí no se cierra una gatera», el hecho es que no habían transcurrido ni dos años y las azucareras de Venta de Baños y Veguellina de Órbigo habían pasado a la historia. Una vez que UGT y CCOO pactaron las condiciones laborales y que el propio sector agrario, salvo Coag, aceptó la ‘reestructuración’, la Junta dejó hacer y las cajas asumieron dentro de Ebro la estrategia del grupo azucarero.

Tan fácil y barato resultó cerrar Venta de Baños y Veguellina de Órbigo que en el año 2000 ya estaba sobre la mesa el cierre de una tercera azucarera, la de Salamanca, que ni siguiera figuraba en el plan esbozado en Palaciosrubios. Tras haber incumplido uno por uno todos los compromisos contraídos tanto en Venta de Baños como en Veguellina de Órbigo, en Salamanca naturalmente Ebro tenía que ofrecer algún ‘edulcorante’ mas creíble. Y sacó de la chistera, ¡ale hop!, la planta de bioetanol de Babilafuente, cuya viabilidad futura ya se pone en entredicho cuando todavía se encuentra en construcción.

Así las cosas, el pasado otoño el anterior presidente de la cooperativa Acor, Fausto Morales, desvela el documento del Ministerio de Agricultura que plantea una nueva reestructuración del sector. Las azucareras que ahora le sobran a Ebro son las de Benavente y Monzón de Campos. La coincidencia con la crisis de Fontaneda y la proximidad de las elecciones autonómicas y municipales aconsejan aplazar el plan, no vaya a tener efectos negativos para el Partido Popular. Pues bien, ni dos meses ha tardado Ebro en anunciar en pleno ‘ferragosto’ el cierre de las dos azucareras.

Los sindicatos agrarios esta vez se oponen en bloque, las comarcas afectadas se movilizan, Herrera ‘se tapa’ con una carta al presidente de Ebro y Valín vuelve a representar el papel de siempre en una puesta escena a estas alturas demasiado conocida. Una representación en la que políticos del mismo partido defienden aparentemente posturas enfrentadas. A favor del cierre se supone que están los que a través de las cajas y/o del PP de la región tienen responsabilidad en Ebro. A saber: el ex secretario regional y actual secretario de Política Autonómica del PP, Jesús Merino, que disfruta de la sinecura de pertenecer al consejo de administración de la filial chilena de Ebro; el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, nuevo consejero de Ebro en representación de Caja Duero, o el ex secretario de la Consejería de Economía Miguel Ángel Pérez Álvarez, actual secretario del consejo de administración de la compañía.

Mientras, por acción u omisión, Merino, De la Riva y Pérez respaldan el cierre de las azucareras de Monzón y Benavente, los dirigentes del PP de Palencia y Zamora supuestamente se oponen, en tanto que Herrera confía en que Valín cumpla una vez más su acostumbrado papel de muñidor. Veremos. Como el guión de la película es de sobra conocido y el personal ya está avisado, el paripé resulta en esta ocasión algo mas complicado. Y dada la proximidad -que nadie parece haber tenido en cuenta- de las elecciones generales, si la presión social se mantiene puede incluso que los directivos de Ebro tengan que plegar velas de nuevo hasta la primavera de 2004. Pero será, en el mejor de los casos, otra tregua, tras la cual -nadie lo duda- volverán a la carga.

Escrito está que de las doce azucareras que Ebro tenía en Castilla y León sólo sobrevivan cuatro: La Bañeza, Toro, Peñafiel y Miranda de Ebro. (Si alguien tenía alguna duda, hay que agradecer a León de la Riva que haya aclarado que no se trata de una ONG, algo de todas formas presumible en una compañía que no desdeña ‘pelotazos urbanísticos’ como el que permitirá la construcción de 400 viviendas de lujo sobre el solar de la antigua fabrica de piensos CIA en el Paseo de Zorrilla de Valladolid).

Pero no hay que desesperar. Mientras Ebro, con la colaboración activa de destacados miembros del PP, se afana en destruir empleo en Castilla y León, la Junta promueve nada menos que un gran Pacto regional para frenar la despoblación. Así que todos tranquilos.

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