Desde el PARTIDO CASTELLANO (PCAS) se estima que, ante la modificación de los patrones demográficos de la población y la mayor longevidad de los mayores y de los enfermos con patologías crónicas, hay un crecimiento importante y progresivo en Burgos de enfermos que necesitan cuidados paliativos, por lo cual las necesidades de atención específica para enfermos en esta situación se va a disparar en el futuro inmediato. Esto contrasta con la ausencia total de servicios sanitarios públicos orientados específicamente a esta atención, ya que el HUBU no está acondicionado para estos tratamientos, y por otra parte, la Junta de Castilla y León conduce con sus incumplimientos a San Juan de Dios al cierre. Por ello los castellanistas consideran adecuada la inmediata reapertura del Hospital Divino Valles, para que a partir del Enero de 2015 la Junta asuma directamente la atención a pacientes de media y larga estancia y los necesitados de cuidados paliativos, así como el cumplimiento de los compromisos de mantener abiertas las instalaciones de San Juan de Dios y el mantenimiento de su plantilla.
En relación a los 140 empleos de San Juan de Dios, desde el PARTIDO CASTELLANO (PCAS) se insta a la Junta de Castilla y León a garantizar su mantenimiento y la operatividad de este centro Asistencial y Sanitario en Burgos, que atiende a pacientes de media y larga estancia y de cuidados paliativos derivados de Sacyl. Los castellanistas también recuerdan que San Juan de Dios atiende a pacientes que quedarán absolutamente abandonadas si se materializa su cierre, como personas con problemáticas sociales importantes (sintecho, ancianos) que son derivadas a San Juan de Dios, por parte de otras instituciones sociales o asistenciales.
El PARTIDO CASTELLANO (PCAS) reclama un acuerdo entre la orden religiosa que sustenta el Hospital y el consejero de Sanidad Antonio Sáez, acerca de las cantidades que la sanidad pública le paga por paciente y día debe subir de los cien euros actuales.
Este nuevo capítulo en la sanidad burgalesa, vuelve a evidenciar la improvisación de la Junta de Castilla y León en lo relativo a la salud de los burgaleses. En la memoria de la ciudadanía queda el despilfarro de la compra del Hospital Militar, por 18 millones de euros “sin ningún tipo de equipamiento-, instalación que estuvo años sin uso, y nunca sirvió para liberar al Hospital Yagüe de la saturación de pacientes hospitalarios. Otro caso, más sangrante si cabe, es la construcción del Hospital Universitario de Burgos, en un esquema público-privado, que disparó tanto los plazos de ejecución, como el presupuesto inicial, y ahora también, los pagos anuales que realiza la administración autonómica. El cierre del Hospital Divino valles, algo no previsto en un principio, y ahora, el cese del convenio con el Hospital de San Juan de Dios, “que aparentemente no cuenta con un plan b”.
Los castellanistas solicitan a la Junta, aunque quizá sea mucho pedir, una reacción inmediata, que asegure por un lado, la atención a los pacientes y por otra la recolocación de los empleados de la clínica privada.