El PARTIDO CASTELLANO (PCAS) en Toledo lamenta que una de las citas que deberían ser ineludibles y representativas del verano toledano, como es el espectáculo Lux Greco, se haya visto empañado por las extrañas adjudicaciones llevadas a cabo por el Ayuntamiento, en las que el propio creador del espectáculo -que además declara poseer el nombre legal del mismo- se ha visto relegado a no poder participar al no haber sido tan siquiera invitado en la licitación.
Desde el PCAS, sin entrar a valorar la calidad artística y técnica de las empresas elegidas, sí nos llama poderosamente la atención que la oferta de quien ha sido el «ideólogo» y es el propietario del nombre de Lux Greco, Manuel Coronado, fuese de prácticamente el mismo importe que ha gastado el Ayuntamiento en el proyecto de este año, pero mucho más amplia, ya que incluía cinco escenarios (no tres), diez días de proyecciones consecutivas (no cuatro días y sólo en fin de semana), e incluso proyecciones en la Puerta de Toledo de la ciudad de Madrid, lo que ayudaría a dar a conocer el espectáculo fuera de la ciudad de Toledo, atrayendo a potenciales turistas e incrementando los ingresos turísticos de la ciudad.
Y dado que, el dinero que el Ayuntamiento de Toledo gasta en este tipo de espectáculos es dinero público que debe ser extremadamente bien gestionado, desde el PARTIDO CASTELLANO (PCAS) exigimos al Ayuntamiento de la ciudad explicaciones convincentes, serias y rigurosas sobre el procedimiento elegido, así como sobre los posibles costes que pueda tener para la ciudad y los ciudadanos de Toledo el haber utilizado como nombre del espectáculo un nombre registrado por un particular, al que no tiene derecho el Ayuntamiento toledano.
Además, desde esta formación castellanista pedimos al Ayuntamiento un informe completo e imparcial de la incidencia turística que el espectáculo tiene en la ciudad, especialmente en la hostelería, y una comparación entre los resultados de este informe y los resultados obtenidos en años anteriores. No nos sirven declaraciones grandilocuentes que siempre hablan de una ocupación hotelera «cercana al 100%», sino datos demostrables y contrastables, para poder cuantificar si el espectáculo y la inversión que la ciudad hace en el mismo tiene o no incidencia en el sector turístico de la ciudad.
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